Dos especialistas en antropología y arqueología participaron del hallazgo que incorpora una información fundamental de quienes vivieron hace 52 mil años.
El hallazgo de restos humanos de Neandertal, dados a conocer hace unos días en España tuvo en el equipo a una científica y un científico de Esquel, provincia del Chubut. Se trata de Heidi Hammond y Leandro Zilio, que forman parte del CONICET y de la Universidad Nacional San Juan Bosco, con sede en esa ciudad.
El descubrimiento que sacudió al mundo científico se dio a conocer el viernes pasado en el sitio arqueológico de de Cova de les Teixoneres (en el municipio de Moià – España) y pertenecen a dos fragmentos de occipital (espalda del cráneo) de un individuo juvenil Neandertal.
La investigación en el lugar comenzó hace siete años con los primeros hallazgos y continuó ahora con la participación de la pareja de expertos patagónicos y está encabezada por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA).
Según el director del IPHES-CERCA, Robert Sala, se trata de «un hallazgo extremadamente singular», ya que estos restos de cráneo corresponden al cuarto individuo recuperado en el yacimiento desde que en 2016 aparecieron los primeros restos humanos, indicó la agencia de noticias EFE.
Además, los estudios que se llevan a cabo han permitido identificar marcas de corte en la superficie de algunos de estos huesos, lo que se ha interpretado como resultado de actividades relacionadas con el canibalismo.
Con estos restos son al menos cuatro los individuos de distintas edades recuperados en el yacimiento, desde que en 2016 se hallaran los de un niño neandertal.
Desde entonces, se han encontrado más restos humanos aislados que han podido ser asignados a, como mínimo, tres individuos diferentes: un niño de unos 6-7 años, otro de más de 11 años y un tercer individuo senil.
Ahora, durante la campaña que se está celebrando este mes de junio, se han localizado los restos de un cuarto individuo, dos fragmentos de un mismo occipital en pleno desarrollo si bien presenta ya las suturas occipito-mastoides bien formadas, que, por sus características físicas, podría pertenecer a un individuo juvenil, casi adulto.
Esta gran cantidad de restos humanos convierte a la Cova de les Teixoneres en uno de los enclaves más importantes para conocer el mundo neandertal.
Según los estudios efectuados hasta ahora, todos estos restos tienen una cronología ligeramente superior a los 52.000 años de antigüedad y se encontraban dispersos en una misma superficie en la entrada de la cavidad y mezclados con los huesos y los dientes de otros animales cazados por estos humanos.
Aunque en su inicio se hacía difícil averiguar las causas concretas de su presencia en la cueva, el descubrimiento de marcas de corte en una clavícula hace pensar que fueron procesados por otros neandertales y muy posiblemente comidos por sus congéneres, apunta Sala.
Además, los restos de estos humanos están muy fragmentados, probablemente para poder acceder a la médula y otros nutrientes contenidos en el interior de sus huesos.
Esto hace que la mayoría de ellos sean muy difíciles de reconocer y distinguirlos de los demás animales, sobre todo en el caso de los restos correspondientes a niños.
Para paliar esta dificultad, el equipo está utilizando técnicas biomoleculares muy especializadas para identificarlas y poder realizar estudios de ADN, tanto mitocondrial como nuclear, y se espera que con los resultados de estos estudios aumente el número de restos humanos identificados.
Este no es el primer caso documentado de canibalismo entre los neandertales, pero sí que es el primero identificado en Cataluña, y aunque la antropofagia no parece haber sido un fenómeno habitual entre estos humanos, en Europa existen algunos yacimientos que sugieren prácticas parecidas, lo que hace pensar a los arqueólogos que, en un futuro, saldrán otros casos similares.
Heidi Hammond, oriunda de Esquel, es Licenciada en Antropología, investigadora del CONICET e integra el equipo responsable del hallazgo. También forma parte del equipo Leandro Zilio, platense y residente en Esquel y trabaja en CONICET y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Ambos forman parte del equipo de investigación del proyecto español desde el año 2018.
Estudios en Patagonia
Ambos científicos también son autores de numerosas investigaciones sobre el pasado en nuestra Patagonia, especialmente el estudio arqueológico de un sector ubicado a 20 kilómetros al norte de la ciudad de Puerto Deseado, en el área de la costa norte de Santa Cruz. El tramo analizado “se caracteriza por la presencia de ocho cuerpos lagunares endorreicos con contenido ocasional de agua aportado por las lluvias y la escorrentía superficial”.
El objetivo de ese trabajo fue “evaluar la presencia, distribución espacial y las características del registro arqueológico en este paisaje lagunar, adyacente a una franja de litoral atlántico definida en estudios previos por la ausencia de materiales arqueológicos”.
Para ello “se realizaron prospecciones sistemáticas en el campo y en los márgenes de la totalidad de las lagunas se identificaron materiales arqueológicos. Además se llevaron a cabo dos sondeos estratigráficos y una datación radiocarbónica. Los resultados obtenidos se discuten en el marco de las evidencias disponibles para el área de estudio. Finalmente, se plantea que las poblaciones pasadas habrían hecho un uso diferencial, aunque complementario, del espacio lagunar y el litoral marítimo adyacente. La complementariedad en el uso de los espacios habría estado relacionada con la estructura de los recursos y las características de los sustratos de ocupación disponibles”.