El cirujano reconocido en todo el mundo, también fue médico rural, como tenemos aun en nuestros pueblos de la Patagonia. El testimonio de una mujer que vivió muy de cerca esos 12 años en Jacinto Aráuz.
La mamá de María Elena Berton, trabajó en la casa del Dr. René Favaloro, en buena parte de los 12 años que residió en la localidad pampeana de Jacinto Aráuz. Desde allí, nos contó en una entrevista emocionante todos los detalles de lo que fue la presencia del querido cirujano y también la de su hermano Juan José, no sólo en lo relacionado con la medicina sino también con el impulso de servicios en ese pueblo de La Pampa.
La llegada a Jacinto Aráuz (en mayo de 1950) estuvo relacionada con el reemplazo del único médico del pueblo, Dardo Rachou Vega, con graves problemas de salud. Pero esa estadía de unos tres meses se transformó en una vida de 12 años. Junto a su hermano Juan José impulsaron primero el crecimiento de la sala de primeros auxilios y luego la clínica con 23 camas, una sala de cirugía y un banco de sangre, pero lo que más obsesionó al inventor del bypass coronario fue el desarrollo de la atención primaria de la salud.
Es que en esa región del Departamento Hucal de La Pampa, por ejemplo la mayor afectación de la salud de la población estaba relacionada con enfermedades rurales que podían evitarse con educación y prevención, además de una alta tasa de mortalidad infantil y desnutrición. Además, los primarios equipos de diagnóstico por imágenes como las radiografías no podían funcionar por deficiencias en el sistema eléctrico.
Entre otras iniciativas, Favaloro impulsó la creación de la cooperativa de luz y agua potable del lugar, la mejora de los caminos rurales para asistir con mayor rapidez a pacientes con urgencias y también para la producción rural, entre muchas más.
“No le fue fácil”
Berton recuerda y enfatiza que “no le fue fácil a los doctores Favaloro trabajar acá”. Y ejemplifica cómo estaban las cosas en Jacinto Aráuz en aquel año 1950: cuando ellos llegaron el pueblo no tenía red de agua potable (“era de pozos o aljibes”) lo que generaba masivos casos de diarrea infantil, además de contar con luz eléctrica generada por unos motores de la usina, en el horario de 8 a 24 horas.
“Recuerdo que trajeron un equipo nuevo de Rayos X y comenzaron a tener problemas porque se les velaban las imágenes. Reclamaron enseguida a la fábrica que se los vendió en Buenos Aires y a vuelta de correo les explicaron a los doctores que el aparato debía contar con un abastecimiento de energía que el pueblo no tenía. Entonces, junto a gente de poder económico en el pueblo, armaron una cooperativa que proveyó de agua potable y energía a todo Jacinto Aráuz”, recuerda Berton.
Y enfatiza: con esa provisión de agua potable en cada casa se redujo drásticamente la diarrea infantil. “Empezó de cero, tanto en su clínica como en su vida”, porque acá no había nada.
Pero además nole fue fácil porque debió reemplazar al antiguo médico del pueblo, el Dr. Rachou que era el que aplicaba la medicina tradicional y estaba relacionado con todas las familiar de la zona rural. En aquellas épocas (y aun hoy) el médico del pueblo tiene una relación afectiva muy fuerte con la población y la llegada de alguien de otro lugar y encima muy joven, demanda de un tiempo para su afianzamiento social.
Favaloro, que tenía 26 años cuando llegó a La Pampa (había nacido el 12 de julio de 1923 en el barrio el Mondongo de La Plata), tras su paso por esa experiencia de médico rural, el 11 de noviembre de 1962 partió a Cleveland, Estados Unidos, para cumplir un curso de especialización en cardiocirugía. Allí realizó el primer by-pass exitoso de la historia de la medicina.
Luego retornó a la Argentina y la historia es más conocida.
Para conocer mucho más de la vida del médico en esa localidad pampeana, te invitamos a ver este video con la entrevista a María Elena Berton: