El funcionamiento de un avión para que se desplace por el aire ha sido su pasión y su formación en la Fuerza Aérea, en Córdoba. Siguió esa necesidad de aprender más y más, por lo que partió de su Coronel Suárez con la hélice puesta en la carrera militar de aviación. Pero la región bonaerense natal lo trajo de vuelta para aterrizar en la destreza manual con tornos y chapas.
Claudio Torres cuenta su historia a Pasó Hoy entre acoplados, bancos de taller montados en una camioneta, grúas para apicultura que él mismo ha construido. Hoy con 48 años y cuatro hijos junto a Patricia, está para levantar vuelo otra vez. Y la hoja de ruta es Neuquén.
Aquellos recuerdos de cuando tenía apenas 19 años fueron despegue y llegada para esta realidad que formó con sus propias manos, aplicando los conocimientos de mecánica aérea más los de tornería y una sed permanente por aprender y sumar conocimientos. En algún momento libre se deslumbró con esos programas de televisión donde talleres de última generación se dedican a reformar autos y cada una de las imágenes de las herramientas e instalaciones las soñó para Coronel Suárez. Y lo hizo.
Nos cuenta que primero fueron dos bancos para mecánicos de su ciudad, hechos a pedido y con todos los elementos que transformaron esos talleres en lugares similares a un quirófano. Paralelamente, ofreció sus servicios para la reparación y mantenimiento de la maquinaria agrícola, fundamental para esa zona productora de Buenos Aires. Allí también incorporó los muebles para la tarea mecánica y por primera vez, calzó un taller móvil en una camioneta.
Luego llegó la estrella de su emprendimiento: una grúa que es la única en el continente con fabricación en serie, que facilita enormemente la tarea de los apicultores. El taller propio, como su familia, se fue agrandando y tomando el impulso que había soñado años atrás. Sumó máquinas para el tratamiento de la chapa, para la tornería y para la terminación final de sus productos.
Coronel Suárez, ubicada en el sudoeste bonaerense, vio cómo esta familia creció en el emprendimiento a partir de apostar al trabajo propio, partiendo desde la venta de aquel auto con que solventaron los primeros pasos y de sacrificios constantes.
Ese mismo impulso, con 29 años de experiencia y productos terminados, tiene un horizonte neuquino, especialmente centrado en la producción de gas y petróleo de la cuenca de Vaca Muerta. “Veo un gran futuro en esa zona y creo que lo que hacemos puede ser de utilidad para trabajadores y empresas que trabajan allí”, nos dice Claudio Torres.
Los modelos propios con diseño adaptado a cada necesidad, con incorporación de materiales como el acero inoxidable, mobiliario adaptable que incluye conexiones de corriente, puertos de USB y otros adelantos tecnológicos, pueden tener destino móvil o estable en la meseta petrolera neuquina.
Desde Coronel Suárez está pidiendo pista en Neuquén, este mecánico de aviones que también abre sus puertas a quienes estén interesados en aprender más o incorporar estos productos en la industria regional. Y Pasó Hoy, desde esta humilde torre de control patagónica, habilita ese descenso de pasión y talento suarense para el desarrollo regional. Porque si es por apostar al trabajo, Claudio Torres y su familia han sido de esos pilotos de tormentas que abrieron un cielo de futuro. Ojalá lo veamos por aquí a través de sus creaciones, con talleres móviles entre los pozos de petróleo, con mobiliario para mecánicos en los yacimientos, con grúas para nuestros apicultores o al menos con teléfonos abiertos para unir el sur bonaerense con el del país.