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La patagónica que va de la piel a las dos ruedas

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Allá va ella, con sus flamantes 74 años, de la cosmiatría a los caminos de la Patagonia y de la vida.

Cualquiera diría que son dos de sus pasiones, sin embargo se puede decir que es una sola la forma de vida que practica e impulsa esta rionegrina de flamantes 74 años.

En el ejercicio de la cosmiatría Susana Seifert avanza por los caminos de las recomendaciones y los productos que mantienen una piel sana y saludable. En su bicicleta, las dos ruedas hidratan el asfalto y el ripio de todos los paisajes de la Patagonia.

Nacida en Ingeniero Huergo y residente desde hace muchos años en Fisque Menuco-Gral. Roca, hace tres días llegó a los 74 años para renovar y multiplicar esa pasión que es única en una vida que llena de luz la lontananza.

Son más de 25 mil kilómetros los que lleva recorridos desde que hace nueve años cargó las alforjas de su bicicleta para hacer el primer recorrido. Y no paró hasta cumplir cada uno de sus desafíos, no sólo en nuestro país sino también en Uruguay y Chile. En la región y el exterior supimos de ella cuando en Chile, cuando retornaba a nuestro país por el paso Pino Hachado fue atropellada por un conductor en un auto y sufrió una fractura. En ese momento de preocupación, aclaró que el conductor “no se dio a la fuga. No me pudo trasladar porque su auto quedó averiado. Sí una camioneta que venía detrás, vio el accidente y me llevaron hasta Malcahuello, donde tuve la primera asistencia” y allí fue medicina y amor la fórmula para recuperarse y renovar las energías para nuevos desafíos.

Seifert, más conocida como “Tuti” entre los afectos cosechados en los caminos y en los 53 años que tiene de ejercicio profesional de la cosmiatría, comenzó con la pasión de los viajes en bici cuando quedó viuda hace 14 años (su esposo practicaba deportes pero no los viajes en dos ruedas) y miró el horizonte natural de los recorridos a través de “la rusita”, un apodo que seguramente le recuerda su infancia valletana.

Ella y su bici son casi una misma persona, sobre todo para quienes la ven en su vida cotidiana cuando va al gimnasio, al banco o a hacer las compras. Casi que se podría escuchar el comentario “ahí van las rusitas, o Tuti-la Rusita”.

«Somos una especie en viaje, no tenemos pertenencias sino equipaje. Nunca estamos quietos, somos trashumantes. Yo no soy de aquí, pero tú tampoco…», le gusta decir con el uruguayo Jorge Drexler.

Desde que enviudó se propuso cuidar su salud, ser autosuficiente en su trabajo y sumó los viajes en solitario como parte de sus planes de cada año. “Yo me siento como si tuviera 30 o 40, sigo haciendo todo con mucho amor y mucha responsabilidad porque trato de dar todo lo que tengo, lo mejor de mí, de llevar una vida honesta que me haga feliz”, sostiene. Cuando le preguntan su fórmula para la vitalidad, ella enfatiza la importancia de proyectar, mantener la mente ocupada con intereses personales, y no dejar de lado los sueños, incluso aquellos que alguna vez visualizó como imposibles.

Susana Seifert
«Tuti» y «La Rusita» por los caminos de la Patagonia y de la vida. (Fotos: Facebook)

De aquellos primeros 400 kilómetros entre el Alto Valle y el balneario rionegrino de Las Grutas han pasado nueve años y un montón de viajes. “Tenía 65 años cuando hice ese tramo, que para mí fue maravilloso, y sentía que físicamente lo podía hacer porque toda la vida hice actividad, nunca me tomé un año sabático en eso”, detalló. Comentó que anteriormente había hecho un trote en el Cruce de los Andes, y a pesar de tener una lesión de fascitis plantar pudo subir al Machu Picchu durante sus vacaciones. Cuando volvió a la rutina lo hizo con mucho entusiasmo, y empezó a planificar cuál sería la siguiente parada. Como se traslada sin carpa, estudió previamente opciones de varios hospedajes y hostales para pasar la noche. “Me gusta salir bien temprano, antes de las 7, porque esto no es por competencia, se viaja sin apuro, sin crisis, al menos como me gusta hacerlo a mí”, expresó a la periodista Cindy Damestoy, de Infobae.

Algunos de sus destinos fueron Villa Pehuenia, Copahue, Carhue, y Villa El Chocón. En 2019 estuvo en Los Pocitos de Carmen de Patagones, provincia de Buenos Aires, y en Sierra de la Ventana. En abril de 2022, en el marco del aniversario 40° del desembarco de los soldados argentinos en las islas Malvinas, Susana participó del acto en memoria de los caídos y sobrevivientes de la guerra: en una semana recorrió los 550 kilómetros que separan General Roca del balneario El Cóndor, donde erigieron un monumento en honor a los combatientes.

Esa no fue la primera vez que aportó un granito de arena a una causa. La solidaridad está impresa en su esencia, al igual que la vocación de servicio. Basta con un simple vistazo a los comentarios de su cuenta de Facebook, donde cada vez que publica una foto sus vecinos recuerdan incontables anécdotas donde brindó ayuda: ya sea con su maletín de maquillaje para hacer magia en eventos inolvidables, o simplemente tendiendo una mano de forma desinteresada. Por eso no resulta una sorpresa que uno de sus momentos preferidos haya sido una pedaleada solidaria de 24 horas de la que formó parte. El objetivo era conseguir fondos para comprar un aparato para el sector de oftalmología de un hospital, y lo lograron.

“Me gusta sentir que hago un bien, o al menos intentarlo, y por eso en mis viajes siempre llevo banderas, de Argentina y de Río Negro, o también libros, dentro de lo que puedo, y las voy dejando en escuelas, trato de dejar algo en cada lugar que visito”, revela. “El placer más grande para mí es preparar las alforjas, algo que empiezo al menos una semana antes, con la bici siempre en perfectas condiciones, y aunque llevo prácticamente siempre lo mismo, voy poniendo todo para que cuando llegue el día sea una alegría total”, describe. Para ella el viaje comienza desde que estudia posibles rutas, mira los mapas y descubre rincones donde le gustaría estar. Disfruta de ese proceso y se recarga de energía imaginando cada detalle.

 “Cuando viajás con la bicicleta no se puede dejar nada liberado al azar, tiene que estar todo diez puntos, la alforja bien puesta, el peso muy equilibrado, los elásticos, porque el mínimo error te puede costar caro”, enumera. Unos días antes de la fecha de salida prueba a La Rusita para ver cómo responde, a modo de chequeo preventivo. “Soy muy atenta, respeto mucho los autos, los camiones, cuando veo que viene uno de frente y otro de atrás yo me bajo, y si tengo que detenerme lo hago sin problema, porque como leí alguna vez, con la bici vas sin techo, sin puertas, sin ventanas, y estás expuesta a todo, al aire, al viento, al sol, al frío”, explica sobre todo su cronograma para evitar cualquier descuido personal dentro de los márgenes posibles.

Hace tres días llegó a los 74 y sólo en los mensajes de su página en Facebook los cientos de saludos muestran el afecto pero también la amplia geografía de una vida que va más allá de su profesión, de sus viajes, de su forma de ver la vida. Ahí hay más de 25 mil kilómetros de amor genuino que son el capital más valioso que puede tener la persona que decide cumplir sus sueños.

Con información propia, de Facebook, y de los portales Infobae y Río Negro.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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