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Messi nació, creció y desapareció en un campo

Sergio Sarachu
Por Sergio Sarachu
Acompañando al ciclo natural del maíz, el 10 estuvo en los campos cordobeses. ¿Cómo lo hiceron?. ¿Qué imagen vendrá ahora?

Con su pelo corto, su barba y un gesto serio, desde el avión se observa un lienzo de color verde con líneas más oscuras y la cara de Messi. No puede ser, dice el piloto o quien maneja un dron o una foto satelital. Pero sí, eso que desde el nivel del sembrado es una distribución de plantas más juntas y otras más separadas, visto desde el aire forma la cara del ídolo de fútbol. A los pocos meses, esa figura está tupida y verde. En el otoño todo se transforma en tierra arada y nada queda de aquella imagen que nos puso en lo más alto del mundo. ¿Adónde quedó Messi?, se pregunta el piloto del avión, el que maneja un dron o ve la nueva foto satelital.

Entre fines de octubre y noviembre es la época indicada para la siembra del maíz en la provincia de Córdoba, en una rotación de cultivos que beneficia a la tierra. En 2022, no sólo allí sino en toda la Argentina, el tema central no era el ciclo de los cultivos sino la participación de la selección de fútbol en el Mundial de Qatar, con el equipo que venía de ganar la Copa América nada menos que en Brasil y con la capitanía de Lionel Messi.

El autor y los diseños previos de la imagen que luego creció en el campo.

El riocuartense Charly Faricelli, especialista en agricultura de precisión, en medio de esa pasión futbolera y de los días de primavera para arrojar la semilla de maíz en los campos de la región, echó mano la tecnología que programa la forma de siembra en sus máquinas y depositó en un campo el rostro del campeón. El tatuaje de Lionel Messi en un campo de Villa Huidobro tuvo un rostro de 35 hectáreas hasta el mes de mayo, cuando se cosechó el maíz.

Similar al proceso de siembra, crecimiento y cosecha del cereal, fue el proceso del seleccionado argentino en Qatar, adonde comenzó perdiendo su partido con Arabia Saudita y luego remontó esa cuesta hasta alzarse con la copa del mundo. En los campos cordobeses, los marlos maduros de maíz tardaron un poco más, pero tuvieron su época de gloria cuando las imágenes de Messi en esos campos recorrieron el mundo.

¿Cómo se hace?

La incorporación de las nuevas tecnologías de computación y conexión satelital de información permite que las máquinas sembradoras o cosechadoras tengan una precisión asombrosa que conjuga la densidad de siembra con la humedad de la tierra, el tipo de grano con la riqueza del suelo, entre miles de variantes que se pueden incorporar. Pero es el propio Faricelli quien lo ha explicado una y otra vez, en medio de su pasión por la incorporación de tecnología en los manejos de la agricultura.

La información que se le introduce a la máquina para que la densidad de las semillas genere una figura en las futuras plantas.

“Desde 1995 se han desarrollado maquinarias capaces de brindar un sistema de agricultura de precisión que facilita todo el progreso, ya que se le puede cargar a una sembradora la información sobre la cantidad de semillas por metro que se necesitan. Además, con el tiempo la evolución permitió conectar el sistema a un GPS y actualmente todo se ha simplificado. Se hace más fácil la siembra porque se programa previamente qué es lo que uno quiere hacer. La sembradora se conecta a un GPS, entonces cuando pasa por un lote sabe lo que tiene que hacer, sabe qué hacer en cada metro”, detalló.

Uno de los programas más utilizados en el mundo para ello es el llamado FieldView, que es el que utilizó este especialista nacido en Río Cuarto.

“El maíz, o cualquier cultivo, comienza con el agrónomo pensando cuántas plantas va a poner. Antes, la sembradora tenía una caja con unas palanquitas que vos le ponías cuatro semillas por metro, o lo que sea, y la sembradora te iba a tirar cuatro por metro en todo el tiempo que funcionara. Cuando se adoptó la nueva tecnología con GPS, que le permite a la sembradora entender dónde está, sumado a que la computadora puede ir variando la cantidad de semillas, ahí es donde entra mi creatividad de hacer un dibujo, de forzar a que se forme una cara. Entonces voy a poner más semillas dentro de la cara de manera tal que esas semillas van a estar más juntas y vistas desde arriba va ser un verde más oscuro que si están más separadas, porque allí se refleja el suelo, que tiene otro color, entonces se ve más claro. No es que las plantas son más o menos, sino que al estar más juntas, no se ve el suelo y la cara se ve mejor”.

Faricelli ya había experimentado con esta tecnología para hacer logos hace casi 15 años y antes del inicio del Mundial se animó a repetir su idea, inspirándose en el capitán de la selección argentina. El proyecto entusiasmó a varios de sus colegas y fue así que pronto recibió solicitudes de allegados que querían el archivo para realizar la siembra y que Messi fuese un “tatuaje” en sus lotes.

Hoy la mayoría de los campos de Córdoba tienen otros cultivos propios de la época invernal, especialmente el trigo, que se cosechará en los meses de primavera y luego otra vez vendrá el maíz, en una rotación histórica que puede incluir otros cereales.

El arte de dibujar con plantas los campos es efímero, similar a las esculturas en hielo que se hacen en nuestra Patagonia. Esa plasticidad, esas expresiones artísticas quedan eternizadas en las imágenes y en las sensaciones de quienes las hicieron y las vieron en su momento.

El rostro de Messi en los campos miró hacia arriba desde la primavera hasta el otoño cordobés, con un Mundial en el medio y una profunda alegría que marcó a varias generaciones en el país, de la mano de la pasión por el fútbol. Habrá que esperar unos meses hasta ver desde el aire cuál es el nuevo rostro que se asoma desde esa tierra cordobesa, que conmueva por el arte y la tecnología, pero especialmente porque sea portador de alegría o de esperanza. Se reciben ideas desde la religión, la política, el deporte, la ciencia o cualquiera de las pasiones que nos hacen convivir con esos ciclos de la naturaleza, tan humanos.

ATE
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Periodista y escritor (autor de las novelas "Arde La Colmena" y "Un hijo de tres madres", además de varios libros de poesía. Neuquén. Editor.
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