Este domingo quiero que analicemos qué está pasando con el clima a nivel mundial. Esta semana hemos visto la devastación que puede provocar un fenómeno climático extremo (https://alertadigital.ar/son-211-las-victimas-fatales-por-la-dana-en-espana/), causado por el cambio climático y también ver que rol podría jugar Neuquén para disminuir las emisiones de gases efecto invernadero en los próximos años.
Tratemos de tomar la dimensión del diluvio que azotó a Valencia. De los registros más actualizados, entre el 2010 y el 2020, del Servicio Meteorológico Nacional encontramos las Estadísticas Climáticas Normales correspondientes al Aeropuerto de Neuquén. El acumulado anual de precipitaciones en esa década fue de poco más de 200 mm o 200 litros en un área de 1m x 1m registrado en 365 días. Cuando comparamos lo que llueve durante un año con lo que llovió el 29 de octubre en Valencia, podemos entender el volumen de agua que inundó esa zona en tan sólo 8 horas.
Aquí vemos que hubo una zona donde llovió más de 300 mm en 8 horas, llegando a casi 500 mm en Chiva, más del doble de lo que llueve en Neuquén durante un año. En otras palabras, cayeron 300 litros de agua en un área de un metro por un metro en tan solo 8 horas.
¿Qué causó estas lluvias torrenciales? Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), los fenómenos meteorológicos extremos que provocan inundaciones y sequías de gran impacto se han vuelto más probables y más graves debido al cambio climático antropogénico (es decir provocado por los seres humanos). Y esto se ha confirmado por la repetición de estos acontecimientos.
La secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial de Naciones Unidas (WMO), Celeste Saulo afirmó “como resultado del aumento de las temperaturas, el ciclo hidrológico se ha acelerado. También se ha vuelto más errático e impredecible, y nos enfrentamos a problemas crecientes de exceso o escasez de agua. La atmósfera más cálida contiene más humedad, lo que favorece las fuertes lluvias».
Y no sólo ocurrió en Valencia, recuerden a principio de mayo, como quedó Porto Alegre en Rio Grande do Sul, con algunas localidades que en una semana acumularon más 600 mm de lluvia o 14 municipios de ese estado donde llovió en 24 horas lo mismo que durante 2 meses.
Y sin salir de Sudamérica podemos observar, otra de las caras del cambio climático: las sequías. En estos días, en Ecuador se está discutiendo si este 2024 se está registrando la peor sequía de los últimos 60 años o si en realidad la peor sequía fue la del año pasado. Pero más allá de esta diferencia, Ecuador, que depende en un 70% de la energía hidroeléctrica, está sufriendo cortes del servicio eléctrico de hasta 14 horas en los 1.200 barrios de su capital, Quito. A lo que se le suma otro efecto de las sequías, los incendios forestales, que están azotando a Ecuador y que también se registran muy cerca, en la Amazonía.
Este año en la selva Amazónica la deforestación ha caído casi a la mitad, pero los incendios se duplicaron en comparación con el año pasado. Esto es una alerta, porque los incendios generalmente siguen el ritmo de la deforestación. Una vez deforestadas, casi siempre estas áreas luego se queman para agricultura. Cabe destacar en esta región, los récords de inundaciones en 2021 y 2022, seguidos por sequías récord en 2023 y, ahora, la Universidad Federal de Río de Janeiro informó que el índice de sequía para la Amazonía ha alcanzado este año un nivel récord. En este tipo de bosques húmedos, al ser quemados, sufren una alta mortalidad de árboles. Esta materia muerta se convierte en combustible para el próximo incendio, que tiende a ser más devastador. Esto genera un efecto dominó, que aumenta la intensidad del fuego con cada nuevo incendio.
Podríamos resumir, que el calentamiento global o cambio climático generado por el hombre produce eventos como exceso de lluvias o sequías que ocurren con mayor frecuencia y mayor gravedad pero son muy difíciles de predecir. Este lunes, la Organización Meteorológica Mundial que depende de la Naciones Unidas publicó su boletín anual de Gases Efecto Invernadero. Que como analizamos hace unos meses en https://alertadigital.ar/vientos-de-cambio-la-transicion-energetica-global-y-como-esta-argentina/ la acumulación de estos gases (especialmente dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) es la principal responsable del cambio climático.
En pocas palabras, este boletín indica que “durante 2023, las emisiones de dióxido de carbono causadas por enormes incendios forestales y una posible reducción de la absorción de carbono por parte de los bosques, combinadas con unas emisiones de dióxido de carbono permanentemente elevadas fruto de la quema de combustibles fósiles para llevar a cabo actividades humanas e industriales, impulsaron el aumento observado en las concentraciones” Las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzaron un nuevo récord en 2023. En solo 20 años, las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado un 11,4 %. La larga persistencia del dióxido de carbono en la atmósfera hace inevitables futuros incrementos de las temperaturas.
