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El lazo rojo: historia y lucha contra el VIH

Redacción
Por Redacción
El lazo rojo: historia y lucha contra el VIH. Foto: archivo

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el Ministerio de Salud de la Nación presentó en 2020 un boletín epidemiológico N° 37 titulado «Respuesta al VIH y las ITS en la Argentina», revelando que actualmente 136.000 personas viven con VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) en el país, de las cuales el 17% desconoce su diagnóstico.

El boletín, que analiza los datos hasta 2020, muestra una mejora en la respuesta del sistema de salud frente al VIH, pero señala que todavía existen importantes brechas, sobre todo en el acceso a diagnósticos y tratamientos.

A nivel regional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que, entre 2010 y 2019, América Latina experimentó un aumento del 21% en los nuevos casos de VIH, aunque las muertes relacionadas con el sida disminuyeron un 8%. Marcelo Vila, consultor nacional en VIH de la OPS, destacó que, aunque aumento el acceso a los antirretrovirales en la región, aún persisten desafíos para alcanzar los objetivos globales de diagnóstico, tratamiento y carga viral indetectable.

En Argentina, se estima que 60.000 personas con VIH están en tratamiento con antirretrovirales a través del subsistema público de salud. Sin embargo, el informe señala que un 30,2% de los diagnósticos se realizan en etapas avanzadas de la infección, lo que resalta la importancia de mejorar la detección precoz.

El origen y significado del lazo rojo

El lazo rojo es un símbolo ampliamente reconocido de la lucha contra el VIH y el sida, cuya carga simbólica va más allá de un simple accesorio. Este lazo, que representa la concienciación, solidaridad y apoyo a las personas que viven con el virus, se convirtió en un emblema global durante las décadas de 1990 y 2000, cuando la epidemia alcanzó su punto más crítico.

Su historia está íntimamente ligada al surgimiento del VIH, un virus que comenzó a propagar una pandemia a principios de los años 80, cuando se identificaron los primeros casos en Los Ángeles. Estos primeros pacientes, afectados por una serie de síntomas similares y sin enfermedades previas, marcaron el comienzo de una crisis sanitaria global que dejó una huella profunda en la humanidad.

ATE
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