Gran Bretaña nunca reconoció que su nave insignia, el portaaviones Invincible, fue herido por un misil Exocet y por bombas que arrojó la misión de seis aviones argentinos el 30 de mayo de 1982. Se lo sacó de circulación en forma secreta y volvió a ser mostrado en público muchos meses después de finalizada la guerra por la recuperación de nuestras Islas Malvinas. Es más, se incorpora a las entrevistas a los protagonistas del ataque, un análisis detallado habla del reemplazo por una nave gemela, ya que el Invincible fue hundido por la Argentina.
Esa nave, en el marco del conflicto, fue atacada en una misión estudiada al detalle, con seis aviones de la Fuerza Aérea y de la Marina, además de dos Hércules que realizaron la impresionante tarea de abastecer de combustible en pleno vuelo, en cuatro oportunidades.
En la misión fueron impactados dos pilotos de la Fuerza Aérea con sus A-4C Skyhawk, los primeros tenientes José Vázquez y Omar Jesús Castillo.
En nuestro espacio de Ruta Nacional Malvinas junto a Rubén Russo, hablamos con el piloto que disparó al portaaviones el último misil Exocet que tenía la Argentina, al mando de uno de los dos aviones Súper Etendard, el VGM Capitán de Navío Alejandro Francisco. Junto a él, participó de la misión el VGM Teniente de Navío Luis Antonio Collavino.
Por su parte, la escuadrilla de la Fuerza Aérea estuvo conformada por cuatro aviones A-4C Skyhawk, pilotados por los mencionados Vázquez y Castillo, y por el VGM Brigadier Ernesto Rubén Ureta y el VGM Comodoro Gerardo Isaac. Con él también hablamos extensamente sobre esa misión conjunta del 30 de mayo de 1982.
Aquí dejamos las dos entrevistas y sumamos dos documentos que asombran por el detalle de investigación sobre ese ataque a la nave insignia británica.
Entrevista al VGM Alejandro Francisco
Entrevista al VGM Gerardo Isaac
Informe detallado del ataque
El sitio La Perla Austral, dedicado íntegramente a publicar informes sobre lo que fue la guerra por la recuperación de nuestras Islas Malvinas, dio a conocer un informe sumamente detallado de cómo fue la misión de ataque al Invincible. Es más que interesante leer el artículo por cuanto se observa que ha sido redactado con fuentes directas, por las personas que participaron de la intimidad de la misión y con mucho conocimiento del escenario del conflicto bélico.
Aquí una parte de la nota y luego el enlace para seguir leyendo en el sitio mencionado.
«Ataque Invincible
Al finalizar el mes de mayo, los británicos se habían afianzado en San Carlos y ya estaban presionando sobre Darwin y Goose Green, para luego comenzar con su avance hacia el Este, en busca del punto capital: Puerto Argentino.Uno de los objetivos perseguido por las fuerzas británicas en tierra era el aeropuerto de césped de Darwin ubicado a unos 800m del pueblo, desde donde operaban aviones Pucará de la Fuerza Aérea Argentina. La pista – y, por ende la zona circundante- recibió, a partir del 1° de mayo, el bombardeo casi diario por parte de PAC de Harrier, a lo que se sumó, desde el 26, el ataque con artillería de campaña y morteros.
