Mirar cómo nadan en ríos, lagos o el mar patagónico con temperaturas bajo cero te congela el aliento. Pero es furor, cientos de personas lo practican. Es más: tenemos una campeona mundial.
Algunas con trajes especiales de neoprene, otras con la malla solamente. Miles de personas ya disfrutan del placer extremo de nadar en las aguas heladas de la Patagonia en pleno invierno. Ríos, lagos, la costa atlántica o el Canal de Beagle son los escenarios preferidos de quienes por deporte, salud o placer se animan a estos chapuzones. Es más: es patagónica (viedmense) la campeona mundial de nado en aguas heladas.
Así es, la joven Ailén Lascano Micaz –entre otros logros internacionales- acaba de ganar el mundial de la especialidad al nadar en malla en el lago Bled de Eslovenia, con aguas de 5°C de temperatura, tras ser la mejor del mundo en el circuito Internacional de Aguas Heladas, ganando en las aguas gélidas de Suecia, Estonia, Alemania y Francia.
Pero sin ingresar en las competencias de élite, en la Patagonia cada vez es mayor la participación de mujeres y hombres en esta disciplina, que exige controles médicos y adecuación, pero que en todos los casos se expresa como una sensación “sin igual”.
La noche más larga del año se celebró en Ushuaia el año pasado con un grupo que nadó en las aguas heladas del Canal de Beagle, entre copos de nieve que brillaban en la oscuridad. En el río Limay, especialmente en la zona del Alto Valle neuquino, son muchas las personas que diariamente se sumergen en invierno en su correntada. La unión de los siete lagos neuquinos la realizó a nado en pleno invierno una mujer de Monte Hermoso. Y así, miles de historias y sensaciones que están haciendo furor en nuestra Patagonia: asociar el cuerpo al agua helada y al paisaje de invierno del sur argentino.
La Asociación de Nadadores de Aguas Frías
Pero este furor por nadar en las aguas heladas en pleno invierno no es nuevo y tiene quienes fueron pioneros en la disciplina, especialmente el guardavidas Walter Ruano, que llegó a Ushuaia en el año 2000, se metió al agua y volvió a ella en todas las estaciones del año. Y no sólo eso, fue uno de los creadores de la Asociación sin fines de lucro Nadadores de Aguas Frías (NAF) que hoy nuclea a unas 2400 personas de entre 13 y 67 años que practican la actividad en toda la Argentina, pero especialmente de la Patagonia.
La historia de Ruano, como la de Daiana Farrer (unió los siete lagos en el invierno de 2022), como la de Silvana Romero y Enrique Aguilera (de Cutral Co), de César Barrientos y Nancy Bulka (en el Beagle), de Verónica Cassano, Julia Ponce y otros (en el Limay), entre muchas más las iremos contando de aquí en adelante.
Pero queremos compartir un texto de otro amante de la disciplina, residente en Villa La Angostura y que además es médico: Andrés Sandoval. Forma parte del artículo “Fisiología con frío«, está en la página oficial de la NAF y se describen y analizan los principales conceptos y recomendaciones para la práctica de la natación en aguas frías, a partir de sus propias experiencias como nadador en los lagos neuquinos y del soporte de bibliografía especializada.
“Me han pedido muchas veces que cuente algo respecto a la natación en aguas frías, entendiendo esta por temperaturas menores de 10 grados, en general. Si bien no soy un destacado deportista sino un aficionado a la natación, el tener la profesión de médico aporta otra mirada que espero se refleje en el texto. La idea es compartir vivencias y conocimientos que les sean útiles a los nadadores amigos.
¿Cómo produce calor el cuerpo?
A través de reacciones metabólicas, fundamentalmente a nivel intracelular. Para hacerlo consume, principalmente, glucosa (o glucógeno), la cual se ingiere (hidratos de carbono) o toma de las reservas en: hígado y músculo.
¿Cómo se mantiene el calor?
El sistema circulatorio distribuye energía, calor y oxígeno al organismo. Y también retira los residuos que producen las células. Es regulado por los sistemas neurológicos simpático y parasimpático, que se apoyan en distintos sensores. Estos aumentan o disminuyen el flujo sanguíneo en las distintas partes del cuerpo.
¿El sobrepeso te facilita nadar en aguas frías?
Es habitual en nadadores de aguas frías, ver que tienen un poco de sobrepeso, lo cual también cambia si estamos viendo a nadadores recreativos o el mundial de natación en aguas gélidas.
A nivel fisiológico está demostrado que el aumento del tejido celular subcutáneo facilita la primera etapa que es la adaptación, a su vez la masa muscular tiene un rol importante en la fase posterior a la inmersión, que es la recuperación. Concluyendo en que un poco de TCS de mas y un entrenamiento que mejore la masa muscular, daría las condiciones óptimas para la práctica de la natación en aguas frías.
¿Por qué lo hacemos?
Desde lo vivencial cada cual tiene sus propias razones o no, ahora desde lo fisiológico: Es una actividad placentera.
Los mecanismos psicofisiológicos que subyacen al placer inducen a los seres vivos a reiterar en conductas gratificantes. El circuito del placer recorre un conjunto de estructuras cerebrales en torno al sistema límbico, en donde se liberan unas sustancias químicas (las endorfinas y la dopamina especialmente) cuando se siente placer, que son como la sal de la vida. Se trataba inicialmente de los refuerzos naturales de las conductas de supervivencia, como comer, necesarias para el mantenimiento de la persona y la continuidad de la especie. Pero la dopamina puede aumentar también cuando surgen conductas placenteras vividas normalmente (un beso, el sonido de la música o la lectura de un libro, el disfrute de una conversación con los amigos, la contemplación de una puesta de sol o una victoria en una competición deportiva).
Así el cerebro libera hormonas «de la felicidad», conocidas como endorfinas, que tienen gran relevancia para nuestra vida, tratándose de las moléculas que nos provocan sensaciones de verdadera satisfacción y felicidad, así como las que nos ayudan a soportar el dolor (físico y emocional). Su ausencia o un bajo nivel de ellas induce sintomatología depresiva y ansiosa, haciendo más difícil superar situaciones aversivas y traumas.
Y ya sabemos que la dopamina participa en el mecanismo de recompensa cerebral, que la serotonina es la conocida como hormona de la tranquilidad o que la noradrenalina nos ayuda a permanecer despiertos y atentos«.
En próximas entregas vamos a compartir una serie de entrevistas que realizamos con quienes practican esta disciplina que es furor en las aguas heladas de la Patagonia.