El derretimiento del glaciar en el Ventisquero Negro en el último tiempo debido al cambio climático ha generado un espejo de agua de 70 metros de profundidad en Bariloche.
La imagen del glaciar Perito Moreno, con su profundo blanco que cae a pedazos sobre las cristalinas aguas del lago Argentino nos ha formado en la idea que todas esas inmensas masas de hielo en movimiento deben ser así. Pero no. Existen, como en el cerro Tronador de Bariloche, impresionantes lenguas de hielo eterno que por el sedimento arcilloso de las aguas que lo alimentan, pueden ser más oscuros. O negros, directamente.
Esa es la característica del Ventisquero Negro que está ubicado a unos mil metros sobre el nivel del mar (un poco antes de la mitad de camino de la cima del cerro Tronador), que es nutrido de agua de las laderas del cordón montañoso que rodea a Bariloche y la zona y que técnicamente es de los llamados “en retroceso”, es decir que permanentemente sufre desprendimientos que “tronan” especialmente en primavera y verano y que le dan nombre a ese cerro. El extremo más visible del glaciar desemboca en una histórica laguna que en las últimas décadas se ha transformado en un maravilloso lago. Esa ampliación del espejo de agua está lejos de tener una mirada optimista por parte de quienes estudian los glaciares, como se advirtió desde la comunidad científica barilochense.
Es que este glaciar, uno de los catorce que tiene el Tronador, es afectado por el aumento de la temperatura global en una de las muestras más preocupantes y palpables del llamado calentamiento global.
“En las regiones montañosas, el signo más evidente del acelere que tiene el cambio climático, es la pérdida alarmante de glaciares que lleva, a su vez, a la pérdida de un ecosistema particular”, aseguró Beatriz Modenutti, investigadora del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma) que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue.
Lo que hace unos años era una pequeña laguna producto del deshielo natural del glaciar, en las últimas mediciones realizadas en el Ventisquero Negro muestran un gran lago de unos 70 metros de profundidad en su parte central. Por otro lado, originalmente, el agua del lago es oscura. Pero ahora se detectan cambios en el río Manso y en el lago Mascardi, donde el agua “se está aclarando ya que recibe mucha menos arcilla de los glaciares”.
Desde la universidad, recalcaron que el clima de la Tierra ha variado a lo largo de su historia debido a cambios naturales, como las erupciones volcánicas, cambios en la órbita de traslación de la tierra y las variaciones en la composición de la atmósfera, entre otros. Desde los últimos años del siglo XIX, la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado más de 0,6 grados. “Este aumento está vinculado al proceso de industrialización iniciado hace más de un siglo y, en particular, a la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola”, advirtieron y destacaron que “hay un cambio climático que puede llegar a ser crítico”.
Modenutti planteó que a lo largo de las eras geológicas, hubo cambios climáticos; por ende, no es la primera vez que el planeta sufre calentamiento y enfriamiento. “Lo que sucede en este momento -agregó- es que, por efecto del hombre y particularmente de algunos países como Estados Unidos y China, emiten gases de tipo invernadero que provocan este calentamiento que actualmente sufre el planeta. Estamos en un período donde el cambio se ha acelerado y realmente es muy alarmante”.
Más allá de la aparición de nuevos lagos, otra de las consecuencias es el cambio de temperatura en estos espejos de agua. Esto altera a los organismos que allí viven y el hecho de que la temperatura aumente un grado “representa un cambio drástico en la reproducción de las especies, lo que da como resultado un desequilibrio en el ecosistema acuático”. Modenutti consideró que “esos pequeños cambios representan un trastorno enorme”.
En relación al glaciar Ventisquero Negro, los investigadores observan una retracción importante durante los últimos años que generó la paulatina formación del lago que continúa en aumento en estos días.
La recomendación para los grandes países emisores es que tomen conciencia de la situación a fin de avanzar en la disminución de esas emisiones, cambiando la utilización de la energía y no utilizando combustibles fósiles, por ejemplo. «Si bien todos los países emiten gases de efecto invernadero y hay cuestiones personales que cada ser humano puede tener en cuenta para reducir el impacto, como el uso indebido e innecesario de vehículos para trasladarse de un lado a otro, sin duda son los gobiernos los que tienen que tomar las medidas más importantes a nivel global”, afirmó la docente universitaria.