En general, las acciones contra las posiciones argentinas en todas las islas se fueron intensificando paulatinamente, con el propósito de aumentar la presión y disminuir la capacidad de resistencia. Las estaban permanentemente en el aire y ese control que ejercían en casi todo el teatro de operaciones era parte de preocupación por parte de las fuerzas propias. ¿Cómo lograban ese control aéreo? Muy simple: la Task Force disponía de gran cantidad de plataformas móviles (los barcos desde donde podían operar los Harrier) y, en especial los dos portaaviones: «Hermes» e «Invincible». John «Sandy» Woodward era consciente de que si perdía alguno de los portaaviones, toda la operación correría grave peligro de fracasar; los cuidaba con un celo muy particular y no los arriesgaba por que sí. Que el riesgo lo corrieran otros buques. Fue así como desde el comienzo de las hostilidades los portaaviones británicos se convirtieron, para los argentinos, en objetivos prioritarios. Los movimientos de la flota fueron estudiados minuciosamente, día a día, incluyendo los lugares desde donde aparecían y desaparecían los Harrier. Para ello se utilizó un radar Westinghouse AN/TPS-43F de largo alcance, capaz de detectar ecos aéreos alejados, que era operado por personal de la Fuerza Aérea Argentina. El rastreo permitió conocer las zonas de maniobras desde donde se lanzaban los Harrier: ahí estaban los portaaviones. De eso, no había dudas. El 29 de mayo, la 2da Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque recibió la orden de preparar una misión de ataque a un blanco que estaba ubicado a 80 millas al Este de Malvinas, exactamente en el radial 090°. Se pensaba que allí se encontraba el «Invincible», pues existían fundadas sospechas de que el «Hermes» había sufrido daños causados por uno de los Exocet lanzados por Curilovic y Barraza. Luego del hundimiento del «Atlantic Conveyor», quedaba sólo un Exocet AM-39. La oportunidad, está vez era para la pareja formada por el Capitán de Corbeta Alejandro Francisco y el Teniente de Navío Luis Collavino. Sugestivamente, luego del ataque al «Atlantic Covenyor» la Task Force se desplazo a una posición exactamente al Este de la Isla Soledad, es decir equidistante de tanto de Puerto Deseado como de Río Grande, complicando los vuelos argentinos tanto desde el Norte como desde el Sur, asimismo operar en el sector Noroeste, como en el caso del «Atlantic Conveyor», facilitaba mucho las cosas, pues a lo largo del litoral marítimo argentino existían varios aeródromos de alternativa. Por otro lado un compromiso de carácter operativo no les permitía a los británicos alejar los portaaviones más allá de las 100 millas de las zonas de combate, debido a que el radio de acción del Harrier (incluida las maniobras en el aire) no superaba esa distancia. Ellos necesitaban aviones que despegaran, volaran hacia el objetivo, estuvieran en él durante un tiempo y regresaran, les era imprescindible tener «presencia en el aire». A pesar de todas las precauciones, los mandos ingleses tenían una preocupación: los Súper Etendard argentinos. Sabían que no podían operar desde la pista de Puerto Argentino pero la experiencia del «Sheffield» y el «Atlantic Conveyor» había demostrado que esos aviones representaban un serio llamado de atención. En los últimos días de mayo, Woodward ordeno aumentar el número de buques «piquete», para tratar de detectar la llegada de posibles ataques desde el continente. La información sobre la presencia de esos «aviones» al Sudeste, Noreste y Sudoeste del territorio malvinense pudieron confirmarse en varias oportunidades. Y los ingleses no solo habían adelantado buques: se localizaron también a unas 70 millas al Sur del Estrecho de San Carlos, un helicóptero ingles «estacionado» en el aire, haciendo alarma aérea temprana. Si bien todas las misiones eran motivo de pormenorizado análisis, el próximo ataque con Súper Etendard fue especialmente estudiado. Lo lógico era pensar en un rumbo por el Noroeste, similar al seguido en la acción contra el «Atlantic Conveyor». En cambio, nadie podía llegar a imaginar un vuelo por el sur, dependiendo siempre de Río Grande, la base más austral disponible. Precisamente ese fue el sector elegido: el Sur. Era muy difícil que los ingleses esperaran un ataque por allí. Durante la mañana del día 29, Francisco y Collavino, con la ayuda del resto de la escuadrilla se dedicaron a ultimar algunos detalles de la misión. En primer lugar, se determinó el horario, teniendo en cuenta que hasta ese momento