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Cuántos aumentos faltan para la electricidad, el gas y los combustibles (tercera parte)

Walter Fagyas
Por Walter Fagyas
Tercera entrega de la investigación de los aumentos que faltan en el gas, la electricidad y los combustibles. Foto: archivo

Desde hace dos domingos, venimos analizando los aumentos de este mes en el sector de energía, primero el del impuesto a los combustibles https://alertadigital.ar/cuantos-aumentos-faltan-para-el-gas-la-electricidad-y-los-impuestos-a-los-combustibles/ y la semana pasada el del gas https://alertadigital.ar/cuantos-aumentos-faltan-para-el-gas-y-la-electricidad-segunda-parte/. Siendo que nos falta analizar el tercer aumento importante en el sector de energía, el de la electricidad, que ya tratamos en julio https://alertadigital.ar/el-pendulo-entre-subsidios-e-inflacion-mientras-batimos-records-de-consumo-de-energia/. Hoy, volveremos a trata de responder la misma pregunta de la semana pasada ¿por qué está aumentando todos los meses y cuanto faltaría que siga aumentando? Para eso veamos los componentes, cuanto se subsidia y así poder proyectar cuales podrían ser los escenarios futuros.

   Primero, refresquemos algunos conceptos sobre la factura de electricidad  https://alertadigital.ar/lo-que-se-dice-y-lo-que-se-oculta-del-congelamiento-de-tarifas-de-gas-y-electricidad/ . En su momento, pudimos ver los 3 componentes principales de una factura de electricidad: Precio Mayorista de la Electricidad (lo fija la Secretaría de Energía), Tarifa de Transporte (la fija el ENRE) y la Tarifa de Distribución (las fija la autoridad provincial en Neuquén), más impuestos, tasas y otros. Aunque el tema de tasas, está por verse luego de que este miércoles, el Secretario de Industria y Comercio prohibiera cobrar tasas a las provincias y municipios junto con los servicios públicos, dando un plazo para ajustarse de 30 días. En esta normativa se puede leer que “la información relacionada con los conceptos contenidos en los comprobantes emitidos por los proveedores de bienes y servicios en el marco de las relaciones de consumo…, deberán referirse en forma única y exclusiva al bien o servicio contratado específicamente por el consumidor y suministrado por el proveedor, no pudiendo contener sumas o conceptos ajenos a dicho bien o servicio”. Es decir, en las facturas de electricidad solo se podría incluir el servicio eléctrico.

   Volviendo a la tarifa eléctrica, a mi entender, es la más compleja porque para considerar el precio mayorista de la electricidad que establece la Secretaría de Energía, juegan varios componentes que se van sumando: el combustible con que se genera, los contratos vigentes en dólares y los generadores sin contratos con CAMMESA.

    Hasta hace unos meses, CAMMESA  (la empresa mayorista de electricidad que maneja el despacho y registra la relación comercial entre todos los agentes del mercado eléctrico) compraba todo el combustible para las usinas y luego los distribuía con el criterio de mayor eficiencia y necesidades de generación locales. De esta manera, CAMMESA le compra gas natural a los productores a través de las licitaciones del Plan GasAr (desde el 202 al 2028, que mencionamos el domingo pasado), además de subastas mensuales a productores y comercializadoras de gas (estas subastas las realiza en el MEGSA , el mercado electrónico de gas creado por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires) y el resto del gas se lo compra a ENARSA (gas de Bolivia y GNL regasificado principalmente). Adicionalmente, cuando el gas natural no alcanza, CAMMESA compra fuel oil local e importa el fuel oil necesario al igual que importa gasoil para las usinas (en el caso de que el gasoil sea utilizado en Ciclo Combinados debe ser un gasoil con bajo contenido de minerales para evitar la corrosión, que se debe importar porque no se refina en el país).

  Luego tenemos los contratos vigentes entre generadores y CAMMESA, gran parte de la generación renovable del país, contratada a través de las licitaciones RenovAr. Estos contratos están denominados en dólares, por lo que cualquier devaluación, como la del último diciembre, produce que se traslade esta devaluación al precio pasado a pesos de estos contratos. Y, por último, tenemos la generación sin contratos vigentes, cuya remuneración (cuánto se la paga a cada generador) la fija la Secretaría de Energía. Y no quiero dejar de mencionar, en esta simplificación, que hay otros componentes del precio mayorista de la electricidad, como la importación de energía, entre los más relevantes.

   Así que debemos ver como el gobierno incrementa el precio mayorista, pero por otra parte, le aumentan los componentes de precio como el costo del gas, que está dolarizado, al igual que el del fuel oil y el gasoil importado, o el precio al que importa la energía de países limítrofes. A lo que se le suma que debe ajustar la remuneración que reciben los generadores sin contratos vigentes. En un juego, donde aumenta el precio mayorista, le aumenta los componentes de este precio, pero que solo puede trasladar parcialmente estos incrementos.

  Y llegamos al último día de agosto de este año, donde la Secretaría de Energía publica dos resoluciones ajustando el precio mayorista, que luego trasladan las distribuidoras como CALF y EPEN a la factura de electricidad y por otra parte, le incrementa la remuneración a los generadores sin contratos. Para que se entienda, el gobierno aumentó el precio de la electricidad, que no alcanza a cubrir el costo de generarla, porque algunos componentes están dolarizados, otras aumentan exponencialmente como el consumo de gasoil en el invierno y a esto le suma el ajuste a la remuneración de los generadores. Todo esto, ante la atenta mirada del Ministro de Economía que le fija a la Secretaría los porcentajes máximos que puede aumentar, para que no alimenten la inflación.

