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Lingotes de oro: así fue el “robo perfecto”

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Con varios grados bajo cero, en medio de la noche y de la meseta, llegaron a pie y desaparecieron con un botín de un millón de dólares.

Pasó la semana y no hay un rostro, una voz, una huella, un indicio de los 15 lingotes de oro que cuatro encapuchados robaron en plena noche, en medio de la meseta de Santa Cruz.

En medio de la noche, con casi tres grados bajo cero y el viento de siempre en plena meseta oeste de Santa Cruz, cuatro personas encapuchadas llegaron en silencio, a pie, al puesto de ingreso del yacimiento Cap Oeste (“Capo”) y en menos de 15 minutos se alzaron con 15 lingotes de oro. La secuencia del atraco ha sido reconstruida por los investigadores en estos cuatro días desde que ocurrió, pero “no se tiene ni un rostro, una voz, una huella, nada”, confió uno de los pesquisas. En Buenos Aires, varios analistas de este tipo de golpes comando, señaló que “estamos ante el robo perfecto y lo único claro es que el cerebro o pieza fundamental para el hecho tenía toda la información interna y podría haber trabajo en la empresa”.

Han pasado más de cien horas desde que el domingo pasado, a las 22.30, los cuatro encapuchados y con ropas oscuras sorprendieran al guardia del puesto 1 de ingreso al yacimiento de la empresa Patagonia Gold, ubicado en la meseta oeste de Santa Cruz, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Gobernador Gregores, otros tantos de Bajo Caracoles y a 130 de Perito Moreno.

La sincronización perfecta para sorprender y reducir los puestos de vigilancia en el campamento de la empresa y luego ingresar a la bóveda donde estaban los lingotes de oro, es la misma que han seguido para desaparecer de la zona, especialmente porque contaron con casi cinco horas de ventaja para huir antes que la policía supiera del robo. Con la mañana aun a oscuras se desplegaron unos treinta patrulleros en la zona oeste de Santa Cruz (especialmente en la Ruta 40, que va paralela a la cordillera) y en la Ruta Nacional 3 (paralela al mar) para bloquear las salidas de la Provincia. Pero los cacos tuvieron esas cinco horas de la noche para salir del yacimiento en una camioneta de la empresa, abandonarla en una cantera cercana y no dejar rastro de la dirección en que huyeron.

Por protocolo de la industria minera de extracción de oro y plata, el diagrama de seguridad interna no porta armas, otro de los elementos que benefició a los asaltantes que no emitieron palabra ni esgrimieron armamento, según se desprende de las declaraciones de los trabajadores que fueron reducidos uno tras otro. Se indicó que a los guardias de seguridad de cada puesto de vigilancia se los redujo, fueron maniatados, encapuchados y encerrados en el interior de los vehículos de la empresa, además de  despojados de cualquier medio de comunicación.

De esta manera, aproximadamente a las 23 del domingo, con noche cerrada, viento y mucho frío, el grupo comando se dirigió directamente por las  oficinas hasta llegar a la  bóveda o “goldroom”, el sector que en una mina de oro que se utiliza para procesar y refinar el mineral extraído de la mina. Usaron una amoladora para franquear la puerta de ingreso al sector, pero no dejaron huellas, señaló la fuente vinculada a la investigación.

Allí estaban los 15 lingotes de oro, que tienen un peso de 22 kilos cada uno y estaban listos para ser transportados por la empresa el día lunes, hacia Buenos Aires.

Colocaron la camioneta de Patagonia Gold a pocos metros, la cargaron con los lingotes y salieron por donde habían ingresado. Cerca del mediodía, el vehículo fue hallado en una cantera cercana, en dirección a la Ruta 40, pero sin ningún tipo de huella de los maleantes.

El “cerebro”

Uno de los analistas de hechos policiales más reconocido de la ciudad de Buenos Aires fue citado por los canales de televisión porteños al señalar que “el cerebro o pieza fundamental del grupo comando tenía mucha información, posiblemente por haber trabajado en el campamento minero”. En este sentido, también la policía santacruceña adelantó este análisis, al reconstruir los pasos que dieron desde la llegada en silencio y a pie al puesto 1 de ingreso al campamento, la rapidez y sincronización para abordar la bóveda con el oro y huir del lugar. La primera estimación es que todo el atraco no demandó más de 25 minutos, incluyendo el recorrido desde el ingreso hasta el corazón del campamento, el trabajo con la amoladora, la carga del material en la camioneta Hilux de la empresa y la huida del sector.

Trascendió también que los guardias fueron sorprendidos en medio de la fría noche, reducidos sin mucha violencia, y que los cuatro integrantes de la banda iban cumpliendo roles específicos en el robo. Mientras unos se encargaban de los guardias, de neutralizarlos y alojarlos encapuchados en los vehículos, otros iban recorriendo los pasillos internos de las oficinas hasta llegar al depósito de los lingotes. Allí unos se encargaron de destruir el sistema de cerradura con una amoladora e inmediatamente entre los cuatro cargaron los lingotes en la camioneta.

Qué dice la empresa

Alberto Mario Carlocchia, gerente de relaciones institucionales y sustentabilidad de Patagonia Gold dijo que «es un hecho inédito. No ha ocurrido algo así en Argentina, en ningún proyecto minero, aunque sí en Chile y Brasil», indicó y admitió que «es una metodología que en otros países se utilizaron”. Contó que lo sustraído de la bóveda sería el equivalente a la producción de un mes (500 onzas mensuales) y su valor podría superar el millón de dólares.

«A mi modo de ver, fue tan sorpresivo e inesperado en el medio de la noche, que fueron tomándose su tiempo y tomando de asalto de a uno al personal de seguridad. Tomaron al primero, lo maniataron, le pusieron una capucha y lo dejaron en una camioneta de la empresa», relató.

Luego dijo que «fueron al segundo puesto, donde asaltaron al vigilador que estaba en su puesto y luego fueron esperando a los otros dos, de a uno, porque ellos se movilizan entre diferentes oficinas.»

Además, sostuvo que «todo eso está bajo evaluación, pero lamentablemente cuando ocurren esas cosas, los procedimientos y protocolos van quedando de lado» y adelantó una de las hipótesis que se manejan en la investigación: «Suponemos que iban rumbo a la Ruta 40 porque la camioneta iba en esa dirección, pero no tenemos detenidos confirmados y tampoco el resultado del peritaje al vehículo», afirmó.

En cuanto al mineral sustraído, indicó que los “lingotes se refinan y se ponen en el mercado, aunque en este caso no pueden hacerlo así porque tienen su marca y sería inmediatamente denunciado. Por ahora, no hay ni un rastro de los asaltantes que evidentemente contaban con información detallada de lo que ocurría dentro y fuera de la empresa”.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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