los Súper Etendard habían operado siempre en última hora de la tarde; por ello se buscaría una hora atípica, preferentemente a la mañana o, a más tardar, al mediodía. En segundo lugar, y para poder hacer un arco y alcanzar el blanco por el Este, cosa totalmente improbable desde toda lógica, tendrían que realizar un doble reaprovisionamiento en vuelo. Si en la segunda oportunidad surgían inconvenientes, los aviones podrían regresar a su base, aunque sin cumplir la misión. No iba a ser la primera vez que aparecieran problemas en la maniobra del reaprovisionamiento; existen muchas variables que hacen que el método no siempre sea seguro. Además, la misión obligaba que los aviones tanques se desplazaran muy hacia el Este, con todos los riesgos que ello implicaba. Para evita la detección de los Hércules por parte de algún piquete enemigo y que este diera la alarma ante la evidencia del reaprovisionamiento de una misión por el Sudeste, se solicitó que los tanques no realizaran una derrota directa desde Río Gallegos hasta el punto de encuentro con los Súper Etendard, sino que se pegaran al continente y luego siguieran una ruta casi idéntica a la de los aviones atacantes. A mediodía todo estaba listo. En cuanto recibieran la confirmación de la hora de los encuentros con los Hércules, despegarían. En la sala de prevuelo Francisco y Collavino esperaban el momento de la partida. De pronto, ingreso el Capitán Colombo, Comandante de la Escuadrilla. Buscó con la mirada a Francisco y resueltamente se dirigió hacia él. – Francisco, en quince minutos van a aterrizar cuatro A-4C de la Fuerza Aérea para hacer con ustedes un prevuelo y efectuar juntos la misión una hora y media después. – Pero señor…es imposible… – atinó a decir Francisco. – Sí, realmente… No hay tiempo para coordinar todo. Se trata de un ataque sumamente complejo, que implicaba coordinación muy detallada a las que había que dedicarles su tiempo. Tendrían que compatibilizar perfiles de vuelo de aviones diferentes, y además, disponer de otro avión tanque para el doble reaprovisionamiento. – solicitaré autorización para anular la misión. No podemos concretarla hoy; por lo menos en cuanto a efectuarla en conjunto – dijo Colombo luego de escuchar las opiniones de los pilotos. Como el blanco continuaba en la misma posición y ante la imposibilidad de concretar el ataque juntamente con los aviones de la Fuerza Aérea, se decidió que despegaran solamente los Súper Etendard . Francisco y Collavino se encaminaban hacia sus respectivos aparatos y realizaron el chequeo previo, pero ni bien pusieron los motores en marcha, llegó la orden de suspender el vuelo, pues el Hércules no podía seguir esperando y tenía que regresar por falta de combustible. A partir de ese momento, los pilotos comenzaron a ajustar una serie de detalles, considerando que el vuelo, al que se sumarían los cuatro cazabombarderos A-4C «Skyhawk» de la Fuerza Aérea, se realizaría al día siguiente. Durante una reunión que se había realizado durante la mañana del día 29, en San Julián, el Comandante del Escuadrón de los A-4C de la Fuerza Aérea reunió, en su despacho, a todos los jefes de las jefes de escuadrillas, para hacerles conocer la existencia de la misión contra el portaaviones británico. Los cuatro aviones luego del lanzamiento del Exocet por parte del uno de los Súper Etendard, continuarían para pasar sobre el blanco y bombardearlo, tratando de penetrar la barrera defensiva que siempre forman los buques que protegen a los portaaviones. Una barrera que generalmente, es muy difícil de atravesar. Por ello el riesgo que corrían era altísimo, más aun por que el ataque tendrían que realizarlo en aguas abiertas, donde la capacidad de detección por parte del enemigo era total y anticipada como para que los sistemas de armas tuvieran tiempo de suficiente para reaccionar con eficiencia. Cuando el Comandante finalizo su explicación, hizo un breve silencio: pausadamente, sin poder ocultar la emoción propia por el momento que estaba viviendo, pregunto quienes deseaban, voluntariamente, tomar parte en el ataque. Un nuevo silencio envolvió a los presentes. – Señor, solicito autorización para participar. El Primer Teniente Ernesto Rubén Ureta se había puesto de pie. Casi al mismo tiempo se levanto el Primer Teniente José Vázquez – Señor yo también quiero ir – Bien – respondió el Comandante – Ustedes designarán a los otros dos pilotos. Así lo hicieron. Entre los restantes oficiales del escuadrón, eligieron al Primer Teniente Omar Jesús Castillo y