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Nuestros bosques de algas bajo el mar helado que impactan al mundo

María Morinelli
Por María Morinelli
El trabajo científico que acaba de publicar National Geographic es un orgullo para quienes lo hicieron y para la Patagonia.

Una expedición científica argentina, financiada por National Geographic, estudió las profundidades de esa zona de Península Mitre. En estas horas, salió la publicación para todo el mundo.

“¡Llegamos a la Revista NATGEO Latinoamérica!”, acaba de publicar el buzo científico y documentalista Uriel Sokolowics, integrante de la expedición que registró los bosques sumergidos de macroalgas en Península Mitre, extremo de la Patagonia Argentina. El orgullo que muestra en estas horas todo el equipo lo traduce él, porque fue un esfuerzo tremendo el que realizaron a bordo de dos veleros que se llevó a cabo hace poco más de cinco meses en esos mares de agua helada.

“Creo que muchos de los que nos embarcamos en esta expedición soñamos siempre con ser exploradores, aventureros y llevar adelante el espíritu y los valores que han definido a National Geographic durante más de 130 años: ciencia, exploración, investigación, aventura y hoy más que nunca educación, conservación, protección y divulgación”, señaló en su publicación.

Y agregó que “esta expedición de septiembre del 2022 sin duda representó todo ello en conjunto. Un gran esfuerzo de muchos personas, grupos de trabajo e instituciones donde la experiencia, el profesionalismo y la pasión de cada integrante del equipo logró llegar con mensajes y con información para promover, valorar, difundir y conmover acerca de la importancia de esta región para el planeta”.

Península Mitre ha sido decretada recienteme como área natural protegida. Si bien falta mucho en el camino de la implementación y las regulaciones del área para su protección, estamos más cerca y cada esfuerzo suma y esta nota también espero que contribuya en ese camino, explicó.

La expedición estuvo conformada por Cristian Lagger (IDEA – CONICET); Manuel Novillo (IDEA – CONICET), Diego Giménez (IDEA – CONICET); Joel Reyero (Fotografo P.E.M); Agus Buscaglia (Unplastify); Uriel Sokolowicz (Documentalista – XPLORAR – ALEPH MEDIA); Armando Vega (fotógrafo NatGeo); Julieta Kaminsky (CADIC-CONICET); Natalia Aga Milovic (PEM); Laura Babahekian (Fotógrafa subacuática – SOA) y Camila Jaber – Apneísta mexicana y recordista nacional.

La nota completa, que impacta por las imágenes y el relato de Lagger que encabezó la expedición, se puede ver aquí: ASÍ SON LOS BOSQUES SUMERGIDOS DEL FIN DEL MUNDO: LAS ALGAS SUBMARINAS QUE PODRÍAN SALVAR A LOS OCÉANOS.

Cómo fue la expedición

El sitio digital El Rompehielos que se edita en Tierra del Fuego, publicó una detallada entrevista a Lagger, con la firma de la periodista Lucía Fernández Hadid, que aquí reproducimos en parte para continuar la lectura en ese portal.

Recién bajado del velero que lo llevó a recorrer los bosques de macroalgas que posee Península Mitre, Cristian Lagger (Investigador del CONICET, Explorador de National Geographic, asesor Científico de la Fundación Por el Mar) cuenta que la expedición logró todos sus objetivos, basados en aumentar el conocimiento sobre la biodiversidad marina que albergan estos espectaculares ecosistemas, además de seguir obteniendo datos sobre la densidad, extensión, cobertura y productividad de Macrocystis pyrifera.

Lagger -todavía con “mareo de tierra”, el típico malestar luego de pasar varios días embarcado- cuenta que fueron tres los pilares que motivaron la expedición: “Investigación, conservación y divulgación. Investigar la función ecosistémica de los bosques de macroalgas era uno de los objetivos, lo que incluye estudiar su diversidad y su importante rol en la mitigación del cambio climático gracias al secuestro de carbono. La idea de contestar estos interrogantes no es solo para responder a la ciencia, sino para conocer mejor el ecosistema y así darlo a conocer. Eso se relaciona con el tercer pilar: la divulgación científica. Hicimos lo que hicimos, para poder compartirlo después”.

Durante ocho días, el equipo estuvo buceando buscando muestras, pero también intentando retratar un lugar que posee una belleza muy particular: “Fuimos además a hacer un poco de arte, ya que dentro de la tripulación estaban Laura Babahekian, que es artista audiovisual subacuática, y Camila Jaber, una apneista y conservacionista mexicana (récord nacional en su país). Ellas estuvieron haciendo una intervención artística entre los bosques de kelp, para después poder mostrarle a la gente este ecosistema tan increíble, y que todos puedan empatizar con el lugar”, cuenta Lagger.

“Creo que, terminada la expedición, tenemos la misión de enamorar a la gente de la misma manera que nosotros nos enamoramos buceando. Península Mitre es un lugar que te marca una vez que lo conocés, más aún debajo del agua”, detalla Cristian. Buscando compartir este encanto, participó de la travesía un amplio grupo integrado por científicos, buzos especializados, fotógrafos, cineastas de National Geographic, Unplastify, CADIC y PEM (Por el Mar). Todos en dos veleros, capitaneados por Atilio Mosca y Diego Quiroga.

Además de las imágenes áreas y las subacuáticas, algunos de los tripulantes -como Armando Vega, fotógrafo de NatGeo- se encargaron de registrar el “detrás de escena” de la expedición: “Eso ayuda a que la gente empatice con el trabajo del investigador, del biólogo. Nosotros siempre decimos que nuestra misión es desmitificar la ciencia y que se entienda, que puede ser accesible, e incluso divertido. Tenemos gente tremendamente profesional que ha participado en las distintas áreas de este viaje, lo que enriquece mucho la experiencia”, expresa Lagger.

Para seguir leyendo. aquí está la nota completa.

ATE
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Periodista, docente e investigadora. Vive en la Comarca Andina de Río Negro y Chubut.
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