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La sangre tira: eran amigos íntimos en Cipolletti y un ADN confirmó que eran hermanos

Redacción
Por Redacción
El Laboratorio de Genética Forense confirmó el resultado. Foto: ilustrativa.

La frase “la sangre tira” cobra más sentido que nunca tras un fallo del fuero de Familia de Cipolletti que reveló la sorprendente verdad de un joven que, durante su etapa escolar, mantuvo una estrecha amistad con una compañera de clase, sin saber que en realidad era su hermana biológica. A través de un proceso judicial que incluyó una prueba de ADN, el joven conoció su verdadera filiación, lo que le permitió conocer a su padre biológico y obtener su apellido.

El descubrimiento de que su mejor amiga de la adolescencia era, en realidad, su hermana, tuvo un profundo impacto en la vida del joven. Esa amistad, que siempre había considerado especial, ahora tenía una explicación irrefutable: eran familiares, aunque las circunstancias y el silencio les habían negado ese reconocimiento durante tanto tiempo.

Durante el proceso judicial, el padre biológico del joven alegó no saber de su existencia y dudó de la confiabilidad de la prueba de ADN, a pesar de que los resultados confirmaron un vínculo con una probabilidad superior al 99,99%. El Laboratorio de Genética Forense ratificó el resultado, dejando claro el lazo familiar.

La jueza de Familia de Cipolletti aceptó la filiación y ordenó al Registro Civil agregar el apellido del padre biológico al nombre del joven, basándose en el artículo 62 del Código Civil y Comercial de la Nación, que otorga el derecho a las personas a llevar el nombre. que les corresponden por filiación, así como en el artículo 64, que regula el uso del apellido en casos de filiación extramatrimonial.

El fallo también introdujo una multa al padre por no haber reconocido al joven dentro del plazo estipulado, tal como lo dicta el Código Procesal de Familia. Este código establece que, tras un resultado positivo en la prueba de ADN, el progenitor debe reconocer a su hijo dentro de un tiempo determinado, y si no lo hace, se puede imponer una multa. Aunque el padre participó en la prueba genética, su negativa a reconocer al joven fue vista como una actitud dilatoria, lo que justificó no solo la multa, sino también la inscripción obligatoria del apellido paterno en el Registro Civil.

ATE
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