El propietario de un campo lindante a la reserva natural Punta Tombo-Punta Clara, en Chubut, está acusado de haber causado el daño. Se utilizaron imágenes satelitales. Mirá el video.
Entre agosto y septiembre de 2021 el dueño del campo, Ricardo La Regina, realizó un movimiento de suelo para el tendido de un alambre, destruyendo unos 175 nidos de pingüinos de la población asentada en la reserva natural Punta Tombo- Punta Clara, en la provincia del Chubut. Hace unas horas se llevó a cabo en la ciudad de Rawson la audiencia de elevación a juicio por ese hecho, con la carátula de “maltrato animal” y que tiene como único imputado a La Regina.
La fiscal general, Florencia Gómez, señaló que “un relevamiento hecho con tecnología satelital de representantes de National Geographic, arrojó que 175 nidos fueron destruidos, de los cuales al menos 35 tenían huevos y pichones”, además de aportar abundante prueba, entre ellas las investigaciones realizadas por el reconocido internacional biólogo Pablo García Borboroglu (se acompaña la nota con la entrevista que en esos días realizamos al científico).
A partir del requerimiento fiscal, la jueza Karina Breckle dispuso la apertura de investigación preparatoria por el plazo legal de seis meses, conforme los hechos relatados por la fiscalía, para la posterior elevación a juicio. Las imputaciones que recaen por ahora sobre el propietario del campo son “daños agravados en calidad de autor”, “daños agravados en concurso ideal con actos de crueldad a los animales en calidad de autor” y “daños agravados en calidad de autor”.
Entre los querellantes en la causa se encuentran la Fundación Patagonia Natural, Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y Greenpeace Argentina.
Los hechos
En aquellos meses de 2021, los nidos que construyeron hace años los machos y que luego ocuparon las hembras y entre ambos tuvieron sus pichones, fueron arrasados por una máquina topadora y retroexcavadora, a lo largo de unas siete cuadras. Desde el centro de la meseta chubutense hasta casi tocar las olas, el alambrado de siete hilos (algunos de ellos electrificados) separa en dos el masivo nidal que hacen estas aves, cuando llegan desde el mes de septiembre, hasta que se retiran, allá por abril.
La zona, resguardada por la Provincia del Chubut y por la Unesco, es propiedad de los hermanos Ricardo y Alberto La Regina, que mantienen una relación de “discordia y mala vecindad”, según tildó un allegado a uno de los dueños. Uno de ellos realizó la obra, sin anunciarla ni recibir autorización por parte de los organismos chubutenses. A la vista está el camino que se abrió (de unos diez metros de ancho), la construcción del alambrado y hasta la batería con cargador solar que da electricidad a los dos hilos que están más cercanos al suelo.
El primero en denunciar públicamente lo sucedido fue el reconocido biólogo Pablo García Borboroglu (titular de la Global Penguin Society, miembro del Conicet, premio Konex y recientemente del Indianapolis Prize). Junto a la también investigadora Dra. Laura Reyes, grabaron un par de videos para mostrar el daño realizado a la pingüinera, dos pichones muertos y un detalle del alambrado tendido en forma perpendicular a la playa.
Al avanzar la investigación, se sumaron investigaciones y visitas al lugar por parte de la Brigada de Control Ambiental de la cartera que dirige Juan Cabandié y se escucharon más voces, como la del dueño del campo vecino y presunto autor de la obra, además de otros científicos y guardaparques. Uno de ellos, con más de treinta años de experiencia en la región y especialmente en las colonias de pingüinos magallánicos, Víctor Fratto, aseguró que deberá determinarse la fecha de realización del alambrado, ya que si se lo hizo antes de la llegada de las parejas, “el daño es importante pero no estaríamos hablando de una matanza de animales”.
La fiscal interviniente, Florencia Gómez, recibió durante estos meses los análisis de peritos especialistas en la fauna chubutense, en el movimiento de suelos y en el impacto ambiental que puede ocasionar este tipo de intervenciones u obras, en el sector de nidificación de la población de pingüinos, además de los aportes satelitales.
Esa alternativa la acercó la institución National Geographic a través de las imágenes obtenidas por los satélites norteamericanos “Spot 6 y Spot 7”, que permitieron determinar el momento en que se realizó la obra, contrastando las fotos de antes y después del sector analizado tras la conformación de una cuadrícula.
Se estima que en el mes de diciembre de este año se podría iniciar con las audiencias del juicio ya que las entidades querellantes buscarán sumar toda la evidencia probatoria para finales de noviembre y evitar que la feria judicial argentina postergue aún más el debate y la sentencia sobre este tema.
Aquí compartimos la entrevista realizada a García Borboroglu, días después de descubierto el hecho y de su presentación ante la justicia chubutense.