Cuál es el misterio, por qué esas formas, son algunos de los interrogantes que respondieron dos especialistas. Se trataría de los pobladores más antiguos de la Patagonia.
Dos cementerios con cuerpos enterrados bajo un ordenamiento determinado y en ellos la característica de tener los cráneos alargados, ha sido uno de los hallazgos más impactantes que ha tenido la antropología argentina. El sitio está ubicado en el norte neuquino, se trataría de los habitantes patagónicos más antiguos y dos de las especialistas que realizaron la investigación contaron de qué se trata.
Hace unos siete mil años, en el norte neuquino, a ciertos niños se les colocaban vendas para producir una deformación en sus cráneos y así distinguirlos entre la población. Se supone que lo hacían respondiendo a un rango determinado, ya que no todos los restos hallados en esa zona tenían esa deformación.
Las arqueólogas Claudia Della Negra y Valeria Bernal, de la Subsecretaría de Patrimonio Cultural de la provincia del Neuquén, dieron a conocer éstas y otras investigaciones realizadas en los últimos años en dos sitios cercanos a Chos Malal. Las científicas sostuvieron que en Aquihuecó y Hermanos Lazcano se hallaron los restos de los pobladores más antiguos de la Patagonia, casi igualados con los encontrados en la provincia de Buenos Aires.
En esos lugares se descubrieron dos cementerios con cuerpos enterrados bajo un “ordenamiento” especial, que incluyeron también elementos para la caza y para la elaboración de alimentos. También formó parte de las investigaciones el descubrimiento de adornos, especialmente un collar en los restos de un niño.
Estos valiosos sitios arquelógicos que forman parte del patrimonio neuquino están ubicados en el valle del Curí Leuvú, a unos 40 kilómetros de Chos Malal, en plena Cordillera del Viento y se denominan Aquihuecó y Hermanos Lazcano. En esos lugares, las investigaciones se llevaron a cabo en los últimos años y permitieron establecer –a través de estudios radiocarbónicos y moleculares– la antigüedad de los mismos y las características de vida cotidiana que tenían estos pobladores denominados “cazadores y recolectores”.
Los primeros descubrimientos se realizaron a partir de una denuncia de un poblador de la zona de la aparición de restos óseos en un médano ubicado en el lugar. A partir de allí un equipo de científicos de la Provincia y el Conicet desarrollaron los estudios específicos “aunque con la dificultad que presenta el terreno y el clima, ya que no se puede investigar en invierno en ese lugar y la presencia periódica del viento realizaba una dispersión” de los restos óseos y elementos ubicados en ese lugar. Las investigadoras también destacaron el trabajo que se realiza de transferencia de conocimiento sobre estos lugares en las escuelas y la población del norte Neuquino “ya que esto permitió que un grupo de tres niños hallaran un sitio y rápidamente informaran sobre las características patrimoniales” para los estudios de los antiguos pobladores de esa región.