El gobierno de Estados Unidos inició acciones legales contra Apple, acusándola de infringir las leyes antimonopolio. Según el Departamento de Justicia y dieciséis fiscales estatales, Apple restringe la compatibilidad de sus productos con los de otras compañías, impone altas tarifas a los desarrolladores digitales y mantiene un monopolio sobre su tienda de aplicaciones, la App Store. Apple, por su parte, argumenta que esta demanda pone en peligro los principios del libre mercado.
El litigio, presentado en un tribunal federal de Nueva Jersey, sostiene que Apple limita el acceso a las funcionalidades de hardware y software de sus competidores, lo cual supone una infracción a las normativas antimonopolio. «Apple cobra cerca de u$s 1.600 por un iPhone, pero nuestra demanda afirma que la empresa mantiene un poder monopólico en el mercado de smartphones no solo por superar a la competencia en méritos, sino también violando la ley antimonopolio federal,» declaró Merrick Garland, fiscal general de los Estados Unidos.
La demanda destaca que la conducta de Apple ha resultado en un incremento de costos para los consumidores, restricciones a la innovación y limitaciones en las funciones disponibles, consolidando así su dominio en el mercado. Se critica a Apple por obstruir el desarrollo de «súper aplicaciones» que facilitarían la transferencia de datos entre diferentes sistemas operativos y por impedir la expansión de servicios de streaming de alta calidad que no requieran pagos adicionales por almacenamiento en la nube.
Además de enfocarse en el iPhone, la demanda también abarca otros productos como el Apple Watch, el iPad y el iMac, argumentando que están diseñados para operar exclusivamente con otros dispositivos de Apple, cerrando efectivamente el mercado a competidores.
Apple ha respondido a estas acusaciones, negándolas y criticando al gobierno de Joe Biden por lo que consideran una excesiva intervención federal. La empresa defiende la singularidad y los principios de sus productos, alegando que una victoria en la demanda podría establecer un precedente peligroso para la intervención gubernamental en el diseño tecnológico.
La denuncia también menciona que Apple no solo enfrenta este desafío legal, sino que es parte de un grupo más amplio de gigantes tecnológicos, como Google, Amazon y Microsoft, que han sido demandados por el Departamento de Justicia por prácticas similares. La Comisión Federal de Comunicaciones está investigando a otras grandes corporaciones, incluidas Facebook y Meta, por violaciones antimonopolio.
Apple, una de las empresas más grandes a nivel mundial con ingresos anuales cercanos a los 400 mil millones de dólares y un valor de mercado de casi 3 billones, ha enfrentado diversas acusaciones legales en el pasado. Desde acuerdos ilegales de no contratación hasta la fijación de precios de libros electrónicos, Apple ha tenido que modificar sus prácticas para cumplir con las leyes antimonopolio.
Las críticas no se limitan al sector público; empresas como Meta, Microsoft y X han expresado su descontento con Apple, especialmente en lo relacionado con las regulaciones de pago en la App Store. La Unión Europea también ha tomado medidas, exigiendo a Apple que permita la descarga de aplicaciones desde tiendas alternativas al App Store y adaptando sus dispositivos a estándares comunes como el puerto de carga USB-C.