Ad image

La información oculta que tienen los bosques petrificados en Neuquén

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Los hallados forman un triángulo entre la meseta, el norte y la cordillera central neuquina.

Hasta ahora se han descubierto tres lugares  con troncos fósiles. En uno de ellos hay partes de araucarias que se mantienen erguidas, hechas piedra y de color anaranjado. Sería único en el país.

Hace unos 80 millones de años, Neuquén tenía un clima cálido, húmedo y con períodos de sequía. La información no la aportó ningún centro de estudio de clima o estación meteorológica, sino el análisis paleobotánico de los restos de árboles petrificados que se han descubierto en la provincia patagónica. Es más: conviviendo con dinosaurios también hallados y que pertenecen a ese período Cretácico, en uno de los lugares se encontró una serie de trozos de antiguas araucarias que aún están erguidas y con un típico color marrón-naranja de la madera hecha piedra.

La majestuosidad de troncos de más de un metro de diámetro, petrificados y apoyados en partes sobre la meseta o la cordillera es un espectáculo que anula todas las palabras. En medio de un silencio patagónico, con el zumbido del viento y de la arena enfrentando los achaparrados ñires y alpatacos, inmensas piedras largas y redondeadas de araucarias son un regalo del pasado a flor de tierra.

En la provincia del Neuquén hasta el momento se han hallado tres formaciones de plantas fosilizadas que corresponden al período mencionado y que forman un triángulo entre la meseta del centro provincial, el norte donde se muestran paralelas las cordilleras del Viento y de los Andes y las faldas montañosas que dan al lago Ruca Choroy.

El Sauce-Picún Leufú es una, la zona del cerro San Pedro en Huinganco es otra y la que sería más impactante por encontrarse troncos fosilizados de pie, en la zona de Aluminé-Ruca Choroy.

El sector de troncos fosilizados que se encuentra a cielo abierto en medio de la meseta del centro neuquino, a unos 155 kilómetros del Alto Valle y muy próxima al yacimiento Vaca Muerta fue declarada por el gobierno provincial como “zona paleontológica excluyente y protegida”. Se adelantó que se hará en El Sauce (una pequeña población del Departamento Picún Leufú ubicada cerca del río del mismo nombre) un Museo a cielo abierto y enlazando el trabajo científico con el turístico, se pondrá en valor el sitio para conformar un atractivo más de la zona.

En el caso de los troncos fosilizados encontrados en el cerro San Pedro del norte neuquino “son de una época en la que había helechos arborescentes, no existían las coníferas, ni las angiospermas, que son las plantas con flores que dominan ahora”, detalló Mateo Gutiérrez, paleontólogo de la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural, en declaraciones a la prensa.

Hace 19 años, una patrulla de Gendarmería del Escuadrón de Aluminé descubrió la existencia de uno de los bosques petrificados que tendría elementos únicos en el país. Se trata de un amplio sector ubicado en las laderas del este del lago Ruca Choroy adonde además de los típicos troncos petrificados acostados en el suelo, existen una serie de ejemplares que aún están de pie y asombran por su porte y color.

De acuerdo con la información disponible, las araucarias petrificadas halladas a unos 12 kilómetros de Aluminé, en una zona de muy difícil acceso, se encuentran esparcidas en una hectárea y “es uno de los bosques fósiles más lindos del país, y el único en la provincia en el que los troncos están en posición de vida o de pie. Hay 34 y 20 ejemplares que están muy bien preservados. Son angiospermas y es la primera evidencia de una comunidad boscosa del Oligoceno. Esos ecosistema que están del lado Chileno ya existían hace unos 25 millones de años, con especies parecidas a las actuales”, explicó el especialista del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata,  Leandro Martínez.

El científico, uno de los que más ha estudiado la vida del Cretácico en Neuquén, actualmente también colabora con sus investigaciones con la Provincia y especialmente está relacionado con el Museo Histórico Regional de Villa La Angostura y la mencionada Dirección de Patrimonio.

“La paleobotánica es una rama compartida entre la paleontología y la botánica que estudia las plantas fósiles. La geología aporta un tipo de información. Los restos fósiles de dinosaurios y de plantas también contribuyen. Cuando se  juntan todos los elementos se puede ver el panorama completo. Hay troncos, semillas, hojas, granos de polen y hasta flores fósiles” en el territorio neuquino, relató.

