Villa General Belgrano y la Fiesta Nacional de la Cerveza no caben en un solo porrón, en una sola nota. Miles de historias, tradiciones y alegrías se deben contar cuando se tiene la posibilidad de vivir de cerca una nueva edición de Oktoberfest.
En esta entrega de El Diario de Vanesa, vamos a compartir el impacto que me produjo esta celebración popular donde no queda un rincón sin color, una sonrisa entregada con placer, una vivencia que guardaremos por el resto de nuestras vidas.
Siempre me atrajeron estos momentos únicos que tienen nuestros pueblos para hacer una fiesta y esperar los primeros fines de semana de octubre para dar rienda suelta a la música, a los vestidos típicos, a mostrar en forma conjunta la unión de los pueblos en torno al fruto líquido del trabajo. Porque la cerveza es el fruto y motivo de celebración y tras de ella, los ancestros, las raíces y la nueva realidad que se construye día a día.
Y en ese baile permanente de idiosincrasias, la relación amorosa entre locales y visitantes para disfrutar de momentos que llenan el corazón con este crisol de culturas.
La Fiesta Nacional de la Cerveza nace como un punto de encuentro: de costumbres, de cultura y de tradiciones.
Muchos aseguran que el inicio de la fiesta fue en el año 1957, luego de un gran esfuerzo por lograr asfaltar la calle principal, se inauguró la obra con una gran fiesta.
De todos modos, pioneros de la localidad, cuentan que también fue una celebración para unir a los habitantes criollos y alemanes, de manera de consolidar una comunidad que trabaje en conjunto para el bienestar de Villa General Belgrano, en la provincia de Córdoba.
Esta primera fiesta fue un éxito y comenzó a repetirse, cada vez con mayor convocatoria y promoción, en el año 1963 comienzan a nombrarla “Fiesta de la Cerveza”, en 1967 es declarada interés provincial, en 1970 de carácter nacional y en el año 1980 se nombra a Villa General Belgrano sede permanente de la Fiesta Nacional de la Cerveza.
Un momento clave es el colorido desfile por las calles del pueblo, en el que participan delegaciones representativas de todo el mundo, que año a año se fueron multiplicando con grupos de Alemania, Dinamarca, Escocia, España, Yugoslavia, Argentina, entre muchos otros
El “Espiche” es el momento más esperado por el público, donde se golpea el vientre del barril del que brota deliciosa cerveza artesanal, llenando los jarros cerveceros de los presentes y bautizándolos en cerveza. Don Antonio Küfer fue por décadas el “Espichador Oficial” y logró convertir ese momento en un ritual.
Viví momentos inolvidables junto a tanta gente reunida para celebrar, para agasajar, para hacernos sentir parte de un abanico de culturas que no se puede resumir en una nota, en un jarrón que me guardo para seguir extrayendo historias y vivencias.
Les dejo imágenes y un video donde se muestras algunas colectividades y todo el esplendor de la magia de un pueblo con su fiesta nacional.
¡Será hasta la próxima!