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Andanzas y oscuros manejos de un gobernador patagónico

Mario Novack
Por Mario Novack
Entre él, su esposa y sus secuaces hay una crónica larga de tropelías, despojos y turbios presupuestos.

Estuvo al frente de dos Territorios. En uno hizo desastres, en el otro un poco menos y más obras. Los testimonios de los despojos son elocuentes.

“Al perro ese que asustó a mi caniche lo haces matar ya”, esa fue la “orden” que la concubina del doctor Antonio Lamarque, impartió a quien por entonces era gobernador de la provincia del Chubut.

Y allí fue la policía del Territorio, a cumplir lo ordenado por la “querida” del gobernador Lamarque, resistida desde su llegada procedente de Río Gallegos, donde Antonio Lamarque había desempeñado como máxima autoridad, al asumir sus funciones un 18 de octubre del año 1911.

Río Gallegos tenía en ese 1912 unos 1.557 habitantes y carecía de lo elemental para su conexión con los pequeños poblados del interior. Hacían falta puentes y caminos, algunos de los cuales fueron construidos durante la gestión de Lamarque.

Pero los últimos días del mes de mayo de 1913, a menos de un año de estar gobernando Santa Cruz, el abogado fue designado para hacerse cargo de la rebelde provincia de Chubut. Pero a ésta rebeldía el mandatario le agregó méritos con sus actitudes que navegaron entre las “veleidades” y la “corruptela”.

Así es como con motivo de recordarse la llegada de Cristobal Colón a América, fue organizada una velada alegórica en el Teatro Verdi de la ciudad de Trelew, en la noche del  11 de octubre de 1915, organizada por la Sociedad Española de esa ciudad.

Allí llegó el gobernador con su querida Emilia que le había nublado la razón y era ya un elemento “irritativo” para las damas distinguidas de la ciudad chubutense. Dice Patricio Castillo en su impecable crónica “éra el acto más solemne de las actividades y allí concurrió con su amante y comitiva, ocupando varios palcos del teatro y pasando las horas “en público y efusivo gorgeo amoroso”, según reflejan los periódicos de la época, que además destacaron las unánimes protestas de las familias que concurrieron al acto, quienes comenzaron a retirarse frente a lo que consideraron la repugnante arrogancia de presentarse como primera autoridad del Territorio, en forma tan denigrante.

“El insulto inferido a la culta sociedad de Trelew no se ha borrado todavía de los honrados sentimientos de aquella población”. En otra ocasión, el nuevo cónsul de Inglaterra, pese a las reiteradas invitaciones cursadas, no accedió a que su esposa ingresara a la Gobernación, prefirió dejarla durante una hora y media en la calle, expresando su significativa desaprobación a la conducta irregular que el Gobernador tenía en la residencia y no ocultaba ante la sociedad chubutense.

Y volvemos con la anécdota del perro de Emilia, cuando ella cabalgaba junto al gobernador acompañados de su lanudo y diminuto can, desde el carro del vecino Manuel Iglesias, apareció a los ladridos un perro común, sin más pedigree que el del trabajo y la fidelidad a su laborioso amo. Sus sonoros ladridos asustaron a los caballos y también al perro de la “primera dama”, que de inmediato reclamó el sacrificio del “ladrador”.

Así, en plena calle, delante de los vecinos, un comisario y varios agentes, emprendieron a los tiros de revolver contra el animal que, herido y acosado, solo atinó a refugiarse en la casa de sus dueños a donde ingresó la policía violando el domicilio y ultimando al perro primero con golpes de sables y como no moría, a los tiros, en presencia de su dueño, la esposa embarazada y sus pequeños hijos.

Pero aunque cruel y autoritario, las peores acciones del gobernador fueron en episodios de malversación de caudales públicos y despojo de bienes a ciudadanos y chacareros de la zona.

Desalojo y robo de las pertenencias de un comerciante

El Señor Facundo Echeverría había instalado en el denominado “Campamento Nuevo”, ubicado en el Valle Superior del Río Chubut, un pequeño almacén, con permiso otorgado el 14 de octubre de 1914. Poco más de un mes después, el Sr. Echeverría fue detenido y llevado a Rawson sin causa, permaneciendo detenido por 6 días para luego ser puesto en libertad sin explicación alguna, lo mismo le ocurrió en el mes de diciembre y el Juez letrado debió liberarlo porque no existía causa para detenerlo.

