En la nota anterior hablamos de una serie característica de carteles de la Patagonia que identifican viajes, lugares, momentos vividos en la recorrido de miles de kilómetros por nuestro sur argentino. Y hoy seguimos con ese recorrido, con algunos muy particulares y entrañables para quienes amamos nuestra Patagonia, su gente, sus paisajes y esas regiones llenas de vida e historias.
Hablando de bebidas no pueden faltar por ejemplo las del mítico Bar “Los Muchachos” de Río Pico, Chubut o el de “Peperone” en San Martín de los Andes, donde almorzaba a la salida de la Muni. Uno que me causó mucha gracia en Ushuaia es el que anuncia sutilmente que allí, se come BUEN CEVICHE, o el de Villa La Angostura que invita a tomar vino porque ninguna gran historia comenzó con una ensalada. O el Bar del Pueblo en San Martín que se promociona como Guardería de Maridos. También en San Martín el de la Vieja Deli, frente al lago Lácar. Con Mariana, mi mujer, tenemos grandes recuerdos de ese bar desde el 99 es “nuestro” lugar obligado. Ni hablar del cartel de la mejor pizzería de la Patagonia, en Madryn, se llama PIPI CUCU que es un dicho que decía mi querido Tío Pancho, papá del famoso Loco del Médano y de Marcelo, otro primo querido y…justamente el dueño. Todo Madryn debería ir a comer ahí. Pequeño chivo tan real como necesario, sino el próximo viaje no como gratis.
Legendarios son los de los bares y viejos hoteles de campaña como el Bella Vista, en la Ruta 25 de Santa Cruz o La Leona, Las Horquetas, El Olnie y el Bar Hotel de Bajo Caracoles estos 4 sobre la Ruta 40 santacruceña. No me puedo olvidar de El Touring Bar, mi parada obligada, SIEMPRE desayuno allí, probablemente el Hotel y Bar con más historia en Patagonia. Basta decir que allí paraba Saint Exupery. O que pasaron personajes de la talla de Fangio o Arturo Illia.
Claro que no pueden faltar carteles de Coca Cola, como ese del Bar El Toro Mañero en la RP25 de Chubut, cerca del Dique Ameghino o el de El Chaltén.
En los bares suelen encontrarse aun réplicas de los viejos carteles de Búsqueda de Bandoleros como Butch Cassidy y Sundance Kid, seguramente los más famosos de nuestro sur y también el de Jack Bradford.
Muy interesantes son los carteles de las Estancias, o bien por su historia como “Harberton”, la primera estancia fueguina fundada por Thomas Bridges en 1886, o “Viamonte”, de sus hijos también en Tierra del Fuego. Otras Estancias históricas son “Ea. Moat”, la “Ea. José Menéndez”, la “Ea. María Behety”, “Monte Dinero” (en esta foto mi mujer Mariana Gueguén) que es la última de Santa Cruz, o El Cóndor de los Benetton. Este último verano de 2023 pude recorrerlas todas nuevamente.
Hay cientos de estancias en Patagonia y he fotografiado muchísimas, puse los ejemplos más representativos, de las que conocí yo. No pude dejar pasar la “Ea 3 de enero” (mi cumple), al sur de Río Gallegos. Y como a mí me gusta ir enviando fotos a mis seres queridos también fotografié algunas con nombres de familiares como “Ea Rolito” por mi cuñado, “Ea. Juanita” por mi hija, “Ea. Santa Thelma” por otra cuñada.
En fin…muchas más. “Ea. La Oriental” dentro del Parque Nacional Perito Moreno, “Ea. Stag River”, “Ea. Morro Chico”, “Ea. Glen Cross”, “Ea. Chacra Piedra Clavada” en la 40, “Ea. San Lorenzo” cerca de Cabo Blanco, la primera estancia que me dejó entrar a fotografiar la esquila de ovejas, “Ea. Monte León” que es también parte del primer Parque Nacional Costero del país. Alguna otra como la de Butch Cassidy en Cholila, Chubut, o la fueguina “Ea. María Luisa”, donde termina la ruta Complementaria “A” que pasa por el Cabo San Pablo. Me encantó tomarle fotos al cartel de una chacra con una linda historia, “Ea. Don Neno”, en Los Antiguos que produce fruta fina y los dulces más ricos de la zona. O la “Ea Bahía Bustamante” que supo tener el primer pueblo alguero del mundo.
