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Cómo vivieron madre e hija un arreo en las alturas neuquinas

Natalia Giselle Martínez
Por Natalia Giselle Martínez
Madre e hija en una aventura de tradiciones neuquinas Foto: Archivo.

Familias crianceras del norte neuquino practican una modalidad ancestral de subir a las alturas de la cordillera en busca de pastos frescos para su ganado y a mediados del otoño, retornan a sus hogares, ubicados generalmente en la zona de los valles. Esa práctica ancestral, llamada “veranada” e “invernada”, respectivamente, marca un perfil productivo único en América y es llamada la trashumancia.

El tránsito de los animales, mayormente chivos y ovejas más algún ganado vacuno, se realiza durante varios días por recorridos que están marcados desde antaño por antepasados de esas familias crianceras. Esos caminos de ida y vuelta no siempre son respetados por propietarios de campos, aunque existe legislación que resguarda ese tránsito tanto para las “veranadas” como para las “invernadas”. También existe conflicto de esos arreos con el tránsito de vehículos y camiones por las rutas del norte neuquino, que en su mayoría se trazaron teniendo en cuenta esas huellas ancestrales por donde viajan campesinos y ganado.

Ese perfil único que tiene la región norte del Neuquén, la trashumancia, busca en los últimos años generar además de identidad, un recurso de difusión y turismo de la zona.

Así, una empresa turística de Varvarco, Rumbo Norte, organizó una actividad de acompañamiento a las familias que con sus arreos descienden de las alturas del norte neuquino hacia las zonas más bajas, adonde pasan la mayor parte del año.

Dividida en tres etapas, la participación en los arreos se llevó a cabo desde la zona de Manzano Amargo hasta Varvarco, desde Butalón Norte hasta Chenque Malal y desde allí hasta El Llano, entre el 11 y 16 de abril.

La experiencia de madre e hija

Un viaje te puede cambiar la vida y la forma de vivir. La aventura de madre (Alex Tersoglio) e hija (Kenya) en la trashumancia en las alturas del norte neuquino, en la zona de Huinganco, será un antes y un después, aunque no es el primer gran desafío de vida que encaran juntas.

Alex y Kenya viajaron desde Villa La Angostura donde residen hasta Chenque Malal y desde allí, descendieron hasta Huinganco, en el marco de la actividad prevista por la mencionada agencia de turismo. Al llegar a su destino quedaron sorprendidas por las bellezas de vegetación, arboles, colores y vivero forestal comunitario. A pocos metros ver el río Neuquén, sin duda es un paisaje que enamora a cada turista.

Alex andando en caballo, observando la naturaleza

En dos días, ellas vivieron un acto de profundo respeto por la naturaleza, realizaron las tareas del campo, montaron a caballo, arrearon los animales y compartieron todas las actividades de los crianceros.

Alex comentó que la caminata es extremadamente lenta, los tiempos se pasan despacio y siempre hay trabajo que hacer. El aburrimiento no existió por dos días.

Tengo la suerte de tener muchas aventuras en mi vida, pero sin lugar a duda esta ha sido una de las experiencias más maravillosas que he tenido. Está entre las top 5. Por todas las cosas que me transmitió y como me emocionó pude andar a caballo que es lo que amo, pude trabajar con perros que amo. Un excelente sentido de humor y con una dulzura tremenda, paciencia. Hoy en día cuesta encontrar gente con buena esencia y ahí todos tenían buena esencia. Uno terminaba cansado pero el día siguiente no veía la hora de volver a hacer el exhaustivo trabajo”, comentó Alex.

Además de ver la belleza del norte neuquino, quedó fascinada con los crianceros, los arrieros, porque pudo conocer su vida, cómo viven, cómo se comunican y la pasión que transmiten mientras que trabajan en conjunto. «Comentaban algunas anécdotas, algunas historias de humor, siempre con un mate amargo», indicó.

Alex comenta: “Los automovilistas pasaban y se quedaban sorprendidos de ver que había mujeres arreando porque la gran mayoría siempre son hombres. Ver a mi hija, después verme a mí y con el amor que nos saludaban. Y ella poder entender en carne propia algo tan tradicional, neuquino. No contarlo, no leerlo, no verlo en fotos, sino vivirlo desde adentro”.

https://www.youtube.com/watch?v=lMIcKgLfp6g

Alex recomienda este viaje porque es un testimonio vivo de la relación profunda entre el ser humano y la naturaleza. A medida que la ciudad avanza hacia el futuro, preservar, revitalizar y revalorizar las tradiciones del norte neuquino.

El testimonio de madre e hija es muy valioso para el desarrollo de esta actividad donde se propone compartir las horas, lugares y modalidades de la trashumancia, tanto en la época de verano cuando suben a las alturas de la cordillera como en el otoño, cuando ya regresan a sus viviendas más permanentes. Una experiencia que aportará a futuros emprendimientos de desarrollo turístico en el norte neuquino.

ATE
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Técnica Superior en Periodismo Institucional y Técnica Superior en Periodismo Deportivo. Egresada del Instituto Séneca, Neuquén.
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