De allí regreso a su vivienda y almacén hasta que en enero del año 1915 apareció el Gobernador Lamarque con el Jefe de Policía y sus agentes, quienes -sin explicación alguna- procedieron a sacar todas las mercaderías del local al exterior, se lo echo de su casa con su numerosa familia, con la amenaza del gobernador que sería arrestado y engrillado ante la más mínima protesta.

El gobernador Lamarque se quedó con todo, mercaderías, mostradores e instalaciones, recibiendo como respuesta a los reclamos más amenazas de mayores vejámenes y prisiones.

Despojo de las tierras de Ismael Alvarado en El Maitén

Ismael Alvarado llevaba 8 años poblando una legua de campo ubicada en El Maitén, donde nacieron sus hijos, pobló el campo con 200 ovejas, 200 vacas y yeguarizos y construyó su casa, galpones, bretes, alambrados, jagüeles y demás mejoras. En mayo de 1914 se presentó en su establecimiento el Jefe de Policía intimándolo para que desaloje el lugar ya que las tierras pertenecían al gobernador Lamarque.

El Sr. Alvarado contestó, no sin asombro, que si el Sr. Lamarque tenía mejores derechos y los podía probar, previo pago de las mejoras, no tendría inconveniente en dejar el campo, aunque le parecía imposible que el gobierno nacional entregara las tierras a otra persona, pues él era el único que las había ocupado y que, además, el Sr. Lamarque ni las conocía siquiera.

Ante esa circunstancia, el Jefe de Policía se retiró, no sin antes amenazarlo e insultarlo. Pocos meses después regresó intimándolo para que rompiese los alambrados y saque la hacienda porque el único poblador debía ser el Gobernador Lamarque. La reiterada negativa de Alvarado solo consiguió que el Subcomisario de El Maitén, Pedro González, rompiera y quemara los alambrados para echar afuera a sus haciendas.

Poco tiempo después, mientras el legítimo propietario se encontraba realizando reclamaciones en Rawson para recuperar el despojo, ingresaron a su propiedad y construyeron allí una vivienda para el Gobernador Lamarque, el Señor Belarmino Yuya, que mientras trabajaba era cabo en la Comisaría de Cholila, y como peones los gendarmes Manuel Serrano y Avalos, junto con otros vecinos que fueron detenidos exclusivamente para trabajar en la obra.

El nuevo campo del gobernador Lamarque fue poblado con un buen número de animales vacunos de propiedad de diversos vecinos, los que fueron depositados a la orden del Juez de Paz de Epuyen y, sin previo aviso, sometidos a subasta para que los adquiriera… el Gobernador Antonio Lamarque.

Inmoralidad y escándalo

En varias oportunidades el gobernador en su auto oficial, con la compañía del Comisario Delpiano y varios amigos recurría al Comisario Mulhall para que como comisario desalojara el prostíbulo de Trelew elegido, donde pretendían hacer su festín. En esas oportunidades, hacía reconocer a la pupila Sara Ocampo, la favorita del Gobernador en el prostíbulo, como “gobernadora interina” y que se le concediesen todas las libertades que deseara mientras él permanecía allí.

Recuerda Matthews Henry Jones en su obra “Trelew un desafío Patagónico” que el período del gobernador Lamarque fue uno de los más nefastos que haya tenido que soportar la población del Chubut, durante el cual, y siempre amparado por la autoridad, se efectuaron robos de hacienda, cambio de dueños en los campos, secuestros y hasta muertes, según puede leerse en el manifiesto que en el año 1916 se le hizo llegar al Presidente de la Nación por las «fuerzas vivas de todo el territorio y que en nombre de centenares de personas los representaban por Puerto Madryn Argentino Rauch, por Trelew Francisco Pecoraro y Joseph Jones, por Rawson Justo Alzua y Pedro Martínez, por Gaiman Elias Owen y Homero Paoli y por Comodoro Francisco Fernández.”

