La Coca Cola y otras utilizan un edulcorante artificial que será declarado como posible generador de cáncer. Una rama de estudios científicos de la Organización Mundial de la Salud adelantó los estudios.
La utilización del edulcorante “aspartamo” en bebidas y otros alimentos ultraprocesados y dietéticos será declarado como posible generador de cáncer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo que significará un gran golpe para esas empresas multinacionales. Hace pocas horas, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) que depende de la OMS, adelantó el resultado de sus estudios y será determinante para la declaración del organismo mundial.
El aspartamo está presente en populares bebidas dietéticas, saborizadas listas para consumir, caramelos, yogures, té helados, cacao en polvo, chicles, condimentos de mesa como kétchup y hasta cereales o barritas nutritivas, entre una casi interminable lista.
Desde su creación en 1965, la IARC catalogó por primera vez a este producto como posiblemente cancerígeno, luego de un cónclave de expertos externos que evaluaron el peligro potencial o no, en función de toda la evidencia publicada, de este producto artificial.
Hasta ahora, y desde 1981, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación afirmaron que su uso es seguro dentro de los límites diarios aceptados.
Esto es, por ejemplo, que un adulto que pese 60 kg tendría que beber entre 12 y 36 latas de refresco de dieta por día, dependiendo de la cantidad de aspartamo en la bebida, para estar en riesgo. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el aspartamo está autorizado para su uso a nivel mundial por los reguladores que han revisado toda la evidencia disponible, y los principales fabricantes de alimentos y bebidas han defendido durante décadas el uso del ingrediente.
La OMS desaconsejó hace unas semanas el uso edulcorantes no azucarados para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), como enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres y la diabetes.
La recomendación se basa en los resultados de una revisión sistemática de la evidencia disponible, que sugiere que el uso de edulcorantes no azucarados no confiere ningún beneficio a largo plazo en la reducción de la grasa corporal en adultos o niños.
Al contrario, puede haber posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
Entre los edulcorantes no nutritivos más comunes, según la OMS, se encuentran el acesulfamo-K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia.