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La ingeniera que utiliza la yerba usada para guardar energía

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
La joven ingeniera que basó su tesis doctoral en la elaboración de pilas para guardar la energía de la yerba mate usada.

Con la asignación AUH terminó la secundaria y ahora está por ser doctora en ingeniería en Olavarría. El esfuerzo, la pasión por la investigación y el tema central de su graduación que la llevó a España. Florencia Jerez no deja de agradecer las becas y ayudas que recibió de instituciones y del gobierno argentino, mientras avanza en su tesis doctoral centrada en el almacenamiento de energía a través de la yerba mate usada.

Esa posibilidad incluye la construcción de pequeñas pilas donde se puede alojar la energía que producen los residuos orgánicos –en este caso muy abundante en los domicilios argentinos- y para alcanzar una experimentación mayor buscarán la producción a mayor escala.

La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro (FIO), con asiento en Olavarría, la vio llegar hace unos siete años, cuando terminó la escuela secundaria siendo madre y apoyada por una AUH asignada por el gobierno nacional. A partir de allí, la carrera de Química fue el centro de su desarrollo educativo pero también el esfuerzo que demandó de otros apoyos económicos y becarios para alcanzar el título de Ingeniera.

En 2018, analizando cuál podía ser el tema de sus tesis para avanzar hacia el Doctorado, la flamante ingeniera abrazó el estudio de los carbones activados que almacenan energía y provienen de residuos domiciliaros abundantes en la Argentina. Allí nació la posibilidad de utilizar nuevamente la yerba que había servido de infusión y masivamente es desechada en los hogares.

Si el tango Yira Yira lamenta no tener ni fe “ni yerba de ayer secándose al sol”, Florencia Jerez descubrió que eso no sería un problema, sino una posible reserva de energía que en forma de pilas recargables alcanzaría una revolución en el mundo.

Hace unas semanas, la Ingeniera retornó de España adonde llegó para profundizar en el análisis realizado en Olavarría y gracias a una beca de por la Fundación Carolina y el Ministerio de Educación de la Nación.

El trabajo científico en la Facultad de Ingeniería con asiento en Olavarría y el llevado a cabo en Madrid, junto a su tutor Enrique García-Quismondo, en el Instituto IMDEA Energía.

En Madrid

Jerez estuvo tres meses en la Universidad Autónoma de Madrid utilizando la infraestructura española para “completar la caracterización electroquímica de los carbones de yerba mate”, ya que tanto en Olavarría como en otros lugares del país este análisis demanda mayor tiempo y en algunos casos no se puede realizar. Allí trabajó bajo la dirección de Pilar González Herrasti que la conectó con el Instituto IMDEA Energía, donde contó con la guía de Enrique García-Quismondo. Esta relación con especialistas españoles deslumbró a Florencia, pero además le significó acceder a información y contactos con los desarrollos de energías renovables e innovación de toda Europa.

Por el carácter de su estudio y por su personalidad, Jerez recibió rápidamente el ofrecimiento de instalarse allí para avanzar en sus estudios y también formar parte de equipos de desarrollo europeos. Pero los rechazó, volvió a Olavarría para seguir siendo parte de Investigación Tecnológica en Electricidad y Mecatrónica (Intelymec) con eje en la FIO de la Unicen.

La idea

“En el marco de mi tesis doctoral que empecé en 2018 buscamos materiales de almacenamiento de energía y apareció la valorización de residuos vegetales regionales para producir carbones activados. Investigamos cuáles eran más abundantes en el país y llegamos hasta la yerba mate, donde no había registros de que se utilice para este fin en particular”, afirmó.

Aunque comúnmente se las conoce como pilas, se trata de dispositivos de almacenamiento de energía denominados supercapacitores, herramientas que guardan y liberan la energía de forma veloz. Es decir, tanto la carga como la descarga se hacen rápidamente. Estos instrumentos se emplean en equipos que necesitan potencia de arranque como los celulares, las computadoras y hasta los autos eléctricos.

Los supercapacitores no reemplazan a las pilas sino que se utilizan como complemento. Cuando se necesita una respuesta energética rápida funciona esta pila y cuando se requiere menor cantidad por un período más largo de tiempo funciona la batería correspondiente al equipo.

Para que los supercapacitores almacenen energía se necesita de carbón activado, un material que hasta ahora se obtiene a partir de la quema de maderas. “La diferencia entre cualquier carbón activado que hoy se vende y los que nosotras fabricamos es que los primeros se hacen a partir de carbón mineral o de plantar y talar árboles, algo que no es muy amigable con el medio ambiente”, destacó Marcela Bavio, científica del Conicet que coordina las investigaciones sobre energías renovables en la FIO.

Además de la yerba mate, las investigadoras trabajaron con otros desechos vegetales como el rastrojo de trigo y de maíz, los restos de la industria medicinal del cannabis, el bagazo que queda como sobra de la industria cervecera, la poda de olivo y alperujo, un subproducto de la extracción de aceite de oliva.

De este modo, ya no se necesitan hacer nuevas plantaciones y esperar a que los árboles crezcan ni tampoco extraer el carbón mineral, sino que se reemplaza por residuos de diferentes industrias que pueden ser tratados para convertirlo en carbón activado.

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Mayor escala

“La etapa de laboratorio ya la terminamos y tuvimos resultados excelentes. Ahora estamos tratando de conseguir financiamiento para poder saltar a la siguiente etapa que sería la escala piloto”, señaló Jerez. El propósito es alcanzar un mayor volumen de producción y obtener parámetros para conocer cómo funcionaría el proceso escala industrial.

“Queremos trasladar todo este conocimiento que generamos a la industria nacional porque, en la actualidad, el 90 por ciento de los carbones activados que se utilizan son importados. Queremos valorizar los residuos abundantes en el país para generar nuevas fuentes de trabajo, nuevos conocimientos y producir el menor impacto ambiental posible”, resaltó la ingeniera.

“Desarrollar los supercapacitores con materiales que son residuos de otras industrias no sólo permite el avance tecnológico en el almacenamiento de energía, sino que también promueve la gestión y la revalorización de los desechos, e incorpora el concepto de economía circular”, señaló Bavio.

El mate en Argentina

Según el Instituto Nacional de la Yerba Mate, desde los molinos salieron más de 138 millones de kilos para el mercado interno entre enero y junio de 2023. Esta cifra incluye tanto el volumen que se envía a los centros de distribución de las firmas yerbateras como las compras efectuadas por los mayoristas, hipermercados y supermercados. A su vez, para el mercado externo se enviaron casi 19 millones de kilos. El total de ventas acumuladas en estos meses es el más alto en los últimos diez años.

En cuanto a los formatos, los envases de medio kilo son los preferidos y representan más del 55 por ciento de las salidas de molinos al mercado interno. Por su parte, los envases de un kilo ocupan el 37 por ciento del total y entre los dos tipos de paquetes alcanzan el 92 por ciento. El resto se lo reparten entre paquetes de un cuarto, de dos y de cuatro kilos.

Argentina es el principal productor y exportador de yerba mate en el mundo, seguido por Brasil y Paraguay, y domina el 60 por ciento del mercado global. En 2022 se cosecharon 829 millones de kilos de hoja verde en la zona productora que está conformada por el nordeste de Corrientes y Misiones. Del total, 40 millones fueron exportados, lo que representó un valor de 94 millones de dólares.

Aunque suele pensarse que el principal destino de las exportaciones van a Europa o América del Norte, dos de los tres primeros países se encuentran en Medio Oriente. De esta manera, el top 6 está compuesto por Siria, Chile, Líbano, Estados Unidos, España y Turquía.

Con información propia, del Conicet, Universidad Nacional del Centro (Unicen), Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro (FIO), Investigación Tecnológica en Electricidad y Mecatrónica (Intelymec) y LU 22 Radio Tandil.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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