Ad image

Alarmante descenso en las ventas de supermercados

Redacción
Por Redacción
Alarmante descenso en las ventas de supermercados

El consumo masivo enfrenta una posible caída histórica mientras el sector de combustibles ajusta sus precios en un intento por revitalizar la demanda.

Argentina cerró el 2023 en un estado de incertidumbre económica, con un crecimiento mínimo en el consumo masivo y una perspectiva sombría para 2024. El reciente informe de la consultora Scentia reveló un crecimiento anual de 2,4% en el consumo masivo, hilvanando así dos años de crecimiento consecutivo. Sin embargo, este progreso se ve amenazado por una inflación rampante y una reducción en los ingresos, con proyecciones que apuntan a una caída histórica del 7% en la demanda interna para 2024.

Según Osvaldo Del Río, director de Scentia, esta caída proyectada situaría el consumo en niveles significativamente inferiores a los de 2019, que ya había sido el peor año en la serie histórica. La inflación, que cerró en un alarmante 211,4% en 2023, es un factor clave en este descenso, dejando a los consumidores con menos poder adquisitivo y afectando negativamente la demanda interna.

La primera semana de 2024 marcó una caída sin precedentes en las ventas de supermercados. Las grandes cadenas experimentaron un retroceso del 19% en el volumen de ventas comparado con el mismo período del año anterior. Este descenso es notable por su magnitud y por su velocidad, lo que refleja la presión que la inflación está ejerciendo sobre los consumidores.

Este impacto se vio agravado por la aceleración de los precios de alimentos y bebidas, que registraron incrementos casi del 30% en diciembre. Los consumidores, enfrentados a un panorama económico desalentador, se han visto obligados a ajustar sus compras drásticamente. El informe de Scentia, el cual es utilizado por empresas y analistas, destacó que incluso durante las festividades de diciembre, hubo una desaceleración en las ventas, con un crecimiento del 5,9% en los autoservicios de grandes cadenas, una cifra menor al 10,4% registrado en noviembre.

Los autoservicios independientes y los almacenes de barrio no han sido inmunes a esta tendencia. Estos establecimientos han registrado caídas significativas, con una disminución del 3,5% a nivel nacional. En el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), la caída fue aún más dramática, con un desplome del 11,2%. Este descenso se ha atribuido en parte al programa Precios Justos, que ha hecho que las ofertas más convenientes se encuentren en las grandes superficies, afectando la rentabilidad de los comercios más pequeños.

Ante esta situación, los comerciantes de menor escala han adoptado diversas estrategias para enfrentar la crisis. Algunos han dejado de vender marcas líderes y han optado por ofrecer «canastas» de productos a precios más accesibles. Este ajuste refleja la necesidad de adaptarse a una nueva realidad económica, donde los consumidores están limitando sus gastos y buscando opciones más económicas.

La situación en los supermercados es un indicador preocupante de la salud económica general del país. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reportó un desplome del 13,7% en diciembre en el consumo en comercios, sugiriendo una disminución generalizada en la actividad económica. Sectores como los combustibles y la construcción también están experimentando contracciones, lo que agrava el panorama económico.

Por el lado de los combustibles, en un intento por revitalizar la demanda, empresas como Puma y Axion comenzaron a reducir los precios de las naftas para competir con YPF, la estatal petrolera. Aunque cabe aclarar que estas reducciones han sido modestas.

El 2024 se presenta como un año crítico para la economía argentina. Con la inflación en aumento y los ingresos bajo presión, el gobierno y los distintos sectores económicos enfrentan un panorama muy complicado. Las estrategias y ajustes que se implementen en los próximos meses serán fundamentales para determinar el rumbo económico del país. Mientras tanto, la población se perjudica y trata de adaptarse, priorizando sus gastos y buscando alternativas más razonables, en medio de una crisis económica que parece no tener fin.

ATE
Compartir este artículo
Dejanos tu comentario