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La soldadora de 23 años que estudia canto lírico y un día llegará al Colón

María Morinelli
Por María Morinelli
La joven rionegrina tiene en mente seguir creciendo en la técnica y la interpretación, pero su objetivo es el más alto.

La sonrisa y la pasión que se le ven cuando canta, las debemos imaginar tras la máscara para soldar las estufas que hace con su tío en el taller. Una energía que estimula la de esta rionegrina.

Tras la máscara protectora para la soldadora eléctrica está Liliana Santander, que estudia canto lírico en su ciudad y virtualmente en Buenos Aires. Su sueño es cantar algún día en el Teatro Colón, mientras termina una de las estufas que construye con su tío en el taller metalúrgico. Vive en Fisque Menuco-Roca y nos contó sobre cómo la música y el canto lírico le recorre sus venas rionegrinas.

Desde muy pequeña (nos cuenta hoy con 23 años) se relacionó con la música, primero con el piano y luego pasando la ópera por su cuerpo y por su voz. Ganó el año pasado una beca del Mozarteum Argentino (entre miles de jóvenes de todo el país) para tomar clases con una experta en Buenos Aires y continúa con su cursado en el Instituto Universitario Patagónico (IUPA), de esa ciudad rionegrina.

Antes, durante la pandemia por coronavirus en 2020, conoció a su profesora Elisabeth Canis con quien realizó cursos virtuales sobre técnica vocal e interpretación, que se dieron a través del Instituto Superior de Arte del teatro Colón. Fueron cuatro clases que le impactaron pero en las que su maestra la incentivó a seguir creciendo en el canto lírico. Así se animó a presentarse en la beca del Mozarteum y se salió con la suya.

Tras ganar la beca, pudo viajar a Buenos Aires para tomar una clase presencial con Canis y visitar el emblemático teatro Colón: “Fuimos a ver una ópera, en una experiencia que no me voy a olvidar nunca, es un lugar increíble y me moría por poder cantar ahí”, comentó envuelta en los recuerdos vividos allá.

Paralelamente, también en la época de restricciones de la pandemia, necesitó salir a trabajar y allí estuvo su familia, especialmente su tío que tiene una pequeña fábrica metalúrgica de estufas. Se entusiasmó y fue aprendiendo de a poco, con cuidado por los riesgos que puede significar manejar las chapas, las soldaduras y las herramientas del taller.

En noviembre pasado participó de las muestras de cierre de las carreras que se cursan en el IUPA, mientras sigue alimentando su sueño de cantante lírica y mirando a este año con más crecimiento en la técnica y la interpretación. En el taller de construcción de estufas, el trabajo fuerte comienza en abril-mayo, cuando empieza a acosar el frío de la Patagonia.

Aquí la charla que tuvimos con ella en directo desde su casa:

ATE
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Periodista, docente e investigadora. Vive en la Comarca Andina de Río Negro y Chubut.
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