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Mujeres del Alto Valle entre el whisky y la sidra

Redacción
Por Redacción
Dos emprendimientos que con esfuerzo, ciencia y calidad se abren paso en los nuevos placeres de la Patagonia.

En un audaz salto hacia el mundo de la destilación, Nadia Salazar y su compañero Cristian, residentes de Villa Regina, han emprendido una fascinante aventura familiar al crear un exclusivo «whisky single malt», una rareza en Argentina, siguiendo la tradición escocesa y utilizando principalmente ingredientes nacionales.

La idea surgió de su deseo por ofrecer algo innovador en la región. Mientras el mercado local estaba saturado de cervezas artesanales, faltaba una presencia importante en el ámbito del whisky, lo que los impulsó a convertirse en los pioneros del Alto Valle. Aprovechando su experiencia en la elaboración de cerveza, Nadia se aventuró en este proyecto más desafiante.

Nadia, originaria de Villa Regina y flamante egresada de la Licenciatura en Tecnología de los Alimentos en la Universidad Nacional del Comahue, se unió a su novio Cristian, quien estudia Licenciatura en Informática, en esta emocionante travesía. «Mi novio se sumó de lleno a este viaje. Incluso aprendió sobre temas que no eran de su campo para compartir la responsabilidad de las decisiones», compartió Nadia en la entrevista.

El nombre elegido para el whisky, «Rarakün», significa «ruidos de los elementos naturales», en alusión al agua, el fuego y el viento que son fundamentales en el proceso de producción. «Queremos hacer ruido en la región con esta innovación», agregó Nadia. El «Whisky single malt», destilado exclusivamente a partir de la fermentación de cebada malteada, ha sido elaborado con meticulosidad artesanal, resaltando su inconfundible aroma y sabor. Los granos de malta 100% argentina son sometidos a un proceso que incluye trituración uniforme en un molino calibrado.

La influencia del clima local otorga a su producto características únicas que lo distinguen de los whiskies tradicionales. «Nuestro clima aporta diferencias significativas en comparación con otros whiskies. Cada etapa de elaboración ofrece un abanico de posibilidades para perfeccionar el producto», explicó Nadia.

En busca de la excelencia, la pareja colabora con una tonelería en Mendoza para envejecer su whisky, manteniendo el color natural y evitando aditivos. El proceso incluye una barrica de roble americano ex-bourbon para obtener un tostado intenso. Aunque la cebada es local, la levadura es importada debido a la falta de productores locales.

Después de un exitoso lanzamiento inicial a principios de año y con una segunda producción planeada para diciembre, Nadia y Cristian tienen confianza en el potencial a largo plazo de su emprendimiento. «En dos años, creemos que este producto será rentable y se establecerá definitivamente en el mercado», concluyó Nadia. También se sumó al proyecto Matías Blatner, estudiante avanzado de la Licenciatura en Comercio Exterior.

El diálogo con Nadia, en una entrevista realizada en AM 550 y 24/7 TV de Neuquén.

Sidra Pülku, tributo a los Sabores del Alto Valle

En un esfuerzo por rescatar las tradiciones locales y agregar valor a la producción de frutas en el Alto Valle, el proyecto de la sidra Pülku nació hace una década. Impulsado por el ingeniero agrónomo Ernesto Barrera y la ingeniera química María Inés Caparrós, esta iniciativa busca revivir la elaboración artesanal de la sidra, particularmente la asturiana.

La propuesta surge de años de trabajo de Barrera como técnico en el Inta, lo que lo llevó a conocer las técnicas de producción de sidra artesanal en diversos países. Este proyecto no solo promueve el turismo rural, sino que también busca añadir valor a la producción de manzanas y peras.

A pesar del fallecimiento de Barrera en 2018, María Inés Caparrós continuó con el proyecto, junto a su hija Mariana Barrera, impulsando la elaboración de diversas variantes de sidras, incluso una hecha con peras.

La sidra Pülku destaca por su enfoque en la producción orgánica, utilizando variedades tradicionales de manzanas y peras del Alto Valle. Además, se utilizan frutos locales como cassis, sauco y frambuesas, así como la planificación de una variante con ruibarbo.

La calidad de la sidra Pülku la ha llevado a ser apreciada tanto localmente como en establecimientos gastronómicos de renombre en Buenos Aires, donde incluso se utilizan para preparar cócteles.

El establecimiento, que está abierto a visitas coordinadas a través de las redes sociales de la sidrera, está en constante proceso de innovación y adaptación. Tras un incendio que afectó la producción de peras y manzanas, se realizaron replantaciones de variedades tradicionales y europeas especialmente destinadas a la producción de sidra.

En palabras de María Inés Caparrós, «aún nos queda mucho por recorrer, pero nos complace ver cómo muchos jóvenes productores están experimentando con sus propias iniciativas. Lo importante es que surjan emprendimientos que valoren la producción local».

ATE
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