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El hotel que es habitado por leyendas y fantasmas

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
El Gran Hotel Viena, en Miramar de Ansenuza, Córdoba.

Las ruinas del Gran Hotel Viena de Miramar de Ansenuza, un impresionante patrimonio arquitectónico, continúan en el centro de una acalorada controversia en Córdoba, mientras se multiplican las supuestas apariciones de fantasmas o el ruido de pasos en sus largos pasillos. Por allí pasaron las leyendas más impactantes como la construcción especial para que se alojara Adolf Hitler, los lujos inusuales para la época y también las aguas de la laguna que lo terminaron abatiendo en ruinas, en una de las tantas inundaciones. Las supuestas actividades paranormales llegaron al exterior, cuando un canal de televisión uruguayo filmó allí un capítulo del programa “Voces Anónimas”.

Situado junto a la laguna de Mar Chiquita, donde se está planificando la creación del Parque Nacional más extenso de Argentina, el hotel, cerrado desde la Segunda Guerra Mundial y construido por ciudadanos alemanes, sigue siendo motivo de discordia. Actualmente, la propiedad del edificio se encuentra en medio de una disputa legal, mientras un ex intendente defiende su importancia como un bien común.

La historia del Gran Hotel Viena parece un relato interminable en la vida del pueblo de Miramar de Ansenuza. Mientras la región se prepara para la temporada de primavera-verano con entusiasmo, la polémica que rodea las ruinas de este hotel persiste, alimentada por mitos sobre su relación con el nazismo, fantasmas, un heredero que busca recuperar la propiedad y un conflicto sobre su patrimonio arquitectónico.

La antigua publicidad que daba a conocer las bondades del lujoso complejo.

Vínculos con el nazismo

Investigadores, guías locales y residentes han vinculado este imponente edificio en el extremo geográfico con el nazismo, desde su construcción hasta las sospechas de que sirvió como refugio para criminales de guerra, llegando incluso a insinuar la presencia de Adolf Hitler en sus instalaciones. Sin embargo, no existen pruebas fotográficas ni filmaciones que respalden estos mitos, ni registros históricos del hotel que los confirmen. El nieto de Máximo Emilio Germán Pahlke, el empresario que construyó el hotel en la década de 1940, ha negado vehementemente cualquier relación de su familia con el régimen nazi.

La polémica se agrava aún más debido a un conflicto legal entre la Municipalidad de Miramar y la empresa Wandorf Company SA, fundada por Máximo Pahlke (hijo) en 1965, sobre la posesión del antiguo complejo turístico. Actualmente, se encuentra en curso un juicio de desalojo iniciado por la familia Pahlke.

El ex intendente Daniel Cerutti, que gobernó Miramar entre 1987 y 1993, ha criticado duramente las afirmaciones del heredero y ha cuestionado la relación de la familia Pahlke con el nazismo. Sostiene que el hotel es un patrimonio de la comunidad y no un asunto de propiedad privada. Cerutti aboga por que el caso se reabra en el ámbito judicial para arrojar luz sobre esta disputa.

La vista aérea actual del complejo.

Cómo era

Edificio I (Norte): 28 habitaciones dobles y triples, todas con baño privado, bañera, agua fría y caliente, placard de tres puertas y papelero de madera de cedro lustrado. En cada piso había una cabina telefónica para pasar llamadas desde la gerencia.

Edificio II (Este): era sólo para solteros, por lo que sus 30 habitaciones eran individuales y tenían baño privado. La construcción se terminó de edificar en 1947 y nunca fue inaugurada.

Edificio III: consistía en 8 departamentos dúplex de dos habitaciones cada uno, con dos camas por habitación y baño privado. Unía el Edificio II y los baños termales, formando una U con un patio interior arbolado con canteros y caminos baldosados.

Edificio de baños termales: contaba con 8 bañeras grandes de azulejos, con agua fría y caliente salada bombeada del mar. Había habitaciones de descanso con cama y para cambiarse, y arriba estaba la sala de lectura.

El agua y el vandalismo destrozaron al Gran Hotel, que resurge como Museo, en medio de una disputa judicial.

El Hotel, hoy

El actual estado del Gran Hotel Viena es el de un museo y un atractivo turístico en Miramar. Aunque las paredes descaradas y la humedad que forma figuras en las visitas nocturnas dan pie a relatos de fantasmas, la historia real del Viena es fascinante por sí sola. Construido entre 1940 y 1945, el hotel era un pueblo en sí mismo, con numerosas instalaciones y comodidades avanzadas para la época. Sin embargo, cerró en 1947, sufrió daños y saqueos, y finalmente se vio afectado por una inundación en 1977. A pesar de todo, el edificio se mantiene en pie junto a la laguna.

El intendente actual de Miramar de Ansenuza, Adrián Walker, ha declarado que el hotel es un patrimonio municipal y se trabaja en su preservación. El ex intendente Cerutti espera que los jóvenes investiguen la historia del hotel y lo consideren un elemento importante en el patrimonio cultural de la región y del país.

En última instancia, la polémica en torno al Gran Hotel Viena de Miramar sigue siendo motivo de debate, mientras las ruinas de este antiguo y misterioso edificio continúan siendo un punto de interés para la comunidad y los visitantes.

La habitación 106 de este hotel está considerada como un lugar en el que existe la mayor actividad paranormal de Sudamérica. Una de las historias relata que este recinto fue visitado por médiums y varios especialistas que sacaron una foto en la que aparecía una mujer sentada en la cama. En otros testimonios se asegura que aparecen figuras en los altos ventanales del segundo piso.

Las leyendas, versiones, testimonios y supuestas actividades paranormales, en un edificio en ruinas que mira al espejo de agua, son el cultivo que necesita cualquier plan de atractivo turístico. Y Córdoba sabe mucho de eso.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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