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La altura humana del rionegrino que venció al cáncer y no para de escalar

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Desde Choele Choel al Everest en un camino lleno de pasión por la vida y la naturaleza.

En estas horas está en el Everest guiando a un grupo de montañistas hacia la cumbre que él ya hizo dos veces. Empezó en la región y no paró de estar en contacto con la naturaleza.

Rodeado de nieve y altura, en esta mañana Tomás Ceppi está guiando a un grupo de montañistas en el monte Everest, la cima del mundo con sus 8848 metros sobre el nivel del mar. A miles de kilómetros de su Choele Choel natal, ayer acompañó a Tom Lawrence –norteamericano de Memphis- hasta el Campamento 4 del gigante asiático, porque ya no podía seguir hacia la cumbre. Tomás está allí, con su grupo de montañistas viviendo una experiencia que él ya sintió tantas veces en los senderos y las alturas de Nepal.

Él mismo recuerda en su página que desde chico, sus padres le inculcaron el amor y respeto por la montaña y la naturaleza. A la edad de 5 años ya esquiaba junto a su hermano y durante los veranos se la pasaban haciendo trekking o simplemente disfrutando del aire libre.

Fue a esa misma edad que subió por primera vez al Cerro López (Bariloche), de la mano de su papá. El haber nacido y haberse criado en una chacra en Choele Choel, Río Negro, sin dudas también marcó su preferencia para una vida al aire libre. De hecho, se recibió de Técnico en Turismo y, posteriormente, de Guía de Alta Montaña -EPGAMT- en Mendoza.

A sus 42 años, desde las alturas humanas de quien ha sintonizado el idioma de la pasión, Tomás Ceppi sintió como una experiencia extrema más el diagnóstico y tratamiento de un cáncer de tiroides con metástasis ganglionar.

Tomás Ceppi junto a la perra Tina en la cima del Aconcagua.
«Les presento a Tina y su Historia. En la temporada 13/14’ de Aconcagua, durante la aproximación hacia el Campo Base “Plaza Argentina” junto a mis clientes, nos cruzamos a dos perros perdidos en el valle. Debido a que eran macho y hembra, uno de los clientes americanos decidió llamarlos Argen & Tina en referencia a nuestro país. Tina me acompaño durante toda la expedición y el 5 de enero de 2014 llegamos hasta la cumbre del Cerro Aconcagua juntos. Desde ese momento somos inseparables y es parte de nuestras vidas! Perra fiel y compañera», publicó en su Facebook.

Su primera cima fue el Aconcagua, y representó la confirmación de que estar en contacto con la naturaleza potenciaba su felicidad. Más adelante fundó su propia empresa, TC Expeditions, y en paralelo trabaja para firmas norteamericanas reconocidas en el mundo del alpinismo. De la mano de Climbing The Seven Summits llegó la propuesta de subir a la montaña más alta, y se entrenó para conseguir lo que para muchos podría catalogarse como “hazaña”, pero para él es un estilo de vida. “Ahora es mi profesión, antes fue mi hobby, y hoy es mi forma de vivir, que me va marcando mi día a día, y lo tomo como parte de un todo, aunque también entiendo que las personas que no están tan metidas en la actividad lo vean con ojos de que es algo totalmente fuera de lo normal”, expresa a la periodista Cindy  Damestoy, de Infobae.

Salir a correr, andar en bicicleta, fortalecer piernas, zona abdominal y hombros en una rutina de gimnasio, son algunas de las actividades que realiza para mantenerse en forma todo el año y afrontar la expedición a los Himalayas, que implica al menos dos meses de duración, y una organización dividida en dos partes.

“Desde que llegás a Katmandú, que es la capital de Nepal, a preparar lo que son los últimos detalles de logística, se empieza una aproximación de 90 kilómetros al campamento base a 5.300 metros, parás en tea houses, hay carpas comedores, carpas dormitorios, carpas cocinas, y ahí hay que tratar de llegar bien de salud, entero, para emprender la segunda etapa”, explica. A diferencia de otras montañas, la adaptación a la altura en la misión Everest -lo que se denomina “aclimatación”- resulta crucial para que el organismo se empiece a adaptar fisiológicamente, y después de pasar algunos días allí comienza la ascensión pura del cerro, así que ahí se prepara al cliente, los suministros de oxígeno, comida en la montaña, muchas cosas a tener en cuenta, detalla.

