El 28 de mayo del 2022 llegó a ese sur de mar y viñedos franceses para formar parte de un restaurante que fusiona la comida americana con la europea. Cómo le está yendo.
Elaborar con tus manos la comida que te hace feliz y llegar al lugar donde siempre soñaste, son dos de los placeres de la vida que muy pocas personas tienen en el mundo. Una de ellas es este joven neuquino, Heber González, que exactamente hace un año llegó a Narbona, un antiguo y pacífico pueblo del sur de Francia.
Desde allí contó a Pasó Hoy que “el balance es súper positivo porque pude demostrar lo que es la cocina de Argentina, haciendo una fusión con los productos de esta región” y además porque desde noviembre no está solo: llegó su compañera de vida desde hace 14 años, Marisa Marescotti.
Heber es de Aluminé y en esa zona cordillerana neuquina están sus raíces y quienes lo sostuvieron y dieron impulso para que desarrollara esa pasión y talento por la cocina. “Fue muy grande el esfuerzo que hicieron mis padres (Erla y “Calcha”) y también yo para irme de Aluminé a Córdoba y allá estudiar y perfeccionarme en esto que amo”.
La propuesta gastronómica que lo atrajo en Francia fue la del restaurante “Asado”, que conjuga saberes y sabores entre diferentes países y los de esa zona de Europa y pertenece a un hombre que viajó mucho por la Argentina.
“Hemos adaptado nuestras comidas al paladar francés o europeo, pero además incorporamos todos los ingredientes de la zona. Por ejemplo, las empanadas argentinas las hacemos con la carne cortada a cuchillo, el matambre a la pizza que hice hace poco los enloqueció por esa mezcla de sabores y por supuesto la carne ´al grill´ como llaman acá a cocinar a las brasas. Especialmente carne vacuna que tiene otros cortes y llaman ´vianda´, de cerdo, mucho pato o cordero”. Heber también nos explicó que la propuesta del restaurante es innovar y tratar de sorprender a quienes visitan el lugar con alguna producción de otros lugares y en ese sentido, una delicia de su compañera los conmovió: alfajores de maicena bien argentinos.
El neuquino y la cordobesa de Arroyito, al compartir la pasión por la cocina están permanentemente pensando en qué y cómo elaborar productos con el toque argentino que enriquezca la oferta de “Asado”. Y no sólo lo hacen allí en Narbona, también en sus recientes vacaciones que aprovecharon para conocer París y buena parte de España, especialmente Barcelona y sus alrededores.
Heber ya había entrado con el pie derecho ni bien llegó con su producción de salsa criolla y chimichurri argentinos para saborear o acompañar las carnes asadas: “y en esa propuesta de fusionar la cocina de ambos países, le agregué cebolla morada y las especies que son más populares en esta zona europea”, nos dijo.
Si bien la oferta del restaurante en su gastronomía incluye a personal de diferentes orígenes para enriquecer los productos, el idioma fue al principio uno de los obstáculos a vencer. “Pero Francia te propone la realización de clases para conocer la escritura y la fonética del idioma y además la historia y la formación cívica de este país. Acabo de aprobar el examen de 50 horas”, nos contó orgulloso en plena tarde primaveral francesa.
Como toda gastronomía especial (gourmet) la llegada de turistas de todas partes del mundo también se evalúa a través de las plataformas de internet, TripAdvisor entre las más populares, “y los comentarios ahí fueron y son muy buenos hacia la comida que ofrecemos, por lo que el dueño también se basa en eso para ir creciendo día a día con lo que hacemos”.
El Mundial
Heber y Marisa, como los argentinos en todo el mundo, vivieron en forma muy especial la disputa de la selección nacional en el Mundial de Qatar del año pasado. “Al principio, cuando perdimos el primer partido, me cargaban un poco, pero yo estaba seguro que lo ganábamos”.
“Todo en un ambiente de mucho cariño y humor, fuimos compartiendo el Mundial”, hasta que llegó la final nada menos que contra Francia, el país adonde abrazan su sueño de cocinar y vivir.
“El 18 de diciembre, un día después de mi cumpleaños, invitamos a nuestros compañeros y conocidos de acá a comer y de pronto eran como 25. Yo puse la bandera de Neuquén, comida argentina, Fernet y Coca y fue inolvidable ese momento de vivir el partido con tanta emoción y finalmente levantar la copa”, recordó.
Precisamente, compartir esos momentos intensos en un lugar tan diferente a Aluminé o Arroyito, con personas de otras culturas ha sido uno de los elementos que profundizó la relación afectiva con quienes comparten sus días, más allá de conformar un verdadero equipo multinacional a la hora de poner sus saberes y gastronomía sobre las hornallas.
A esta hora, en este domingo de otoño argentino y primavera francesa, Heber y Marisa miran el Canal de la Robine que cruza Narbona, la playa sobre el Mediterráneo, algunas de las construcciones que tienen más de 600 años como la Catedral de San Justo y Pastor, el Arco de Germano, el Teatro Romano y el Museo de Arte. Quizá un alfajor de maicena o una torta frita acompañe la tarde francesa para no olvidar sus raíces argentinas, siempre con sus sueños en las miradas, que ya no tienen fronteras.
Hola Heber..q orgullo ver el Nombré Alumine…..en estás notas tan lejos,,, que as escrito!!!! felicitaciones a los 2…yo si conozco Arrollito…y también a Alumine …en dónde me crié…en dónde aprendí mis primeras letras..en la escuela 52,,,les mando un enorme abrazo y q Dios los bendiga x siempre,,,,desde Córdoba….
Hola Heber y esposa! Me llena de felicidad saber que Dios les bendiga en ese lugar! Compartimos la primaria en nuestra querida Escuela N°165 de Aluminé y hoy saber que estás cumpliendo tus sueños gracias a tu esfuerzo y el de tu familia es realmente emocionante! Felicitaciones! Comparto su felicidad! Desde Aluminé les envío abrazos a ambos!
Natividad.