Un total de 21 especies silvestres de los bosques cordilleranos fueron ingresados al Código Alimentario Nacional, lo que permite su ingesta y también su procesamiento como subproductos.
Si bien tradicionalmente las poblaciones cordilleranas patagónicas tienen el hábito de incluir diferentes especies de hongos en sus comidas, en forma directa o procesados como subproductos, ahora se logró que 21 de ellos ingresaran en el Código Alimentario Nacional. Ese aval científico y legal permite no sólo a las poblaciones sino también a quienes deseen comercializarlos a través de pequeños emprendimientos, contar con la herramienta legal. Así lo destacó el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), con la intervención de las provincias del Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
José Daniel Lencinas, director ejecutivo del CIEFAP, expresó que “el perfil de la gestión del conocimiento que impulsamos desde CIEFAP trata de impactar sobre el medio socio-productivo, que lo denominamos impacto territorial. Esto es precisamente otro de los casos que nos da alegría comunicar a toda la población”.
Luego, añadió que “es producto del compromiso y visión de largo plazo de investigadores, investigadoras y autoridades provinciales y nacionales que se comprometieron con esta gestión, para que la CAA pueda finalmente incorporarlos. Es una verdadera contribución para nuestra diversificación de recursos, seguridad y soberanía alimentaria a partir de la generación del conocimiento de calidad”, resaltó.
En tanto, la Dra. Carolina Barroetaveña, partícipe del trabajo, señaló: “Que los hongos estén incluidos en el código es muy importante porque podrán ser utilizados como un recurso alimentario con una normativa legal”.
Por otra parte, una de las responsables, la Dra. Belén Pildain, sostuvo que esta incorporación está relacionada a la larga historia de CIEFAP en investigación en la temática, y que se vinculó al proyecto de jurisdicción regional, dando lugar a la solicitud para iniciar los trámites e incorporar estas 21 especies.
De esta manera, la Comisión Nacional de Alimentos se expidió favorablemente ante la solicitud del CIEFAP y la normativa con los hongos y sus especificaciones está en la resolución conjunta de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y la de Calidad de la Salud y se puede consultar en este LINK.
Patagonia Fungi
La incorporación de los hongos en el Código Alimentario Nacional está directamente relacionada con la plataforma de investigación, desarrollo e innovación del CIEFAP, denominada Patagonia Fungi Senderos y Sabores.
Se indicó que su objetivo “es establecer y potenciar productos bioeconómicos como los hongos comestibles silvestres de los bosques y praderas de Patagonia, y los cultivables, en actividades vinculadas al micoturismo (observación, reconocimiento y recolección de fructificaciones de hongos silvestres) y la micogastronomía (gastronomía gourmet con hongos comestibles).«
Ofrece productos “con trazabilidad, con un sello de calidad sobre hongos comestibles, promoviendo el uso sustentable del recurso y generando nuevos productos a las economías locales, tanto gastronómicas como turísticas, particularmente, en temporadas bajas (otoño y primavera)”.
Además, la plataforma «evalúa la composición nutricional y de compuestos bioactivos de nueve especies de hongos comestibles del bosque nativo patagónico. Esta información de base generada permite plantear nuevos objetivos tecnológicos en busca de alternativas de desarrollo económico sustentable a partir de los usos nutracéuticos de los hongos”.
Otoño, época de hongos
Los hongos silvestres en los bosques de la cordillera patagónica tienen sus épocas de recolección, de acuerdo con los hábitos ancestrales de los pueblos originarios y luego de quienes se asentaron por aquí. Entre esas épocas, el otoño es la predilecta pues se pueden encontrar una mayor variedad y especialmente lo de pino.
En este sentido, atendiendo a esta recolección ancestral de hongos de pino, la Administración del Parque Nacional Nahuel Huapi realizó una serie de recomendaciones, entre las que se cuentan el cortarlos a un centímetro de la base del suelo, no arrancarlos porque eso impide el crecimiento de otros hongos en el lugar; “no llevarse todos, : cada 10 hongos, dejar cuatro para que liberen las esporas y puedan generar nuevo micelio en otros sitios” y juntarlos en recipientes abiertos para que las láminas o poros estén en contacto con el aire y así “favorecer la liberación de esporas”.
No obstante, se indicó para quienes puedan tener dudas sobre las características de los hongos que se encuentran en los bosques andinos de la Patagonia, que se recurra a centros de salud o especialistas en gastronomía de hongos para determinar características y si es del tipo comestible o no.