Pedro Di Rocco, el rescatista nacido en Neuquén y con raíces en Cutral Co, relató por AM Cumbre 1400 su experiencia trabajando para una ONG Italiana, llamada Emergency. Contó sobre la gran cantidad de personas que arriesgan sus vidas para cruzar el Mediterráneo, buscando un mejor futuro y cómo salvó hace unos días a 38 náufragos libios.
Este fenómeno migratorio desencadenó una crisis humanitaria sin precedentes, donde la falta de respuesta de algunos gobiernos europeos dejó un vacío que hoy en día intentan cubrir las organizaciones humanitarias.
En diálogo con los periodistas Mario Nico González, Nicolas Minisini y Alejandra Brusain, en el programa Contigo Pan y Cebolla, Di Rocco explicó que la misión de su equipo se centra en rescatar a personas que cruzan desde Libia y Túnez, una de las rutas migratorias más peligrosas.
“Nosotros trabajamos en el barco de Emergency, rescatando personas que intentan cruzar en condiciones muy riesgosas”, contó Di Rocco. La mayoría de los migrantes viajan en embarcaciones precarias de apenas 8 a 10 metros de largo, con más personas de las que pueden soportar.
El rescatista detalló que “hemos sacado hasta 38 personas de un bote que no debería llevar más de cinco. Muchos de ellos nunca han visto el mar antes y no tienen conocimientos de navegación”.
Durante la entrevista, se discutió cómo, ante la llegada de migrantes de distintas partes del mundo, Europa parece aplicar un sistema de selección. Mientras que los migrantes provenientes de Ucrania o Turquía encuentran un acceso más flexible a ciertos países europeos por motivos laborales o de política exterior, los migrantes africanos o de Oriente Medio enfrentan barreras y restricciones mucho más severas. “Para Europa hay inmigrantes de primera y de segunda”, observó Di Rocco.
«Las ONG como Emergency asumimos la labor de rescatar a estas personas en situación de riesgo, ya que, en muchas ocasiones, las autoridades locales evitan intervenir», señaló. Di Rocco, comentó cómo las autoridades suelen desviar la responsabilidad: “nosotros avisamos cuando encontramos un barco en peligro, pero las autoridades prefieren derivar la información a la Guardia Costera de Libia, un país sumido en el caos, que devuelve a los migrantes o incluso ha disparado contra sus embarcaciones”.
También, describió el primer contacto con los migrantes como un momento crítico, donde su equipo debe controlar el pánico. Al llegar a las embarcaciones en peligro, lo primero es calmar a las personas y garantizar su seguridad. “Son personas asustadas que muchas veces no saben si somos libios, italianos o de alguna autoridad. Explicamos que somos de una ONG y que están seguros con nosotros”, comentó el rescatista.
A pesar del riesgo y las difíciles condiciones, Di Rocco confía que su trabajo es “duro, pero gratificante”. Después de cada rescate, el equipo de Emergency recibe la asignación de un puerto seguro, generalmente en Italia, donde los migrantes son llevados a tierra para recibir atención.
Di Rocco cuenta con amplia experiencia en salvamento y como instructor de buceo. Su pasión y compromiso lo han llevado a trabajar en diferentes partes del mundo, desde Australia hasta Costa Rica. Sin embargo, aclaró que este tipo de trabajos, debido a su alta demanda y complejidad, ya no son voluntarias. “Hoy en día, las ONGs contratan profesionales capacitados en salvamento y medicina, debido a los riesgos implicados”, explica.