al Alférez Gerardo Guillermo Isaac. El domingo 30 amaneció como era habitual en Río Grande: nublado, muy frío, y con escarcha por todos lados. La sala de prevuelo, desde muy temprano, registraba una intensa actividad. Francisco, Collavino y prácticamente todos los demás integrantes de la Escuadrilla, se reunieron con los pilotos de la Fuerza Aérea que participarían den la misión. Juntos realizaron la coordinación final, dejando sentada la importancia de la discreción y acomodando el perfil de vuelo de los A-4C al de los Súper Etendard. – ¿Qué harán si alguno de sus aviones regresa por fallas? – le pregunto Francisco a Vázquez, que era el líder de la escuadrilla de la Fuerza Aérea. Todos hicieron silencio. Vázquez, levanto la vista del gran mapa que estaba desplegado sobre la mesa de trabajo y se irguió, mirando los ojos de Francisco, que estaba agachado sobre la carta, realizando mediciones con un compás. – en ese caso continuarán los otros tres. Francisco volvió a preguntar: – ¿Y si un segundo avión tiene que regresar? – Seguirán los otros dos. Sólo se anulará la misión, por nuestra parte, por supuesto, si fallan tres maquinas. Ir con un solo avión no tiene ningún sentido. Por un momento todos se callaron. Si para los Súper Etendard ese ataque, por sus características era muy riesgoso, mas lo era para los pilotos de los A-4C que, si bien eran voluntarios, no desconocían el tremendo riesgo que corrían. Las ordenes que tenían era atacar el blanco en el que impactara el Exocet, fuera cual fuere; se suponía que ese buque iba a estar más indefenso que otro que estuviera intacto. Era la única manera de aumentar las posibilidades de hundir al «Invincible», en caso de que el misil pegara en el portaaviones. Alrededor de las 12:30 hs Francisco recibió la autorización de la torre de control de Río Grande. Un poco más atrás y a su derecha, Collavino esperaba que su líder despegara primero, para hacerlo él segundos después. Francisco aceleró hasta un ochenta por ciento de la potencia de la turbina, soltó los frenos y el Súper Etendard, con el último Exocet AM-39 disponible, comenzó su carrera de despegue. Con un suave movimiento del bastón de comandos hacia atrás elevó la maquina y las ruedas dejaron la pista. Entró el tren de aterrizaje y los flaps, luego redujo la potencia. Giro a la izquierda y vio que el avión de Collavino estaba despegando. Al completar el giro, su numeral ya estaba volando hacia él y se aprestaba a reunírsele. Aproximadamente unos cinco minutos después, uno tras otro fueron despegando los A-4C. Como los Súper Etendard, ascendieron a 12.000 pies y pusieron rumbo Sudeste. |
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Prueba de que fue hundido
Por su parte, en el sitio Irizar.org se incluyó una investigación donde se demuestra que la nave madre de los británicos fue hundida por los aviones argentinos y que además, fue reemplazada por una gemela para volver a Gran Bretaña sin aceptar ese hundimiento.
Como en el caso anterior, aquí dejamos una parte del artículo y luego el link para continuar leyendo.
«LA VERDAD, EL HUNDIMIENTO DEL PORTAVIONES HMS INVINCIBLE:
17 DE SETIEMBRE DE 1982 – El HMS ILLUSTRIOUS R06; entrando a puerto en reemplazo de HMS Invincible.
Toda la gente pensó que era el Invencible , pero NO, este tenía sistema de defensa antiaérea nuevo, un Phalanx!!!!!!
Esta foto se puede ver en la WEB de los veteranos, esta es la verdad.
Entonces, si usted cree que este era el Invencible, como explica esta foto??????, en la guerra de MLV no se habían instalado los Phalanx a los buques ingleses. En setiembre, ya en Portsmouth, el buque tenía un phalannx
Este es el Illustrious entrando a Portsmouth el 17 de Setiembre visto con zoom…
Entonces, aceptemos que este buque no era el Invencible, aquí aparece el Illustrious en un libro, nótese que es el mismo lugar y es el mismo phalanx.
Entonces fue el Illustrious el barco que ingresó a Portsmouth el 17 de Set del 1982.
el Invencible 82 (original R 05) no tenía un Phalanx antes del fin de la gran reparación de 1982, en estribor Proa, entonces por que el buque fantasma tenía un Phalanx
Necesita más pruebas??????
Estos son los partes británicos de grandes eventos de sus portaviones
HMS Inverncible (R-07) reparación en Portsmouth Oct 1999.
HMS Illustrious (R 06) Destacado al Golfo Pérsico el 17 de Enero de 2000.
HMS Ark Royal (R 08) Reparaciones de media vida en la Base Naval de Rosyth en Octubre de 1999.
¿y el R-05?????? “Invencible original”, nunca más apareció en ningún parte????
