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Hizo una casa en la Antártida y desató un conflicto con Argentina y Chile

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Atrajo a apasionados por vivir una vida extrema, pero significó un peligro para el ecosistema antártico.

En la década de 1960, el mundo fue testigo de un evento histórico que cambiaría el rumbo de la vida de Jaroslav Pavlíček y lo llevaría a convertirse en una figura controvertida en el continente blanco. Sin embargo, su historia comenzó mucho antes de su llegada a la Antártida. Este relato narra la vida de un hombre que escaló el Everest y recorrió los paisajes más inhóspitos, pero que encontró su lugar en el mundo en el continente antártico, donde construyó Eco-Nelson, la única propiedad privada en la historia de la Antártida, desencadenando conflictos internacionales entre países como Argentina y Chile.

De la Primavera de Praga a las Montañas Tatras

El 20 de agosto de 1968, los tanques rusos invadieron Checoslovaquia, poniendo fin a la Primavera de Praga. Jaroslav Pavlíček, entonces en sus veintes y estudiante de filosofía, se vio profundamente afectado por este evento. La decepción y la violencia lo impulsaron a abandonar su vida en la ciudad y buscar refugio en las montañas Tatras, en la frontera entre Polonia y Eslovaquia. Allí, trabajó como porteador, transportando las pertenencias de otros y descubriendo su profundo amor por la naturaleza.

La experiencia en las Tatras abrió los ojos de Pavlíček a su pasión por el alpinismo y las técnicas de supervivencia en ambientes extremos. Durante la década de 1980, formó parte de la expedición polaca que alcanzó el Monte Everest por primera vez, atravesó Groenlandia en una hazaña de 41 días con dos amigos y publicó un exitoso libro titulado «Man in a Harsh Environment,» que vendió más de 70 mil copias en checo, inglés y alemán.

El Encuentro con la Antártida

En 1988, Jaroslav Pavlíček llegó a la Antártida y quedó cautivado por la belleza de sus paisajes inhóspitos. Un año después, en Isla Nelson, a unos 700 kilómetros del cabo de Hornos, construyó Eco-Nelson, una estación polar sin nacionalidad. Esta rústica base se alzó en una playa donde el hielo no se forma, con temperaturas oscilando entre los tres grados y los 11 bajo cero. Equipada con colchones rellenos de paja y una estufa a leña, Eco-Nelson se convirtió en el refugio de Pavlíček.

Jaroslav Pavlíček se convirtió en el único propietario privado de tierras en la Antártida. Sin embargo, su presencia no estuvo exenta de controversia. Aunque el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente de 1991 garantizaba una amplia protección ambiental, Pavlíček construyó antes de esta fecha, evitando las restricciones del tratado. Esto provocó la preocupación de varios países con bases científicas en la región, ya que temían que esta edificación abriera la puerta al turismo y al establecimiento de más propiedades privadas en la Antártida.

Pavlíček, consciente de la fragilidad del ecosistema antártico, decidió recibir visitas de voluntarios que desearan experimentar la supervivencia extrema. Los visitantes, incluyendo niños y discapacitados, pasaban un mínimo de un mes y medio y un máximo de un año en Eco-Nelson. Desde el primer día, se impuso la regla de causar el menor impacto posible, prohibiendo el uso de sustancias químicas y productos de higiene convencionales.

Conflictos Internacionales

A medida que la presión internacional aumentaba, Eco-Nelson se convirtió en un punto de discordia. Inspectores británicos, chilenos y argentinos encontraron deficiencias en la base y riesgos para el ecosistema antártico. Recomendaron su demolición y limpieza del área. En 2016, Jaroslav Pavlíček dejó de viajar a la Antártida, y de acuerdo con lo que informa Wikipedia “la Base Eco Nelson (en inglés Eco-Nelson Station) tiene carácter internacional y no gubernamental, por lo tanto no se considera como una estación checa.”

“La base está situada en la punta Rip, bahía Edgell (o Don Samuel) dentro de la bahía Maxwell, cerca de la boca oriental del estrecho Fildes, que separa a la isla Nelson de la isla Rey Jorge (o 25 de Mayo). Está situada en una parte de la costa libre de hielo con una superficie de unos 4 km², con vegetación. La base se encuentra a poca distancia de las bases ubicadas en la península Fildes de la isla Rey Jorge, la más cercana es la Base Gran Muralla de China a 3 km. Si es necesaria una evacuación, puede realizarse desde la Base Presidente Eduardo Frei Montalva de Chile.

La Base Eco Nelson ofrece alojamiento a los huéspedes voluntarios de todo el mundo (1 a 9 personas) por un tiempo de 20 días a un año. Se centra en el arte de la supervivencia con énfasis en la ecología. Tiene también limitaciones en el equipaje permitido y el uso de agentes químicos. Todos los residuos deben ser transportados de regreso. Se realiza también la recogida de residuos arrojados por el mar.​

Está compuesta por un edificio principal, que tiene varias habitaciones y dos instalaciones menores adyacentes (aproximadamente 9 m²), todas construidas en madera y forradas con arpillera en su interior. En el área de la playa, a 80 m del edificio principal, hay una pequeña unidad de almacenamiento que contiene bolsas y cuerdas, junto con el almacenamiento de combustible. En la inspección realizada por Argentina y Chile en febrero de 2016, se la encontró temporalmente deshabitada y con signos de deterioro. Lo mismo que en la inspección llevada adelante por el Reino Unido y la República Checa en 2014-2015, se recomendó su remoción completa.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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