La fiscalía que investiga la muerte del cantante británico Liam Payne, ocurrida en la madrugada del pasado 16 de octubre en la ciudad de Buenos Aires, imputó a tres personas por los delitos de “suministro” y “facilitación de estupefacientes” y “abandono de persona seguido de muerte”. El trágico desenlace se produjo en el hotel CasaSur Palermo, donde el artista se encontraba alojado durante su visita a la Argentina.
Según fuentes judiciales, los imputados incluyen a un miembro del entorno cercano del músico, un empleado del hotel y un vendedor de drogas.
El primero de ellos, quien acompañaba a Payne durante su estadía, fue acusado de “abandono de persona seguido de muerte en calidad de autor”, además de “suministro y facilitación de estupefacientes”, lo que podría acarrear una pena de entre 5 y 15 años de prisión.
El segundo imputado es un empleado del hotel que habría suministrado cocaína al cantante en al menos dos ocasiones, mientras que el tercero, un dealer, habría entregado drogas en dos oportunidades distintas dos días antes del fallecimiento de Payne.
La investigación, liderada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, a cargo del fiscal Andrés Esteban Madrea, avanzó luego de un exhaustivo análisis de cámaras de seguridad, testimonios de familiares y allegados, así como de la revisión de contenido del teléfono celular de Payne. Según se detalló en el comunicado oficial, se lograron identificar al menos cuatro suministros de estupefacientes al músico por parte de su entorno directo, en un período de tiempo que abarcó los días previos a su muerte.
El Ministerio Público Fiscal, con el apoyo de la Policía de la Ciudad, llevó a cabo un minucioso trabajo de reconstrucción de los hechos, revisando más de 800 horas de grabaciones de seguridad del hotel y de la vía pública, así como entrevistas con testigos, incluyendo personal del hotel, médicos y psiquiatras.
En cuanto a los resultados de la autopsia, se determinó que la causa de muerte fue por «politraumatismos» y «hemorragias internas y externas», descartándose cualquier indicio de autolesiones o intervención externa. El informe también indicó que Payne no adoptó una postura defensiva en el momento de la caída, lo que sugiere que pudo haber estado en un estado de semi o total inconsciencia.
Los estudios toxicológicos revelaron la presencia de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado en su organismo, lo que refuerza la hipótesis de que el músico se encontraba bajo los efectos de un consumo múltiple de sustancias.
La investigación continúa y las tres personas imputadas deberán comparecer ante la justicia en las próximas horas para enfrentar cargos por su presunta responsabilidad en los hechos que rodearon la muerte de Liam Payne.