Martínez, que hizo su tesis y vivió en Plaza Huincul, investigó la Formación que se encuentra entre esa ciudad, Cutral Co, Sierra Barrosa y El Chocón, enfocando al período Cretácico pero también al Jurásico y Paleozoico. Especialmente sobre los bosques petrificados de Neuquén, indicó que la investigación comienza con un fragmento de unos diez centímetros de diámetro y se lo “divide en diferentes planos con cortes de láminas delgadas y se las pule hasta que la luz pase a través de la roca. Luego la mira en el microscopio. Es un trabajo muy delicado porque a medida que se pulen los troncos a veces se parten y rompen. Estas láminas de madera fósil se estudian de la misma manera que cualquier madera actual. Si están bien preservadas, se ven las células. Las características presentes en esas células, su tamaño y alteraciones indican que pasó con los árboles en el tiempo”.

BOSQUES PETRIFICADOS EN NEUQUEN
Un tronco de araucaria erguido (Izq.), el estudio de sus partes y uno de los árboles hallados en El Sauce (Der.). (Fotos: Dirección Provincial de Patrimonio Cultural e Internet)

Como se trabajó en el análisis de los restos de un buque ballenero frente a Puerto Madryn, el análisis de la madera permite a través de sus anillos obtener información de cómo ha sido su vida, además de la edad y otras características.

Esa huella dactilar del interior de un árbol también está presente en los ejemplares fosilizados hallados en las tres zonas neuquinas. Pero la novedad que descubrieron los científicos es que en las zonas con clima tropical, los árboles no producen ese tipo de anillos. Tal como se presentan los fósiles de El Sauce, por lo que se determinó que en esta zona de la Patagonia, en ese período el clima era tropical, húmedo y con períodos de sequía que sí se descubrieron en los fósiles analizados.

La actual meseta del centro provincial habría sido hace 80-90 millones de años un bosque como el actual parque provincial Copahue-Caviahue y otros, con los pehuenes (araucarias) como los árboles de mayor altura y con algunas plantas tropicales creciendo por debajo. Lo llamativo es que en los troncos fósiles estudiados aparecían estructuras como canales junto con anillos irregulares. Esos procesos son de tipo traumáticos y se forman en las maderas de los árboles que padecieron grandes sequías.

Los troncos fósiles de la Formación Huincul son araucarias en la mayoría de los casos. Cada tanto se hallan especies emparentadas con los cipreses actuales, junto con grupos de determinadas angiospermas (plantas con flores) más pequeñas que crecen por debajo de las araucarias y cipreses. Una de las cosas que se conoce por medio de los estudios paleobotánicos es que las araucarias habitan en la provincia desde tiempos muy antiguos. Los ancestros de las araucarias surgen en el Período Triásico, hace unos 240 millones de años, con características muy similares de las araucarias actuales. Luego, durante el Mesozoico se dispersaron por todo el planeta, ya que aparecen fósiles de plantas de este tipo en distintas localidades del mundo.

En la Sierra de la Vaca Muerta, cerca de Bajada del Agrio y en cercanía de Las Lajas encontraron también unos helechos muy raros, de nombre Tempskya, pertenece a un linaje extinto y que no tiene ninguna especie cercanamente emparentada en la actualidad. “En el presente no existen plantas con ese tipo de crecimiento. Tenían tallos pequeños de los que surgían raíces que se enmarañaban”, concluyó.

Hace tres años un equipo científico de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego detectó un gran bosque petrificado bajo la superficie, a partir de un tronco fosilizado en la meseta neuquina. La utilización de georradar es una tecnología no invasiva que permite mapear los sitios a través de la transmisión de ondas electromagnéticas de banda ultra ancha que penetran hasta 20 metros bajo tierra, posibilitando la obtención imágenes del subsuelo desde la superficie.

Esa información fue aportada por la mencionada universidad fueguina a los organismos de estudio de la provincia del Neuquén, para avanzar en la investigación de ese gran bosque existente bajo tierra.

Toda la información sobre el pasado de esta región patagónica está alli, sobre y bajo la superficie, a merced de la ciencia y los adelantos tecnológicos, para aumentar el conocimiento y trazar un origen de nuestra actualidad.

ATE
Compartir este artículo
Seguir:
Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
Dejanos tu comentario