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Algo no está bien, y lo denuncian 125 científicos

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
A las críticas en Santa Cruz se le sumó un documento científico y una intimación judicial de Rewilding Argentina. Qué dicen las partes.

La Patagonia y el Impenetrable en el Chaco están en el centro de un fuerte enfrentamiento entre especialistas y una Fundación de origen extranjero. Qué se discute y qué animales están en el centro del debate.

¿Se puede volver todo al estado en que el hombre encontró por primera vez a nuestra meseta, nuestros bosques, nuestra cordillera? Correr hacia atrás la manivela del tiempo en unos cientos de años y restaurar ese ambiente antes de ser modificado por el ser humano. Que los animales autóctonos vuelvan a reinar en nuestros coironales, que asomen su cabeza por entre las araucarias, que beban en nuestros lagos o se ataquen para la alimentación, en un proceso originario y natural. Ese es el centro del debate.

De un lado están estos propósitos que expone la Fundación Rewilding Argentina, proveniente de los principios conceptuales de la pareja de norteamericanos Douglas y Kristine Tompkins, en dos espacios muy amplios de la Patagonia y del norte del país. La Ong es la cara en nuestro país de la internacional Tompkins Conservation y sólo en nuestro sur tiene una superficie de 180 mil hectáreas en el llamado Parque Patagonia, ubicado en el noroeste de la provincia de Santa Cruz.

Desde su inicio en la Patagonia, la entidad despertó críticas de pobladores instalados en esa región a los que se desplazó con incentivos económicos en la compra de sus propiedades. Para volver todo hacia atrás, era necesario que los asentamientos humanos “liberaran” el espacio. Los términos de compra e incentivos dolarizados muchas veces no dejaron lugar a la negativa.

Pero el encontronazo actual entre esa Ong y 125 especialistas argentinos, e inclusive el Gobierno Nacional, está centrado en el concepto de reintroducción de especies que fueron desplazadas, que desaparecieron de esos lugares o bien que se encuentran en un número muy inferior al existente antiguamente.

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A los planteos de algunos científicos en forma individual o de entidades de la región, durante el año pasado, sobrevino un profundo documento que analizó básicamente desde la ciencia, la investigación, la bibliografía y las experiencias en el mundo, del concepto de “evolución” de las especies, de reasilvestramiento (rewilding) y de los métodos e instancias de readaptamiento de algunos animales al retornar a espacios donde ya no están.

Así como la introducción de cientos de especies (animales y flora) modificaron a la Patagonia autóctona, la vuelta atrás también puede provocar una modificación y esto es lo que se discute. En superficie, porque también subyace el objetivo final de la propuesta de la filial local de fundación internacional, de generar los espacios como escenario para el desarrollo del turismo (especialmente extranjero) con el atractivo de ofrecer un bocado de vistas y experiencias en un ambiente similar al de cientos de años atrás.

El documento (que se agrega como enlace en esta nota) provocó la furia de Rewilding Argentina, al punto de enviar una serie de cartas documento intimando judicialmente a científicos y científicas argentinas que sostienen esa posición crítica. Es más, la Administración de Parques Nacionales acaba de considerar inviable un proyecto de reintroducción de una pareja de “ciervos del pantano” en el Impenetrable chaqueño, que llegaron allí desde las orillas del río Paraná, en enero del año pasado.

En forma similar a lo que desarrollan y proyectan en la Patagonia, la Fundación Rewilding Argentina donó al estado argentino para sus trabajos de conservacionismo unas 150.000 hectáreas en los Esteros del Iberá.

Uno de los firmantes de ese artículo publicado en una revista especializada, Pablo Teta, doctor en Ciencias Naturales, señaló que “no discutimos si el rewilding está bien o mal, sabemos que cuando está bien hecho y se basa en evidencia científica es una herramienta de conservación poderosa. Nos preguntamos si los proyectos que se están llevando a cabo en Argentina tienen el sustento científico suficiente.”

En el artículo, los investigadores advierten de que los proyectos de rewilding suelen elegir la introducción de especies “carismáticas” que atraen a los medios de comunicación y al público, aunque no siempre son clave para los ecosistemas a los que llegan. También cuestionan que las inserciones de especies se hagan sin la investigación científica suficiente para determinar si, por ejemplo, la extinción de esa especie fue causada o no por el hombre, si ese ecosistema avanzó naturalmente sin la especie ausente, o cuáles serían los efectos negativos que tendría la llegada de especies no nativas.

El ejemplo que usan, el del zorro de campo, es claro: a mediados de siglo XX, fue introducido en el sur de Tierra del Fuego para balancear la presencia del conejo europeo, una especie invasora, pero en lugar de depredarlo eligió como presa a las aves nativas, compitiendo con otra especie amenazada de zorro endémica a la zona. Sobre los ciervos Brisa y Alfonso, que habían nacido en la costa húmeda de la selva argentina y fueron insertados en una zona más árida, unos 300 kilómetros al norte, los científicos discuten de que haya pruebas concluyentes de que vivieron allí hace 100 años.

El documento se preocupa por el uso de especies no nativas y critica la visión de otro investigador, Mario Di Bitetti, que asegura que “la comunidad científica latinoamericana generalmente se ha opuesto a la presencia de mamíferos que percibe como exóticos en ambientes naturales, sin siquiera considerar cuáles son sus efectos” porque “ha dominado una concepción xenófoba y nacionalista que ha producido una demonización de lo exótico”.

En una de sus conclusiones, el artículo acusa que las iniciativas de “reasilvestramiento” deberían intentar no replicar “una visión occidental” que “presiona a las poblaciones locales a regresar a un ‘Edén prístino’ dejando de lado la realidad de que muchos de estos escenarios constituyen el hogar de las personas”. Impulsar el turismo como única interacción con las comunidades locales, dice la carta, es ignorar una realidad pluricultural; e imponer el emprendedurismo entre las comunidades nativas las hace dependientes de un mercado extranjero. La carta se pregunta, retóricamente, si este actuar no es xenofobia. Rewilding Argentina lo toma como una calumnia contra su trabajo.

“No estamos aludiendo a nadie en particular”, dice Teta, al que la fundación Rewilding Argentina intimó legalmente. “Es una pregunta retórica que buscamos interpele a los distintos actores involucrados en estos proyectos. Nadie acusa a nadie de xenófobo, nuestra intención con este artículo fue tratar de mover un debate científico en el que se involucrasen muchos actores. Rewilding se siente aludida con una frase: y dicen que hasta que no nos retractemos, ellos no van a responder técnicamente al artículo”.

La intimidación legal ha enfurecido a la comunidad científica argentina, que la ve como un ataque a la libertad de expresión. La dirección del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el principal organismo público dedicado a la investigación y la promoción de la ciencia en Argentina, ha publicado un comunicado en el que dice considerar “altamente preocupante que se busque judicializar la opinión de especialistas que redactaron un texto llamando a la reflexión sobre las acciones realizadas por organizaciones no gubernamentales con dudoso sustento científico”.

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el sindicato al que pertenecen los científicos de CONICET como trabajadores de una entidad estatal, también ha repudiado “las acciones intimidatorias” contra algunos de sus miembros. “Consideramos firmemente que todo debate científico debe ser dado en un ámbito académico y no judicial”, dice su comunicado.

En un comunicado publicado el pasado 7 de julio, Rewilding afirma que “no está coartando la libertad de expresión, sino defendiéndose de una acusación gravísima y a todas luces falsa”.

Para leer sobre Rewilding Argentina, aquí está su PÁGINA.

El documento científico se puede leer EN ESTE LINK.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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