En un día histórico para el automovilismo argentino, el bonaerense Franco Colapinto probó un Fórmula 1 Williams FW45 en el test oficial de jóvenes pilotos y cumplió con el objetivo que le pidió el histórico equipo inglés, que fue sumar aprendizaje y comenzar a adaptarse.
Con apenas 20 años, Colapinto se unió al programa de jóvenes pilotos de Williams Racing en enero. Desde entonces, lució los colores distintivos del emblemático equipo en la pista y se le fue dando la tarea de realizar trabajos en el simulador de última generación durante 2023, ayudando a desarrollar el coche que ahora pudo conducir en pista.
Más allá de ganar experiencia arriba de un auto de F1, el objetivo fue dar los 300 kilómetros necesarios para poder sacar la Superlicencia.
El team inglés de Grove no le exigió tiempos, pero en su primera vuelta a plena velocidad con neumáticos medios se ubicó undécimo con un registro 1m28s475 a 2,2 segundos de la referencia que en ese momento fue el mexicano Sergio «Checo» Pérez con el Red Bull. Luego mejoró su tiempo y marcó 1m27s853.
«Fue un momento único. Es el primer día que me subo a un Fórmula 1. Sentarte ahí, acelerar, poner los cambios, después frenar por primera vez, es una locura. La velocidad de curva…
Son tantas cosas nuevas y tantas emociones que pasan en un momento como este. No muchos tienen la posibilidad de subirse a un Fórmula 1″, expresó Colapinto.
Y añadió: «Es lo que estuve soñando desde muy chico. Haber tenido este momento tan especial para cerrar el año es algo único y estoy agradecido con la gente que me viene apoyando hace años».
Los tiempos que logró
Aparte de comenzar a ganar experiencia arriba de un auto de F1, el objetivo fue dar los 300 kilómetros necesarios para poder sacar la Superlicencia. El team inglés de Grove no le exigió tiempos, pero en su primera vuelta a plena velocidad con neumáticos medios se ubicó undécimo con un registro 1m28s475 a 2,2 segundos de la referencia que en ese momento fue el mexicano Sergio Checo Pérez con el Red Bull. Luego mejoró su tiempo y marcó 1m27s853.
Luego de 26 giros llegó a ubicarse 10° en los registros con 1m27s258 y quedó a 1,5 del más veloz que siguió siendo Checo Pérez con 1m25s774. Después volvió a entrar en boxes, le recargaron combustible y otra vez los mecánicos metieron el coche en el garage. Tras los chequeos de rutina en el auto, le cambiaron los neumáticos y le pusieron los del compuesto blando.
Si bien estos ensayos tienen un tinte relajado y sin obligaciones para los novatos y experimentados, a esa altura Colapinto dejó atrás en la tabla a pilotos titulares en la F1 y con sobrado recorrido como Daniel Ricciardo (1m27s897 / Alpha Tauri), George Russell (1m28s817 / Mercedes), Guanyu Zhou (1m29s351 / Alfa Romeo), Alex Albon (1m29s541 con el otro Williams) y Lance Stroll (1m30s642 / Aston Martin).
Cumplidas 31 rondas, Franco volvió a los boxes para otro control en el coche y nuevamente salió a pista con gomas blandas. Se mantuvo prolijo en el circuito y ganando confianza en cada giro, algo que le permitió ir cada vez más fondo sobre el monoplaza de 1.000 caballos de potencia híbrida entre el motor de combustión Mercedes y el impulsor eléctrico.
Diez vueltas más tarde, Colapinto se ubicó en el 11° puesto con un crono de 1m27s.162 a 2,3 segundos del más rápido, Carlos Sainz con la Ferrari (1m24s799). Pese a no tener ninguna orden de Williams en cuanto a los registros, lo destacable de Franco es que no desentonó en su labor y siempre fue de menor a mayor: pasó del 1m28s a 1m27s y luego de 42 vueltas logró ubicarse octavo con un crono de 1m26s.832. Ese tiempo lo hubiese dejado 13º en la primera práctica libre del viernes en el GP de Abu Dhabi. Luego cayó un puesto con ese mismo crono y quedó noveno para terminar en el top ten entre 20 pilotos que giraron.
Finalmente cosechó los 300 kilómetros requeridos para poder sacar la Superlicencia y en cada salida a pista cumplió. Dio más de 65 vueltas, unos 350 kilómetros. Cuidó el auto, demostró una rápida adaptación y fue constante en los tiempos. Tuvo una impronta y templanza arriba del coche como si contara con miles de kilómetros encima.
Pasaron 16 años
Con la prueba que realizó Colapinto un compatriota volvió a conducir un auto contemporáneo de la Máxima categoría después de 16 años. Casualmente, la última vez que sucedió esto fue en octubre de 2007 y por partida doble:
El viernes 5 de octubre de aquel año, Ricardo Risatti se subió a un Toyota TF106/9 en el circuito francés de Paul Ricard. El piloto de Laboulaye accedió a esta posibilidad como premio por el título logrado en la Fórmula 3 Española en 2006.
“Fue increíble, nada supera a un F.1. Pude girar sin problemas y durante todo el ensayo me sentí muy a gusto con el equipo y con la conducción del auto en general. El F.1 es fantástico; me sorprendió la velocidad en curvas y lo bien que se maneja con la dirección hidráulica. Mi ingeniero me felicitó y me dijo que estaban contentos con mi trabajo, especialmente cuando tenía poco combustible y me mandaron a hacer las vueltas rápidas. Toda mi vida esperé por este momento y finalmente todo salio bien”, dijo Caíto después de aquella épica jornada.
Tras la prueba de Risatti no hubo que esperar demasiado para ver a otro argentino arriba de un F.1. Es que el sábado 6 y el domingo 7 de octubre, José María López realizó una exhibición arriba de un Williams-Toyota en el marco de los 200 Kilómetros de Buenos Aires del TC2000. La elección del piloto de Río Tercero no fue casual ya que para eso se tuvo en cuenta sus antecedentes como piloto de pruebas de RenaultF1.
Tal como estaba previsto, el Williams-Toyota de 2006 pisó la pista del autódromo porteño cinco veces, las primeras tres fueron el sábado y las restantes el domingo. Las salidas sabatinas fueron para que el cordobés le tomase la mano y para chequear el correcto funcionamiento del vehículo de cara a la demostración dominical.
“No tuve posibilidad de trabajar con la puesta a punto del auto. Me lo dieron con un reglaje preestablecido y lo único que hice fue manejar. La caja de velocidades se relacionó con un programa de simulación, mientras que el despeje del suelo y la carga aerodinámica se dispuso para que el auto fuese lo más seguro posible”, contó López tras el ensayo.