Con el frío del invierno patagónico acechando las costas del río Limay, algunos se resguardan con sus abrigos mientras otros se preparan para un desafío que pocos se atreverían a enfrentar: nadar en aguas heladas. Esta sensación sin igual ya tiene muchos seguidores, desde hace varios años en la región.
Uno de ellos, Juan Rodríguez, experimentado nadador regional, es uno de esos valientes. Este sábado, junto a su compañera de nado, se lanzará a las frías aguas del Limay para completar la travesía desde Plottier hasta Neuquén.
Rodríguez dio detalles del próximo desafío en AM Cumbre 1400 y comentó que “este clima nos entusiasma aún más”, ya que el frío no solo no lo desanima, sino que lo motiva a seguir adelante. Para él, la natación en aguas gélidas comenzó casi como un juego hace tres años, durante la pandemia, cuando las restricciones lo llevaron a buscar alternativas para mantenerse activo. «Por ahí nos hacíamos escapadas al río y queríamos preparar la reválida como guardavida y el único lugar que nos quedaba para nadar era el río”, explicó en programa Contigo, pan y cebolla.
Lo que comenzó como un desafío ocasional, pronto se convirtió en una parte habitual de su vida. “Primero lo tomamos como un reto, pero después lo incorporamos a nuestra rutina diaria”, afirmó.
La travesía de este año es la segunda edición del evento que une los balnearios de Plottier y Neuquén, una prueba de resistencia extrema donde el año pasado, nadó durante casi dos horas en aguas a una temperatura de 5 grados. Este año, las condiciones no serán muy diferentes, con el agua del río Limay marcando unos 7 grados, “una vez que entras al agua, no quieres salir”, comentó entre risas.
Nadar en estas aguas no es solo una prueba física, sino también mental. Rodríguez explicó que esta actividad está relacionada con la crioterapia, una técnica que consiste en la inmersión en aguas extremadamente frías para aprovechar sus beneficios terapéuticos. «Activa el metabolismo, regenera las células del cuerpo. Además, hay muchos deportes que lo implementan, como por ejemplo los deportes de contacto, como son las artes marciales, el MMA, el UFC a nivel internacional. Después los levantadores de pesas olímpicos también, por una cuestión de que lo que es la parte de los tendones y los ligamentos se inflaman», explicó, destacando los beneficios de esta práctica.
La preparación para nadar en estas condiciones es rigurosa. “Primero mojamos las extremidades, hacemos pequeñas inmersiones, y luego nos lanzamos al agua”, detalló. Este enfoque gradual es crucial para evitar los calambres musculares y la taquicardia que puede causar el contacto repentino con el agua fría.
La travesía de este año será transmitida en vivo a través del Instagram de Rodríguez, @jrodriguez.arg, permitiendo que todos los interesados puedan seguir de cerca esta hazaña. La idea es enviar el registro a la agrupación de nadadores argentinos que competirá en la Copa del Mundo en Calafate, donde el nado sobre glaciares es el gran desafío.
Para Rodríguez, nadar en aguas heladas no es solo un deporte, sino una forma de vida. Su pasión y dedicación lo llevó a explorar los límites de lo posible, y este fin de semana, una vez más, desafiará las aguas gélidas del Limay. «Son bienvenidos a unirse cuando quieran», invita con una sonrisa, dejando en claro que, aunque el desafío es grande, la recompensa es aún mayor.