Las tropelías del gobernador Lamarque llegaron al punto de quedarse con la chacra del anciano y respetable Primer Colono Richard Jones Berwyn de la chacra que poseía a orillas del río Chubut, en las afueras de Rawson, para hacer en ella una quinta y matadero para la gobernación, trabajo que fue realizado por presos y guardias, vendiendo luego los productos con imposible competencia con los particulares, conducidos por vehículos del Estado y con conductores pagados y alimentados también con las cuentas públicas.

La fascinación por la construcción de edificios públicos, como la Casa de Gobierno en Santa Cruz y luego en Chubut, fue uno de los más claros casos de malversación de fondos y caudales públicos. No sólo hubo coimas en la adquisición de materiales para el edificio que tenía la rara particularidad de contar con 50 metros de frente, pero sólo 5 metros de fondo, con lo cual era una construcción demasiado rebuscada.

A los peones, albañiles y carpinteros se les pagaba como si fueran agentes o funcionarios policiales en comisión, pero sólo el 80 por ciento de lo que correspondía y había sido pactado. Como es dable suponer el 20 por ciento restante quedaba en los bolsillos del gobernador Lamarque y sus funcionarios, a esta altura en la clasificación de secuaces.

Pero el recuerdo histórico del gobernador Antonio Lamarque es más benigno en la provincia de Santa Cruz, al decir de los registros documentales. Bajo la presidencia de Roque Saenz Peña, acompañado del doctor Aureliano Roigt y Juan Albornoz, tristemente recordado en las huelgas del 21, como jefe de Policía.

Se preocupó para que se realizaran las primeras elecciones del Concejo Municipal en Río Gallegos, prestó mucha atención a la organización de la justicia y la Policía Territorial. Proyectó y concretó diversos caminos por el interior, uniendo lugares como el Lago Argentino, Viedma, San Martín y los costeros de San Julián, Paso Ibañez y Puerto Santa Cruz, conectándolos con Río Gallegos. Impulsó también la instalación de correos terrestres en diversos lugares donde los caminos se convirtieron en accesibles. Se lamentó mucho su alejamiento de Río Gallegos en 1913, luego de haber desarrollado un ejemplar gobierno en tan corto plazo, culmina diciendo la crónica de la historia oficial.

Como hechos poco conocidos figura uno por demás aberrante, en el que Lamarque, junto con el cuerpo de infantería, azotó ante numerosos niños y en la misma escuela al director de ésta, entre otros vejámenes y actos que demostraron un desprecio por sus semejantes y un absoluto abuso de poder.

Finalmente, tampoco quedó en claro la detención del comisario Arturo Loza, quien fuera recluido en las instalaciones del Ferrocarril de Puerto Deseado, a pedido de la justicia Federal, sin que quede en claro si fue a partir de una denuncia de la propia autoridad provincial que era requerida su aprehensión.

Fue uno de los escasos gobernadores que se manifestó a favor de los tehuelches ubicados en la reserva Camusu Aike, ante la presión que sobre su territorio de 90 mil hectáreas ejercían los ganaderos ávidos de seguir incorporando tierras a su capital

Una calle de la minera ciudad de Río Turbio lo recuerda con su nombre, naciendo en la calle gobernador Mayer y concluye en la calle Jorge Newbery. La numeración se inicia en el 400.

Surge como interrogante si fue que no se produjeron hechos de corrupción en Santa Cruz, o lo ocurrido en Chubut con el gobernador Antonio Lamarque cobró mayor dimensión a partir de contar con sectores más organizados y ser mayor la exposición que los diarios del lugar proyectaron en este caso.

ATE
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Periodista, investigador histórico y escritor con una larga trayectoria en los medios de comunicación de Río Gallegos, Santa Cruz. Actualmente conduce un programa de radio en FM UNPA, compartida con LU 14 Radio Provincia de Santa Cruz y AM 740 Radio Municipal de Puerto Deseado y publica sus investigaciones históricas en el diario Nuevo Día. Es de su autoría una Cantata de las Huelgas Patagónicas y letras de canciones. Vive en Río Gallegos
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