Tomás Ceppi
«Ultima expedición del año en un lugar especial, Monte Vinson -Antártida-. Sin dudas una de mis cumbres preferidas de las 7 Summits», publicó en su Facebook.

«Como guía vivo y siento el sueño de cada cliente como propio, trabajo y me esfuerzo para poder brindarle lo mejor y ser el nexo para que pueda alcanzarlo», expresa

El 27 de mayo de 2019, a las 7 de la mañana, después de soportar temperaturas de 40 grados centígrados bajo cero en algunos tramos, llegó a la cima del mundo. Lo primero que se le cruzó por la mente fueron imágenes de su familia, momentos puntuales de todos los años de esfuerzo, y no se podía ni imaginar que no sería la única vez que estaría ahí. Así como a veces los escaladores esperan “ventanas” buen clima para poder avanzar, a Tomás se la abrieron nuevas puertas laborales y en 2022 volvió a hacer el mismo recorrido con otro grupo. “Estoy feliz, muy contento de seguir teniendo la posibilidad de venir al Everest, con lo que significa en todo su sentido, que hay tanta historia detrás de este cerro, de estas montañas, y te vas cruzando con gente de diferentes nacionalidades y con referentes de esta actividad, que para mí sigue siendo muy emocionante”, expresa mientras disfruta de la tercera expedición en Nepal.

“Seguramente es algo que otros guías y amigos de Argentina quisieran poder hacer, y lo tomo como una responsabilidad enorme porque sé que si no lo hago de esta manera, le estaría fallando a mis colegas”, se sincera. Con orgullo y alegría revela que esta temporada hay cuatro guías argentinos allá, algo “único en la historia”, porque nunca antes había coincidido con tantos compatriotas el mismo mes. “Cada uno trabaja para distintas empresas, pero cada vez que nos cruzamos y estamos juntos, nos miramos a la cara y nos decimos: ‘Che, loco, ¡mirá donde estamos!’”, relata.

Aunque la espiritualidad siempre ocupó un lugar importante en su vida, hace 12 años se replanteó algunas cuestiones personales y trató de capitalizar esa vivencia siendo más consciente de la famosa frase “vivir en el presente”. Estaba preparándose para una expedición en Mendoza, y se hizo un chequeo de rutina que derivó en estudios más profundos y un diagnóstico más que inesperado: cáncer de tiroides con metástasis ganglionar. “Después del tratamiento pude salir adelante, pero este tipo de noticias son movilizadoras en todo sentido, y depende mucho de cómo estés en ese momento a nivel emocional y todo tu entorno, para ver cómo hacerle frente”, confiesa.

“A mí me agarró fuerte a nivel personal, y traté de transmitirles tranquilidad y seguridad a toda mi familia. Ellos fueron el soporte más grande y el mejor tratamiento para poder seguir en pie”, dice agradecido. Y le dedica románticas palabras a su esposa, Teté, por su apoyo incondicional desde el día en que se conocieron: “Mi mujer es la que me ayuda a seguir saliendo de expedición, a hacer estas cosas, es la que me sigue motivando, sabiendo que mi trabajo me hace feliz; y para mí ella es todo, no solamente es mi compañera, es mi mejor amiga y si en algún momento tengo dudas, miedos o lo que fuera, es la que me ayuda siempre”. Incluso tiene tatuado el anillo de casamiento, así que como él dice, “la tiene siempre presente”, aunque admite que la distancia de su familia durante tanto tiempo es la parte más compleja de las expediciones.

Aquí se puede ingresar a la página de Tomás Ceppi, este rionegrino que reside en Pilar pero vive a pleno en las alturas y la naturaleza del mundo.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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