Hay nuevos carteles para fotografiar en Patagonia, que se pusieron de moda últimamente. Tienen el nombre de la ciudad donde se encuentran y generalmente en grandes letras corpóreas donde la gente se saca selfies. ¿Ejemplos?… Viedma, Las Grutas, Piedrabuena, Ushuaia, Dolavon, Puerto Santa Cruz. Y muchísimos más.
Amo los multicarteles con distancias a ciudades del país o del mundo, la mayoría los encontré en Ushuaia y en Chile. Acá solo algunos.
Hay otros carteles que forman parte casi como de un álbum de figuritas que cuando empecé a viajar por Patagonia imaginé completar. Algunos son clásicos como el de Ushuaia, Bahía Lapataia donde termina la RN3 en Tierra del Fuego (con mi vieja), o el del Cabo Vírgenes, donde empieza ahora la RN40, el del majestuoso Glaciar Perito Moreno (estas dos junto a mi hija Juanita), El del Río Correntoso (con mi hijo Marco), dicen que es el río más corto del mundo. Uno hermoso es el de El Chaltén, o el de bienvenida a la mítica Tierra del Fuego, el del Río Grande, todos los de las estaciones de trenes de La Trochita en Esquel y Nahuel Pan. Los de Gaiman, Trelew o El Maitén. El de la reconstruida casa museo de Don Luis Piedrabuena en la Isla Pavon, El del Lago Gral Carreras en Chile o el de los palafitos de Puerto Montt que son esas casitas multicolores sobre pilotes en el agua.
Hay otros de lugares un poco más difíciles de llegar porque están fuera de los circuitos más turísticos como el de El Páramo donde estaban los Lavaderos de Oro del rumano Julius Popper, el del Cabo Espíritu Santo en el Punto Extremo norte de la Tierra del Fuego argentina. La Estación de Clemente Onelli en la Línea Sur Rionegrina. El de Bahía Laura en la costa de Santa Cruz, paraíso del cual hice una nota sobre la historia del Pescador Jerez, y de la familia pionera Pereda. Otros dos que quería fotografiar eran los del Faro de Cabo Blanco y el cartel de la Laguna Esmeralda en la RN3 fueguina.
Cuando hice la Carretera Austral chilena quería fotografiar los carteles del Nacimiento y la Confluencia del Río Baker, el de Caleta Tortel y el del final de la Carretera en Villa Ohiggins. Otros de cierta dificultad para acceder son el del Barco Desdémona en Cabo San Pablo, la Tumba del Ermitaño de Cabo Vírgenes Conrado Asselborn, Jacobacci donde nacía “La Trochita”, o el desconocido pueblito Mamuel Choique del mismo ramal de la Línea Sur rionegrina.
Y las figuritas más difíciles del álbum. Por suerte pude darme el gusto de fotografiarme junto a la Leyenda de Península Mitre, MI AMIGO, el Paisa Andrade y otras como las de la histórica Cueva de Gardiner en Bahía Aguirre, Puerto Español. Y quizás las dos más difíciles, la de la Isla de los Estados, en el del Faro de San Juan de Salvamento, el célebre Faro del Fin del Mundo de la novela de Julio Verne. Y la del Apostadero Naval Luis Piedrabuena, donde habitan los únicos cuatro habitantes, que son personal de la Armada Argentina, y donde próximamente habrá un nuevo cartel, el de la “Biblioteca Península Haush”, que se trasladará en breve hacia ese ya legendario lugar.
Y por último dos fotos, el primer cartel quizás el más lindo de todos, el de “Bienvenidos a la República Argentina” que tanto placer causa ver cuando regresa del exterior.
Y el segundo y a modo de autohomenaje familiar uno de los Carteles de «La Zarza», el Campo que perteneciera a mi bisabuelo paterno con una casona increíble de 1925, cuando aún existían pueblos originarios en sus cercanías y que tantos recuerdos me trae. ¿Y por qué agregué este cartel?, porque en esa foto estoy con Mi Viejo, Don Roberto Promenzio, y además el cartel se encuentra cerca de Médanos que dicen que es donde la provincia de Buenos Aires se va haciendo Patagonia.
Realmente emocionante para quienes hicimos Patagonia .. con nuestros viajes por distintas razones y tantos años . Eternamente agradecido a este recorrido de carteles .. interesantísimo.
Lastima no habernos conocido .
Un gran abrazo y mis felicitaciones .!
Si, la carteleria es una ingeniosa manera de comunicar visualmente un mensaje y la retórica de tu cuento, acompaña, despertando curiosidad en cosas que normalmente pasan por nuestra vista, sin más!