El retrato de un oficio que está en peligro de muerte. ¿Qué es lo que pone en riesgo el trabajo? Un video imperdible registra la intimidad de un grupo de trabajadores moviéndose en un viejo colectivo, de estancia en estancia.
El viento es el poblador más originario en la geografía patagónica. Es el apellido del sur, la marca registrada. No hay día, lugar o recuerdo que no lo tenga presente.
En los meses de primavera su intensidad presenta el mayor de los desafíos para habitar las tierras ubicada al sur del río Colorado y de la provincia de La Pampa. En esos meses de primavera, especialmente al iniciar septiembre, otro elemento pasa a sumarse al paisaje tradicional de la Patagonia.
Antiguos colectivos adaptados para la vida cotidiana levantan polvareda entre las estancias del sur argentino. Generalmente una docena de hombres habitan esos vehículos en los que además de herramientas, ropa, vajilla y comestibles, llevan también un oficio que está al borde de la extinción.
De las cientos de comparsas por las que pasaban miles de ovejas patagónicas, hoy todo quedó reducido a una decena de equipos que se encargan de la esquila de flacas majadas.
Arsenio Saihueque, proveniente de una tradicional familia esquiladora de Sarmiento, Chubut, aseguró en una entrevista que mantuvimos que “cada vez cuesta más formar los equipos porque los jóvenes buscan otros horizontes” para el trabajo. A este panorama se le suma la reducción paulatina de la cantidad de ovinos en el sur argentino, especialmente porque “existe una dicotomía entre producir lana o carne”, según expresó el INTA en un documento reciente. Al respecto, el organismo indicó que actualmente son unas ocho mil las estancias que se orientan a la producción ovina en el sur argentino, con una ocupación estimada en un animal por hectárea, por lo que el horizonte está centrado en aumentar esa población y mejorar genéticamente la raza Merino para la obtención tanto de fibras como de carne.
Pero estas recomendaciones hacia la producción llevarán un tiempo de implementación, un lapso que no pueden sostener la docena de comparsas de esquila que año a año reclutan especialistas en los pueblos patagónicos.
Una de ellas, proveniente de Ingeniero Jacobacci, Río Negro, es la reconocida comparsa “del Negro Díaz” que durante años recorrió miles de kilómetros haciendo la tarea en estancias de la Línea Sur de esa provincia y algunas de Chubut. El reportero gráfico barilochense Alfredo “Chino” Leiva acompañó una recorrida de esas y lo testimonió en una charla en el programa “Viaje al puerto de la noche”.
En el video se observa lo esforzado del trabajo, las distintas tareas que tiene cada uno de los componentes de una comparsa, las formas de vida de un oficio trashumante, las nuevas tecnologías y la personalidad de estos trabajadores rurales de la Patagonia argentina.
A su vez, Saihueque –que representó al país en el Mundial de esquila de Francia– depositó sus esperanzas en la formación de nuevos esquiladores a través del programa “ProLana” que implementa desde hace años el gobierno Nacional y permite el adiestramiento y actualización en los modos y formas de esta actividad productiva.
La Patagonia concentra el 70 por ciento de las 14 millones de ovejas que hay en el país, con poblaciones que se reparten entre las razas Merino y Corriedale, además de algo de la raza Texel. El aporte de las mejores fibras de la Argentina proviene del sur del país así como la exitosa experiencia del denominado “Cordero Patagónico” impulsada por el INTA.
No obstante, en los últimos años la proliferación de jauría de perros silvestres o asilvestrados (especialmente en Tierra del Fuego y Santa Cruz), la baja en los precios internacionales y otros factores han provocado una caída en el stock ganadero. El INTA señaló que entre los años sesenta y la actualidad, la población ovina en la Argentina cayó de 48 millones a las actuales 14 millones de ovejas.