Ad image

¿Hicieron un asado con carne de la Patagonia de hace 300 años?

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
La raza tiene genes españoles, muy diferentes a los británicos de las razas predominantes en la Argentina. Pero es característica del sur argentino.

Rescataron animales de la antigua raza bovina Criolla que pastaban en forma silvestre en el Parque Los Glaciares de Santa Cruz. A la especie la ingresaron los españoles y luego los pueblos originarios los repartieron por todo el sur argentino. Se creía que estaban extinguidos.

Un grupo de vacas y vaquillonas de la antigua raza Criolla Patagónica fue encontrado pastando en forma silvestre en un sector del Parque Nacional Los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz. Por suerte, quienes los detectaron fueron docentes e investigadores de la carrera de Ingeniería en Zootéctica de la Universidad de Lomas de Zamora, que los aprovecharon para sus estudios y declarar formalmente que no se había extinguido la raza en nuestro país. Hace exactamente 35 años de este suceso que marcó el inicio de una línea de investigación que incluyó la cría en campos bonaerenses y de El Calafate de estos animales para promover su reproducción y multiplicar los estudios sobre la misma.

A primera vista, los animales son altos, huesudos, más bien angostos, con largos cuernos. Su perfil es estrecho, y caminan cuidadosamente, como si todavía recorrieran la cordillera patagónica. Los terneros son pequeños, lo que explica en parte la facilidad de parto que tienen las vacas de esta raza. Si bien la mayoría de los animales tienen un pelaje colorado, también se han encontrado negros, blancos y overos y tienen la típica apariencia de los criollos de estar famélicos, aunque con buenos pastos y forrajes pueden desarrollar carnes y grasas como sus primos británicos.

Su presencia en la Patagonia se registró en el año 1781 en la zona de Puerto San Julián, Santa Cruz, aunque “es probable que la presencia de los mismos en el sur argentino sea bastante anterior a esa fecha”, se indica en un estudio realizado por cuatro científicos de la Universidad de Lomas de Zamora.

Como sucedió desde 1549 en que llegaron al país los primeros ejemplares a través del río de La Plata procedentes de Perú o de los países limítrofes como Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil, en la Patagonia también la distribución fue por tierra, a través de los pueblos originarios o por mar. En una investigación realizada por el Dr. en Veterinaria Gonzalo Mareco se indica que “ya en 1570 estaban en Santa Fe y en 1580 con la segunda fundación de Buenos Aires entraron nuevos contingentes de animales, y así comenzó la historia de la adaptación a las diferentes regiones, que poco a poco fue gestando el bovino criollo argentino, que se fue diferenciando del hispánico original. La multiplicación del ganado fue asombrosa, a pesar de que los tanto los pobladores extranjeros como los criollos y hasta los indígenas rápidamente comenzaron a usar la carne, el sebo y el cuero de estos animales, y a usarlos como moneda de cambio”.

La zona santacruceña donde fueron hallados los animales hace 35 años.

Pero lo increíble del estudio realizado sobre los ejemplares encontrados hace 35 años en Santa Cruz es que la hacienda ingresada en 1930 en el Parque Los Glaciares quedó abandonada, tomó características de silvestre y permaneció aislada, sin cruzamientos durante casi 60 años.

La raza criolla en la Argentina fue declarada como extinguida en 1920 (no se conocía la introducción en Santa Cruz) ante el avance de las concepciones ganaderas inglesas y su introducción de razas como Shorthorn, Hereford y Aberdeen Angus.

El estudio que lleva a cabo la Universidad de Lomas de Zamora conserva intactos los genes de aquellos criollos patagónicos y se realiza en un establecimiento en la zona de El Calafate (Santa Cruz) donde se conservan las condiciones climáticas y geográficas de aquellos animales y otros en escuelas agrotécnicas de Villa Ventana, Tornquist, Rivera y General Belgrano.

La tarea de rescate de aquellos animales encontrados hace 35 años no fue fácil ya que la geografía, el clima y la características de silvestres significó varias jornadas para el arreo y captura de los animales y se realizó durante varios veranos. Las mejores vacas y toros seleccionados en aquella oportunidad significaron uno de los tesoros más valiosos en el mundo en cuanto a encontrar especies sin modificación genética durante esos cientos de años.

Investigadores, docentes, no docentes y alumnos hicieron pública la convocatoria para degustar un asado de festejo con carne proveniente de esta raza patagónica. Con una mezcla de carne provenientes de El Calafate y de la pampa bonaerense, quienes comieron indicaron que tiene una mayor dureza que otras, es magra y de un sabor más intenso, de acuerdo con la alimentación que tienen en el sur argentino o en Buenos Aires.

Otra de las informaciones oficiales de la Universidad de Lomas de Zamora impulsa cría de esta raza con fines carniceros y también su posible cruza con Aberdeen Angus para mejorar algunos cortes. “El bovino conocido como Criollo Patagónico, adaptado a las bajas temperaturas de su entorno, tiene una performance carnicera similar a la del Aberdeen Angus y la cruza de ambos, en cuanto al rendimiento de los cortes de carne con mayor valor comercial. Este fue el resultado de una investigación que analiza la raza de estos animales hallados en el Parque Nacional Los Glaciares”, se indicó.

ATE
Compartir este artículo
Seguir:
Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
Dejanos tu comentario