La creciente popularidad de los videojuegos móviles entre los jóvenes convirtió a esta industria en un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. En 2023, la industria generó ingresos de 184 mil millones de dólares, con casi la mitad de esta cifra proveniente de los videojuegos.
Sin embargo, este auge económico vino acompañado de un aumento alarmante en los ataques cibernéticos, especialmente dirigidos a niños de entre 3 y 16 años.
Según un informe de Kaspersky, el último año se registraron más de 7 millones de ataques informáticos relacionados con títulos de juegos populares. Esta problemática surge debido a la falta de medidas de seguridad adecuadas en las aplicaciones por parte de los desarrolladores, lo que las transforma en objetivos vulnerables para los atacantes. Alan Bavosa, VP de Productos de Seguridad en Appdome, destaca que aunque la automatización avanzó en el desarrollo de aplicaciones, la implementación de seguridad eficaz a menudo requiere codificación manual, lo que deja un vacío que los ciberdelincuentes pueden explotar.
“Los desarrolladores enfrentan importantes desafíos para proporcionar una protección integral de las aplicaciones móviles, ya que, aunque sus procesos de desarrollo están automatizados, la implementación de la seguridad a menudo requiere la codificación manual de SDKs. Esta brecha complica su capacidad para lograr la seguridad robusta necesaria para proteger a los usuarios”, afirma Alan Bavosa
Además del riesgo para los usuarios, los desarrolladores de videojuegos enfrentan repercusiones significativas si sus aplicaciones son comprometidas. Un ataque puede dañar la reputación de la marca y afectar la confianza de los jugadores, además de desincentivar la participación en las comunidades de juego. Con un entorno regulatorio en aumento y la necesidad de crear un ambiente de juego seguro, los desarrolladores deben actuar para proteger tanto a sus usuarios como a sus propios intereses comerciales.
Para abordar estos desafíos, es crucial que los desarrolladores implementen soluciones de seguridad efectivas y automatizadas que protejan los datos sensibles de los usuarios, eviten fraudes y bloqueen amenazas automatizadas. Utilizar plataformas sin código, como Appdome, permite a los creadores de juegos incorporar rápidamente medidas de seguridad avanzadas sin requerir un esfuerzo adicional por parte de sus equipos de desarrollo. “Esto no solo mejora significativamente la postura de seguridad del negocio móvil y protege a los usuarios móviles, incluidos los niños, sino que también genera confianza en los usuarios y mejora la lealtad de los jugadores, lo que en última instancia impulsa una mayor rentabilidad y una mejor experiencia de juego”, comentó Bavosa.