La Justicia procesó al líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, por administración fraudulenta en perjuicio del Estado Nacional. Se presentaron pruebas suficientes que indican que Belliboni desvió parte de los 360 millones de pesos recibidos por la asociación civil Polo Obrero y la cooperativa El Resplandor Limitado, según se informó. Estos fondos habrían sido canalizados a través de una red de empresas para justificar gastos inexistentes mediante facturas falsas, ocultando así el destino real del dinero.
El magistrado, junto con el fiscal Gerardo Pollicita, recopiló diversas pruebas que sugieren que Belliboni y otros dirigentes del Polo Obrero utilizaron fondos del programa Potenciar Trabajo para financiar al Partido Obrero, que participa en las elecciones bajo el Frente de Izquierda. Se identificaron seis empresas involucradas: la imprenta Rumbos, Coxtex, RicoPrint, UrbanGraphics, Carlos Monfrini y Miniso Trade. Al menos $40 millones fueron destinados a estas compañías.
En algunos casos, estas empresas emitieron facturas falsas que el Polo Obrero presentó al exministerio de Desarrollo Social para justificar el uso de los fondos. En otros casos, las empresas endosaron cheques a la imprenta Rumbos, cuya dirección fiscal coincide con la sede del Partido Obrero. La Justicia ha probado que esta imprenta aportó $18 millones al Partido Obrero y contrató una empresa de publicidad para su campaña electoral.
La investigación también reveló que el dinero desviado del programa Potenciar Trabajo no solo sostenía la estructura de los comedores a los que pertenecían los beneficiarios, sino que también se destinaba al Partido Obrero. Estas contribuciones, conocidas como «cápitas», oscilaban entre $2,000 y $5,000 mensuales y se cree que fueron a la cooperativa El Resplandor Limitado.
Paralelamente, el fiscal Gerardo Pollicita está investigando la posible implicación de exfuncionarios del ministerio de Desarrollo Social. Según fuentes, la Justicia busca determinar si los funcionarios de la Secretaría de Economía Social, liderada por Emilio Pérsico durante el gobierno de Alberto Fernández, participaron en la maniobra de desvío de fondos al no controlar las facturas falsas del Polo Obrero.
Los investigadores analizan la cadena de mando, desde Emilio Pérsico hasta el personal de menor rango, para discernir si la falta de control fue un error o una omisión intencionada. Se investiga si existió una directiva desde los altos mandos para no controlar y transferir los fondos. Una fuente judicial señaló que el Ministerio de Desarrollo Social no podía desconocer que Coxtex, señalada por el Polo Obrero como proveedora de computadoras y software, fue catalogada como empresa apócrifa por la AFIP en noviembre de 2020. Además, los investigadores cuestionan la falta de control sobre facturas de empresas sin historial comercial, como Miniso Trade, a la que el Polo Obrero declaró haber adquirido computadoras.
Fuente TN