La compactadora de vehículos abandonados volvió a operar en la ciudad, retirando cientos de autos y motos dejados en la vía pública durante años. En total, se reciclarán 450 motos, 60 autos y 1.000 caños de escape, todos confiscados en operativos de tránsito por generar contaminación acústica y problemas de seguridad. Este proceso permite liberar espacio en las calles y reducir riesgos que preocupan a los vecinos.
Cada día, la Municipalidad recibe y responde a denuncias de vecinos, levantando un promedio de 30 vehículos que llevan meses o incluso años en estado de abandono. La empresa compactadora, contratada a través de una licitación municipal, realiza un proceso de “descontaminación vehicular” en el que se extraen baterías, aceites y otros fluidos antes de convertir los rodados en grandes bloques de metal reciclable.
El subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio, destacó que este procedimiento no solo no genera costos para el municipio, sino que permite ganancias al cobrar por tonelada de chatarra reciclada. Además, subrayó su “triple impacto positivo”: aporta seguridad, recupera espacio público y cuida el medio ambiente. “Al retirar estos vehículos de la vía pública, evitamos que se conviertan en refugios de personas vinculadas a delitos y prevenimos derrames de aceites y combustibles que contaminan el suelo”, agregó.
Este proceso de limpieza y reciclaje incluye una notificación previa a los propietarios, quienes pueden reclamar los vehículos antes de que pasen a compactación. Finalmente, los vehículos reciclados se dan de baja en el Registro de la Propiedad, cerrando el ciclo y reincorporando el metal al circuito productivo en acerías.