Cielos indomables los de esta Patagonia. Y tan así es que de tanto en tanto ocurre alguna tragedia aérea. En algunos casos con aparición de las víctimas, mientras que en otras ni víctimas ni aeronave se encuentran.
Río Gallegos fue escala en la trágica desaparición el 22 de marzo de 1950, del Avro Lincoln de la Fuerza Aérea Argentina siniestrado en el estrecho de Magallanes. Un parte de la Fuerza Aérea Argentina, informó un día después: “El comando en jefe comunicó esta tarde que el avión de exploración 019, que conjuntamente con otros realizaba una habitual práctica de navegación, y que decoló desde Río Gallegos hacia Ushuaia e Islas de los Estados, se encuentra retrasado desde las 17 de ayer, en que dio su posición en proximidades de la Isla Fagnano«.
En el vuelo viajaban 11 tripulantes, encabezados por el entonces capitán Bautista Mendioroz, en cuyo homenaje y reconocimiento, la calle que nace en avenida San Martín y termina en el Hospital riogalleguense lleva su nombre.
El 16 de marzo del 2009, una expedición de unos andinistas chilenos, encuentran en la morrena de un glaciar del Fiordo Parry, distintas partes del Avro Lincoln B-019 accidentado y también diversos restos óseos en principio de sus tripulantes. Este hecho se ubicó en el extremo sur oeste de la Isla Grande de Tierra del Fuego en territorio Chileno. El descubrimiento fue reconocido por la Fuerza Aérea Chilena y comunicado a su par Argentina.
El clima había hecho su trabajo, con el derretimiento de los hielos, lo que permitió encontrar al aparato y sus ocupantes casi seis décadas después del accidente, cuando se estrellara contra la montaña a poco de llegar a destino.
El año 2016, permitió el hallazgo de dos aviones siniestrados, uno en la vecina provincia del Chubut y el restante, cercano a Lago Posadas, en el Parque Nacional Perito Moreno en la cordillera santacruceña.
El enigma del Colhué Huapi
El 19 de octubre de 1964 un avión Piper Apache Twin Engine, que transportaba a directivos de empresas petroleras, es considerado desaparecido en inmediaciones del Lago Colhué Huapi, provincia del Chubut.
El mayor enigma se presentaba con la aparición de los cuerpos de los tripulantes de la aeronave, pero de ella ningún rastro aparecía. El piloto y dueño del avión era el Ingeniero Panzer de la empresa Dowell e iban invitados por él Miguel Sánchez Navarro, por ese entonces jefe de ingeniería de Pan American Argentina Oil Co, y los ingenieros Bruera y Pensel.
El avión tuvo un fatal accidente y con el correr de los días solo aparecieron los cuerpos. El 8 de noviembre de ese año apareció en las costas del lago Colhué Huapi el primer cuerpo, era el señor Panzer y en los días siguientes los otros tripulantes.
Julián Bochatey del Aeroclub de Sarmiento quien participó del hallazgo recuerda haber escuchado desde niño la historia del avión el cual fue intensamente buscado. Así lo describía: “Participaron una gran cantidad de camionetas de Pan American Argentina, La Marina y los aeroclubes de Sarmiento, Comodoro y Puerto Deseado. Se realizaron dragados, rastrillajes y no se encontró nada. En el año 1980 se retomó la búsqueda sin tampoco obtener resultados”.
El siete de abril de 2016 un lugareño de la zona, Omar Oporto, encargado de la Estancia La Campanita identificó restos los cuales no se atrevió a definir y se comunicó con el Aeroclub de Sarmiento para dar aviso.
Se acercaron al sitio Julián Bochatey y su padre Ricardo Bochatey del Aeroclub de Sarmiento, Ricardo Spinoza, gran conocedor del lago (quien ha participado en diversas búsquedas), su hijo Leonel Spinoza y Víctor Mansilla, un vecino de Sarmiento.
Se aproximaron al lugar para observar el hallazgo y así relataba en un escrito Julián Bochatey lo que quedará en las crónicas del mundo de la aviación aquel impactante momento: “Nos dirigimos al lugar y pudimos identificar que lo que se veía era la puntera del ala derecha y la parte superior del motor del mismo lado.
‘“El terreno es muy gredoso y debido a que solo llegamos en cuatriciclos no contábamos con muchas herramientas para excavar por lo que lo hicimos a mano. Pudimos descubrir el plano derecho casi completamente, parte del motor y las hélices de ambos motores. Comprobamos la matrícula del avión y se dio aviso a la junta investigadora de accidentes”.‘
El sitio del hallazgo se puede identificar como la costa centro-sur del lago Colhué Huapi. Suponen que el hallazgo se dio gracias a la pérdida del volumen de agua que sufrió el lago el cual define hoy como “un gran desierto”.