Fuente;www.geocities.com…
Otro análisis al respecto de hundimiento del HMS “Invencible”
Hay muchas pruebas que dicen que algo groso sucedió el 30 de mayo de 1982, ya que la CIC argentina en Malvinas monitoreaba al HMS Invincible controlando la salida y la llegada de los aviones Harriers al mismo punto.
El periodista británico John Witherow comentó, que hasta el día 30 de mayo, fecha en que fue atacado el portaaviones, ellos transmitían la información obtenida en tierra firme (MLV) a Londres mediante la estación de comunicaciones satelitarias a bordo del “Invincible”. A partir de esa fecha, ya no lo pudieron hacer más; también el mismo día del ataque se observó en la CIC argentina que las interferencias electrónicas inglesas cesaron.
La CIC argentina de MLV monitoreó una gran actividad aérea en ese punto luego del ataque de nuestros aviones (dos Super Etandart de la Armada y cuatro A4C de la Fuerza Aérea), tambien los Harriers ingleses dejaron de atacar blancos terrestres de la misma manera que lo venían haciendo y los soldados argentinos dijeron que se sintieron mucho más aliviados, a partir de esa fecha nunca más se supo del portaviones HMS Invincible; la CIC argentina solo podía monitorear los vuelos de entrada y salida de otro punto en alta mar, el correspondiente al portaviones ingles HMS “Hermes”, etc. etc.
Australia quien era el país que iba a realizar la compra del portaaviones HMS Invincible, canceló la compra ese mismo día, la India quien iba a comprar un portaviones clase Invincible canceló rápidamente su contrato.
Obvio, ninguno de esos países iban a comprar un cachivache que se hundia tan facilmente.
Lo más insólito, es que después de finalizada la guerra, los ingleses dijeron que el HMS Invincible estaba en alta mar en el paralelo 23, donde cambió una turbina de gas de su sistema de propulsión, tarea que fue un record en tiempo, además no tenía necesidad de hacer semejante reparación en medio del mar y menos en época de invierno con temperatura bajo cero y donde oscurece más temprano, pudiéndolo hacerlo en un puerto, o en una bahía en las islas Malvinas donde había además una base militar inglesa, estaba el resto de los buques ingleses y ya no podían ser atacados por aire.
Además, en el paralelo 23 nunca hubo un buque según el informe de la OTAN quien pedía las coordenadas del HMS Invincible permanentemente.
Por otro lado, tampoco tenían la necesidad de hostigar a 1000 tripulantes durante otros 3 meses en el mar sin tocar puerto y habiéndolos tenidos 2,5 meses en guerra, después de una guerra todos quieren volver a casa a encontrarse con su familia, amigos, etc.
Una pregunta más, ¿a que enviaron rápidamente al portaviones gemelo HMS Illustrious a Malvinas después de la guerra?????
Obvio, a reemplazar al HMS Invincible hundido, ya que no existe imágenes del mismo después de la guerra, todas las imágenes son antes y durante la guerra, después del 30 de mayo no existe ni una, nunca más se supo del HMS Invincible.
Durante y después de la guerra, el mando de la fuerza de Tareas Británica en Malvinas lo toman, el HMS Hermes , luego el HMS Bristol para más tarde tomarlo el HMS Illustrious. ¿Y el HMS Invencible???? Por qué nunca tomó el mando????????, por que nunca regresó a Inglaterra????, obvio, se había hundido.
Ustedes verán, que los buques ingleses que regresaron a Gran Bretaña luego de la guerra llegaron todos sucios, oxidados, deteriorados, etc. etc. por los tres meses que estuvieron en el mar, y como hizo el supuesto HMS Invincible para llegar impecable, con pintura nueva y eso que estuvo 5,5 meses en el mar y sin tocar puerto?.
La respuesta que más encaja a esto es, fue reemplazado por el gemelo HMS Illustrious, nuevo, recién botado, el HMS Invincible fue hundido o luego del ataque argentino los británicos al ver que no lo podían salvar lo hundieron en la noche para no dejar rastros.
Los tripulantes del HMS Invincibles habían sido evacuados al HMS Hermes y a San Carlos como lo afirman la inteligencia del CIC argentina en MLV por los constantes monitoreos de vuelos durante todo ese día del 30 de mayo.
Al llegar el HMS Illustrious los tripulantes del HMS Invincible distribuídos en el Hermes pasaron al nuevo portaaviones recién llegado».
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