Tomemos en cuenta que en mayo finalizó el fenómeno de La Niña que duró 3 años. En el comunicado de la WMO nos advierte que “durante los años en los que se produce un episodio de El Niño, las concentraciones de gases de efecto invernadero tienden a aumentar porque los sumideros terrestres de carbono (donde se deposita naturalmente y se absorbe el dióxido de carbono) son menos eficientes a causa de la mayor sequedad de la vegetación y los incendios forestales.
Pero algo que me llamó la atención sobre el cambio climático es que, según el boletín “corremos el riesgo de vernos atrapados en un círculo vicioso. La variabilidad natural del clima desempeña una importante función en el ciclo del carbono. Pero en un futuro próximo, el propio cambio climático podría convertir los ecosistemas en importantes fuentes de gases de efecto invernadero. Los incendios forestales podrían liberar más emisiones de carbono a la atmósfera, mientras que el aumento de la temperatura de los océanos podría reducir su capacidad de absorción de dióxido de carbono. Por tanto, se podría acumular más dióxido de carbono en la atmósfera y acelerar el calentamiento global. Estas retroalimentaciones climáticas son retos críticos para la sociedad». En otras palabras, como estamos viendo en nuestro continente, las sequías extremas provocadas por el cambio climático producen incendios forestales que liberan más gases efecto invernadero a la atmósfera y el mismo calentamiento global aumenta la temperatura de los océanos que reducen lo que absorben de carbono de la atmosfera, donde se acumula más dióxido de carbono y aumenta la temperatura. El círculo vicioso se podría resumir en más temperatura, más incendios que liberan más gases efecto invernadero y reducen la absorción natural del carbono, que produce más temperatura.
Y hasta aquí hemos visto los efectos del calentamiento global y concentración de los gases de efecto invernadero. Pero quienes son los que emiten los gases de efecto invernadero. Y aquí podemos ir al último informe de emisiones de dióxido de carbono de la Agencia Internacional de Energía, para no abrumar con más cifras tomé estos dos gráficos del IEA (2022), Greenhouse gas emissions by sector, 2019, IEA, Paris https://www.iea.org/data-and-statistics/charts/greenhouse-gas-emissions-by-sector-2019-2, Licence: CC BY 4.0:
La mitad de las emisiones son responsabilidad de la generación de energía y calor (Power y Other Energy) y del transporte (Road Transport y Other Transport). Por esta razón ya habíamos visto en https://alertadigital.ar/transicion-energetica-una-oportunidad-para-neuquen/ que la electrificación y el incremento de las energías renovables deben ser objetivos prioritarios para nuestro país y para todo el mundo.
Y en este segundo gráfico, muestra cómo se fue incrementando la emisión de gases efecto invernadero por combustión y procesos industriales. El mismo informe indica, que las emisiones de las economías emergentes y en desarrollo de Asia, excluida China, crecieron más que las de cualquier otra región en 2022, aumentando un 4,2% o 206 Mt de CO2. Más de la mitad del aumento de las emisiones de esa región provino de la generación de energía a partir de carbón. Podemos encontrar en estos datos, la oportunidad que se está dando en los próximos años para el gas de Vaca Muerta. Reemplazar con gas (menos contaminante) el uso de carbón (para generación eléctrica principalmente), en el 2022 las emisiones por el uso del carbón representaron el 35% de las emisiones y alcanzaron el récord de 15,5 Giga toneladas de CO2 en un año. Neuquén tiene un mercado más que interesante, reemplazar este carbón con gas natural en Asia. Y comenzar con el desarrollo de energías renovables en la región, que como ya vimos tiene buenos vientos, para la energía eólica y buena radiación, para la energía solar.
En conclusión, vamos a tener un verano con temperaturas por arriba de lo normal y seco https://alertadigital.ar/en-noviembre-podremos-o-no-festejar-la-soberania-energetica/ el informe del Servicio Meteorológico Nacional para noviembre, diciembre y enero ratifica la misma tendencia de temperaturas y lluvias que el informe anterior. Neuquén ni Argentina no están aisladas del mundo, también sufrimos los efectos del calentamiento global. Sino tomamos medidas como ciudadanas y ciudadanos, como gobierno y empresas va a ser muy difícil torcer esta historia. Como vimos, tenemos que romper este círculo vicioso, de más emisiones que originan un aumento de la temperatura, que causa un cambio climático que ya está provocando por si mismo más emisiones. Lo sucedido en Valencia es la muestra más reciente de que nadie en ningún lugar puede evitar las consecuencias del cambio climático. La ideología del gobierno de turno no debe desviarnos de este objetivo de disminuir las emisiones de gases efecto invernadero, es nuestra responsabilidad para el mundo que le dejamos a nuestros hijos.
Quiero compartirles el último párrafo del comunicado de prensa de la Organización Meteorológica Mundial La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre 3 y 5 millones de años. Entonces, la temperatura era de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.
Nos leemos la semana que viene.