Al igual que con el derretimiento de los hielos fueguinos, la evaporación del lago permitió la aparición del avión y con ello cerrar el ciclo del duelo de las familias.
Cae un avión chileno cerca de Lago Posadas
La historia de los cinco militares que viajaban en el Piper PA-23-250 Azteca y desaparecieron en 1997 por fin dejó de ser un misterio. La nave apareció el 15 de octubre de 2016, cercano a Lago Posadas.
Finalmente el Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) de la Fuerza Aérea de Chile, informó que autoridades de la provincia de Santa Cruz, comunicaron el hallazgo de los restos de un avión accidentado. Los mismos fueron encontrados cerca del Lago Posadas, en el norte de santacruceño.
El hallazgo, coincide con el Piper PA-23-250 Azteca de matrícula CC-CCH de la Empresa de Transportes Aéreos «Don Carlos», extraviado cerca de Cochrane, el 8 de abril de 1997. En ese vuelo, la aeronave transportaba a cinco personas a bordo, en una ruta entre las ciudades de Balmaceda y Villa O´Higgins.
La historia del Piper perdido
De acuerdo al plan, el avión Piper PA-23-250 matrícula CC-CCH debía despegar desde Balmaceda el 8 de abril de 1997 a las 12:30 horas, para llegar cerca de una hora y media después a Villa O’Higgins, un poblado fronterizo ubicado 300 kilómetros al sur. Pero esto último no ocurrió, y lo que vino después fue la búsqueda más grande de un avión extraviado en Chile hasta ese momento.
Las crónicas de la época indicaban que el avión de «Don Carlos» transportaba a cuatro oficiales del Cuerpo Militar del Trabajo de la zona, para realizar labores relacionadas con la construcción de vías transversales de la carretera austral. Entre los viajeros se contaba con la presencia de el coronel Guillermo Peña Hevia, comandante zonal del CMT, el coronel (r) Guillermo Van Schowen Figueroa, oficial de destacado rol en la construcción de la carretera austral y quien en ese momento se desempeñaba como asesor técnico del CMT; el sargento José Llanca Oyarce y el soldado Mardoqueo Ruiz Fuentes. Y la nave era piloteada por Carlos Allende Almarza .
La última vez que fue visto el avión despegó de Balmaceda a las 12:30 y estableció un último contacto a las 13:21, cuando se encontraba 7 kilómetros al oeste de Cochrane, a cuatro mil pies de altura. En esa oportunidad, Allende indicó que el vuelo se desarrollaba «sin novedad, esperando aterrizar en Villa O’Higgins pasadas las 14 horas», de acuerdo a un informe de El Mercurio publicado unos días después.
El avión nunca llegó a destino y a las 17 horas del mismo día la FACh dispuso la activación del Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR) de Puerto Montt. Una de las hipótesis era que ante las malas condiciones climáticas del momento, Allende podría haber decidido aterrizar en Argentina, a lo que se sumó un reporte de habitantes de la estancia trasandina Guillermina que afirmaron haber escuchado el avión en la tarde de la desaparición.
La búsqueda incluyó más de 450 horas de vuelo, dificultadas por las malas condiciones climáticas y por el hecho de que el fuselaje del avión era blanco, complicando la detección en momentos donde había nieve presente. Hasta mentalistas colaboraron en la búsqueda.
El 20 de mayo del mismo año la Cancillería de Argentina autorizó un vuelo de un avión fotogramétrico de la FACh, para obtener imágenes de la zona donde se creía que podría haber caído el avión Piper. Semanas después, en junio, la FACh concluyó que la nave no cayó en suelo argentino.
Pero ahora, casi 20 años después, la misma FACh comunicó que autoridades trasandinas informaron el hallazgo de los restos de un avión accidentado que coincidiría con el Piper PA-23-250. Los restos fueron encontrados cerca del Lago Posadas.
En verdad el hallazgo del aparato fue concretado por dos guardaparques argentinos destacados en el denominado Parque Nacional Perito Moreno, lugar de enorme belleza natural.
Los guardaparques Adrián Falcone y Mariano Spizzo divisaron en una de sus tantas recorridas un brillo compatible con un gran fragmento metálico y es por ello que accedieron al lugar donde finalmente se dio la aparición de la aeronave.
Adrián Falcone, que tuvo la particularidad de haber estado en el Parque Nacional el día de la desaparición del avión, en abril de 1997, recuerda vívidamente ese momento. “Era un día previo a la nevada que tiene esa imagen tan característica que vemos en la Patagonia.”
Se oyó el ruido de los motores del Pipper y luego el silencio. El destino y la historia hicieron que Falcone estuviera tanto en la desaparición como el hallazgo, que concretó junto con Spizzo. Curiosidades dignas de destacar.