El cartelito de los precios en las góndolas es como un ácido en nuestra billetera: a medida que crecen los valores de los productos esenciales, se achica el poder de cada uno de los billetes (especialmente los anaranjados de mil pesos). No sólo hemos dejado de comprar las primeras marcas sino que de esas empresas compramos la oferta de menor calidad y en algunos casos ya en porciones ínfimas. La carne, el vino y el mate son el tridente que copa las bolsas de las compras en la mayoría de las familias argentinas. Les podemos agregar en un apartado del carrito algunas verduras y frutas, pan y pastas.
Ese choque entre el poder de la moneda y el valor de los productos ha forzado cambios en el consumo en la Argentina, en los últimos diez años o más. Lo de todos los días, pasó a dos veces por semana y actualmente, quizá a una vez por mes.
¿Un kilo de bola de lomo a más de siete mil pesos, en Neuquén? Así es. ¿Un kilo de yerba a dos mil pesos o más? Es cierto. ¿Una botella de vino Malbec que no baja de mil quinientos pesos? Totalmente. Estamos hablando de calidades de productos de la mitad hacia abajo. De ahí para arriba, sólo para unos pocos.
Pero qué dicen los estudios sobre el consumo de dos productos típicos en la Argentina:
El vino
La situación económica en Argentina ha dejado su huella en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Datos recopilados por la consultora Scentia y compartidos por el Observatorio Vitivinícola Argentino revelan una disminución en las ventas de vino, tanto en términos de facturación como de volumen, en lo que va del año.
El análisis abarcó la totalidad de litros vendidos en hipermercados, supermercados y autoservicios en todo el país, teniendo en cuenta todas las variedades de la bebida, desde espumantes hasta vinos en caja, latas, embotellados y varietales, fortificados y gasificados.
Comparando los datos del segundo trimestre de 2023 con el mismo período en 2022, la facturación por ventas de vino en el canal comercial aumentó un 101,2% en la comparación interanual, pero con una caída del 10,8% en volumen (litros totales vendidos). En el acumulado del primer semestre de 2023 respecto al mismo período de 2022, la categoría Vino es la que menos creció en facturación, con un +90,6%, y la que experimentó la mayor caída en volumen con un -14,6%.
Estos datos contrastan con el comportamiento de otras categorías de bebidas, como la cerveza, que experimentó un crecimiento del 130% en facturación y un 6,9% en el volumen de venta durante el segundo trimestre de 2023. Del mismo modo, la categoría de aperitivos aumentó un 150,4% en pesos y un 14,2% en litros totales vendidos en el mismo período.
Este panorama se alinea con el último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que indicó que las ventas totales de vino, considerando sus diferentes tipos, disminuyeron un 11,3% en el acumulado de enero a julio de 2023 en comparación con el mismo período de 2022.
En términos de facturación, el estudio de Scentia reveló que «en hipermercados, supermercados y autoservicios de todo el país, el vino pasó de representar el 41,1% del total de la facturación por ventas de Bebidas con Alcohol en el segundo trimestre de 2022 al 38,2% este año, una disminución de 2,9 puntos porcentuales en su participación».
«En cuanto al volumen de ventas totales, es decir, la cantidad de litros vendidos, el vino pasó del 29,7% del total de las ventas de Bebidas con Alcohol en 2022 al 26,1% este año, una disminución de 3,6 puntos porcentuales», agregó el informe.
Este cambio en los patrones de consumo refleja la crisis económica general en Argentina y, en particular, la que afecta al sector vitivinícola. Factores como la disminución de la producción debido a condiciones climáticas adversas, el aumento de los precios y la reorganización de las prioridades de los consumidores están contribuyendo a esta transformación.
La yerba
Por otro lado, el sector yerbatero local presenta una imagen opuesta, con un aumento significativo en el consumo de yerba mate. Según datos del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), entre enero y mayo se registró el mayor consumo de yerba mate de los últimos diez años, un dato alentador en medio de los desafíos económicos.
Durante junio de 2023, el movimiento de hoja verde alcanzó los 138.845.224 kilos y, en el acumulado de enero a junio, se sumaron 386.167.676 kilos. En términos de empaques, los paquetes de medio kilo representaron el 55,34% de las salidas de molinos al mercado interno, mientras que los de un kilo representaron el 37,46%. Los paquetes de dos kilos constituyeron el 1,51%, los de cuarto kilo el 1,05%, y otros formatos representaron el 0,34%, con un 4,31% correspondiente al rubro «sin estampillas».