  Veamos estas resoluciones, la primera Resolución de la Secretaría de Energía estableció las remuneraciones para la generación eléctrica sin contratos, al igual que la potencia. Estas remuneraciones se aplican a toda la generación cuyos contratos de abastecimiento ya vencieron (en su mayoría de más de 10 años de puesta en servicio), incluyendo las grandes hidroeléctricas, las nucleares y la mayoría de las usinas térmicas. Con la misma instrucción del Ministerio de Economía mencionada para el incremento del precio de gas. En esta normativa podemos leer que, mediante nota del 28 de agosto del ministerio de Economía, “se instruyó a esta Secretaria de Energía a continuar con el sendero de actualización de precios y tarifas del sector energético, en un contexto de notoria desaceleración inflacionaria verificada a la fecha, y con el objetivo de mantener los precios y tarifas del sector en valores reales lo más constantes posibles”. El incremento fue del 5% con respecto a las remuneraciones establecidas en agosto.

   La segunda Resolución de la Secretaría de Energía estableció para el período comprendido entre el 1° de septiembre de 2024 y el 31 de octubre de 2024, para la demanda de energía eléctrica declarada por los Agentes Distribuidores y/o Prestadores del Servicio Público de Distribución del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), para abastecer a sus usuarios de energía eléctrica, la aplicación de los Precios de Referencia de la Potencia y el Precio Estabilizado de la Energía (en base a los cuales se les aplican a los cuadros tarifarios en cada jurisdicción, por ejemplo en Neuquén a los de la CALF y el EPEN).  El incremento fue del 5% con respecto a los precios establecidos en agosto.

Y aquí podemos ver en este gráfico, cómo impacta el aumento del precio mayorista de la electricidad, que a la vez no alcanza a cubrir el costo de la generación real.

  También podemos observar el comportamiento de los subsidios en este sector, el Precio Estacional sancionado por la Secretaría de Energía, a pesar de haberse casi quintuplicado año contra año, cubre sólo el 56% del Precio Real de Generación de Energía + Potencia + Energía (Monómico). Para tener una idea del impacto de la devaluación en el precio de mayorista de la electricidad, en noviembre este precio rondaba los $ 20.000/MWh, y en julio superó los $ 88.000/MWh mientras que el precio sancionado por la Secretaría de Energía hace un año era de $ 10.500/MWh pasó los $ 49.000/MWh en julio (aunque los usuarios residenciales de altos ingresos y comercios e industrias, independientemente de su tamaño, ya pagan la electricidad cerca de $ 53.000/MWh).

  A esto se le sumo que el primer día hábil de septiembre, le llegó el turno a los aumentos para el transporte eléctrico. Ese día, se publicaron 8 resoluciones del ENRE, aprobando los nuevos valores horarios para TRANSBA, TRANSENER, Distrocuyo, TRANSNOA, TRANSNEA, TRANSPA, Transcomahue y  EPEN. Mencionando nuevamente la nota del  28 de agosto de 2024, en al que el Ministerio de Economía instruyó a la Secretaria de Energía, entre otras cosas, a llevar adelante las acciones necesarias para ajustar “…la tarifa de transporte (…) en un 6%…” y comunicar al ENRE para que proceda a la actualización de las mismas para los consumos del mes de septiembre de 2024, “…a fin de no incurrir nuevamente en prácticas distorsivas de los precios y tarifas del sector energético, en un contexto de notoria desaceleración inflacionaria verificada a la fecha, resulta razonable y prudente actualizar los mismos.

   En conclusión, tal como hemos visto la semana pasada, al igual que en los impuestos a los combustibles y el gas, el gobierno ha decidido administrar los aumentos de electricidad realizando ajustes mes a mes, acompañando la inflación. Es decir, tratando de que las tarifas de electricidad NO alimenten la inflación, pero, por otra parte, también trata de que NO aumenten los subsidios al retrasar las tarifas. Por lo que nuevamente cabe esperar, un incremento a partir del 1° de octubre que acompañe los valores de la inflación mensual, sin olvidar que el precio de la electricidad tiene componentes en dólares. Ahora debemos ver que camino tomara el gobierno nacional, si seguirá acompañando la inflación, lo más probable a mi entender, o si por el contrario el gobierno intente recortar el subsidio en este sector con un aumento aún mayor del precio mayorista de la electricidad.   

   Por último, cuando hablamos de electricidad, el subsidio del Estado se da en varios componentes, por el precio en las tarifas que pagan los usuarios, que sin subsidio no alcanza a cubrir el precio adjudicado en el Plan Gas.Ar. Y adicionalmente, los costos de importar gasoil, gas de Bolivia y el GNL que son más caros que el Plan Gas.Ar. Ni los costos de importar energía de Brasil o de Chile. Además de los contratos vigentes que están dolarizados.  Por estas razones, habrá que ver como maneja, en el futuro, este tema el gobierno con el límite de no alimentar la inflación y la pobreza.

Que tengan un buen fin de semana y ¡nos leemos el próximo domingo!

ATE
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Magister y consultor de Energía
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