En esta edición de El Diario de Vanesa quiero compartir una situación que nos implica a todos y que forma parte de nuestra vida cotidiana desde hace unos años. La aparición de los teléfonos celulares, que más allá de la posibilidad de comunicarnos con el mundo también nos ha traído una serie de comportamientos que pueden ser peligrosos.
La reciente aparición de la película “No puedo vivir sin ti”, protagonizada por Adrián Suar, me impactó por cómo nos muestra esa dependencia que hemos creado con el aparato. En mi caso particular, la relación con el teléfono es permanente porque trabajo con él, a través de él me llegan pedidos para el traslado de mascotas por todo el país, me comunico con esas personas, me oriento cuando debo llegar a destino, pero -debo reconocerlo- ocupa todos mis momentos, más allá del trabajo diario.
Por esta inquietud, consulté a una especialista en el tema, la Lic. Silvina Buchsbaum, que ha estudiado en profundidad este tema y amablemente nos compartió sus reflexiones para Alerta Digital.
En la charla, la profesional nos interpela sobre los hábitos que hemos creado con el aparato, cómo también incentivamos a nuestros pequeños a su utilización y en cierto punto, trasladamos esa dependencia.
Silvina nos hace pensar sobre esos momentos familiares o de relaciones sociales donde el aparato se interpone entre la comunicación personal, nos distancia de la cercanía en el afecto y pone una barrera en los diálogos.
Ese aparato y el avance de la tecnología forman parte de nuestra vida y ella nos hace ver que no lo debemos desechar, por el contrario, debemos utilizarlo en nuestro bien, en todo su potencial.
Pero debemos tener las herramientas para que no dependamos constantemente del celular, que no se genere esa adicción que nos puede destruir los vínculos. Es una extensión nuestra, nos dice en el video que compartimos en esta nota, nos lleva de la mano permanentemente y allí es donde debemos prestar atención.
Una reflexión que siempre viene muy bien en cuanto a nuestros hábitos cotidianos que también, en muchos casos, nos aleja de otros placeres como el contacto con la naturaleza, el ejercicio físico, el disfrute de un encuentro o una charla sin que se interponga entre nosotros.
Un apasionante tema que puede venir muy bien para la reflexión a esta hora del domingo o en cualquier momento, especialmente cuando nos damos cuenta que ya ese aparato nos maneja o no nos permite disfrutar de otras cosas.
Espero que les guste, aquí les dejo el video con el valioso aporte de Silvina y ¡será hasta la próxima!