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“Combatir la nada” con una foto, desde Cutral Co hasta Europa y América

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Sus obras recorren el mundo, nacidas en los sistemas más antiguos de la fotografía, en los analógicos o en los digitales. Pasión por este lenguaje testimonial.

No sólo es la calidad de cada imagen. Lo fundamental en esta fotógrafa neuquina que pasea sus obras por el mundo, es la actitud apasionada de “combatir la nada”.

Ir por la memoria, por sostenerla y alimentarla como sea. Si es necesario, si hace falta con una foto. Con un gatillo contra la nada. Porque lo siente Alejandra Zapata como lo dijo Julio Cortázar: «Entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores es sacar fotografías».

Apuntarle al olvido con el arte porque de eso se trata la vida de una mujer apasionada: ser testimonio, color, si es imprescindible en gris y si es urgente, con toda la paleta.

En Alejandra Zapata hizo raíz la vocación artística desde que nació en Cutral Co en octubre del 79, alrededor de una familia con música, poesía, colores, lecturas y andanzas. Ese aire respiró y respira hoy, que lleva un corazón cutralquense bajo el brazo por las calles de Buenos Aires.

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El placer, nos dice desde allí, es hablar con la imagen como lenguaje cotidiano que permita combatir la nada. Y también saber cuando no hace falta la foto, cuando hay que apagar la cámara porque ese momento, esa persona, ese lugar, ese testimonio ya lo tiene todo para luchar contra el olvido. Ese instante que queda en uno o en cientas de personas ya tiene su vida propia y nada ni nadie podrá desaparecerlo.

Si bien el inicio de la pasión por la imagen y el arte lo podemos ubicar en su origen del centro neuquino, ella siente que también comenzó hace unos diez años cuando una de sus fotos pasó a ser un afiche de calle. Cuando en 2013 registró a mujeres manifestándose en Neuquén y en Buenos Aires y siguió después entre 2016 y 2022, se conformó la muestra “Mariposas y Leonas” que ha sido un estandarte feminista no sólo en varias ciudades de nuestro país sino también en Roma, Croacia, Eslovaquia y Austria. Esas obras fueron seleccionadas además para una muestra en Lima y está preparando otra para Ecuador.

Cuatro obras de la muestra «Mariposas y Leonas» que recorre el mundo.

Y qué otra cosa puede ser la fotografía si no tiene algo de mariposa o de leona, si es necesario, para combatir la nada, reflexiona en voz alta.

Esa eterna mariposa multicolor o blanca y negra o esa leona imprescindible, en estos días busca luchar contra el olvido del amor cotidiano. Esas íntimas o públicas caricias y gestos que son el obturador de la vida. Con el momento a su disposición toma la foto, se acerca a las personas, se las muestra, les pide permiso y si están de acuerdo, se eterniza en forma de testimonio, de palabra visual que lo dice todo. Involucrada ella con las personas y las situaciones, como lo hizo cuando conformó la obra “La Luz de la Música”, donde invitó a ser “testigos del abrazo de la forma y el sonido. La foto espía y atesora los pequeños y efímeros momentos que la música alumbra, iluminando a quien la interpreta, la foto logra eternizar ese instante único, testimoniando la magia de quienes la interpretan. El momento, el color, la emoción, quedaran para siempre en el instante de la foto, reemplazando el tiempo y la palabra”.

Imágenes de la obra «La Luz de la Música»

El instrumento de esta música audiovisual puede ser un antiguo sistema de la fotografía, con una cámara estenopeica, o una analógica o digital. Seguramente es la pasión la que elige de qué forma combatir esa nada que se aproxima, ese olvido que amenaza.

En esta nota compartimos algunas de esas expresiones, que palparon un momento a través de un rollo revelado o de un dispositivo USB.

Ha cambiado la mirada propia y la del entorno, nos dice cuando hablamos de las nuevas realidades tecnológicas que no existían en aquél Cutral Co. Hoy la imagen es casi una extensión del cuerpo, un miembro más de cada una de las horas del día. Sin embargo, ese registro caótico de momentos también puede llevar a excitar al olvido, a envalentonar la pérdida de memoria. Por eso, esta docente, psicóloga social y militante feminista, es una de las imprescindibles.

Porque el olvido no se puede llevar las tonalidades de nuestras vidas, no puede secuestrarnos el color, no debe descuartizar las palabras visuales. Porque hay que avanzar contra la nada con todas las armas, con todo el arte, con todas las Alejandras Zapatas posibles.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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