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Soberanía: cómo es la nueva base que se construye en la Antártida

Redacción
Por Redacción
Las primeras instalaciones fueron destruidas por un incendio en 1974. El proyecto de ingresar por mar y aire durante todo el año.

En el norte de la península antártica, los avances en el proyecto de la base conjunta Petrel están marcando un hito significativo en la presencia de Argentina en el continente antártico. Este enclave se perfila como una instalación científica de importancia estratégica, con el propósito de facilitar el acceso tanto por vía aérea como marítima a la región.

El teniente coronel Martín Sakamoto, jefe de Petrel, destaca la relevancia de esta iniciativa, la cual busca desarrollar una base antártica conjunta y permanente con capacidades logísticas esenciales para respaldar la política antártica nacional.

La base Petrel se diferencia por su enfoque polimodal de acceso a la Antártida, ofreciendo dos rutas de entrada: una vía marítima, operativa durante todo el año, y otra vía aérea, marcando un contraste con el acceso actual al continente.

El proyecto de modernización de la base, que incluye las vías marítimas y aéreas para el ingreso al sector antártico argentino.

Petrel se proyecta como una instalación ejemplar dentro del sistema antártico, destinada a brindar apoyo logístico, facilitar la investigación científica y servir como refugio tanto para bases antárticas permanentes como transitorias.

Durante el verano, se llevó a cabo una ardua labor para recuperar y renovar las antiguas instalaciones de la casa Petrel, que habían quedado en ruinas tras un incendio en 1974. Actualmente, se trabaja en la construcción de una casa modular habitacional en colaboración con la empresa Tandanor, bajo la supervisión del Comando Conjunto Antártico y el Ministerio de Defensa.

Se espera que esta casa, con una superficie cubierta de 2244 metros cuadrados, se convierta en una de las instalaciones más modernas del Sistema Antártico Internacional, enfocada en el uso de energías alternativas. Inicialmente, albergará a 60 personas durante todo el año y aumentará su capacidad a 150 personas durante el verano.

Un aspecto destacable de esta iniciativa es su enfoque en la sostenibilidad. Durante la campaña antártica de verano 2023, se llevaron a cabo mejoras en la generación de energía, instalando paneles solares fotovoltaicos, así como la optimización de la obtención y distribución de agua potable para consumo humano.

Sakamoto resaltó el establecimiento de uno de los campos de paneles solares fotovoltaicos más grandes entre las bases antárticas, con planes de expansión en los próximos años. Esta medida contribuirá significativamente a la reducción del consumo de combustibles fósiles, disminuyendo la necesidad de transportar grandes cantidades de estos recursos hacia la Antártida.

En resumen, los avances en el proyecto Petrel están marcando un hito importante en la construcción y la importancia estratégica de la presencia argentina en la Antártida, al tiempo que destacan el compromiso con la sostenibilidad y la investigación científica en esta región crucial para el estudio de nuestro planeta.

La modernización de la Base Antártica Petrel

La Antártida es de suma importancia estratégica, y tareas como exploración, regulación, control, investigación, explotación y defensa son fundamentales para el Estado Nacional. Como parte de un proyecto de defensa y soberanía nacional, el país está trabajando en la reactivación de la histórica Base Antártica Conjunta Petrel, que dejó de funcionar en 1974 tras un incendio.

El Ingeniero Alejandro Sauchelli, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica (UCA), dirige la modernización de la Base Petrel con el objetivo de permitir que el personal pueda permanecer durante el invierno. Las claves del proyecto y su experiencia personal en la dirección de la obra y en la enseñanza desde la Antártida se describen en este testimonio:

¿En qué consiste la modernización de la Base Petrel?

Durante la campaña antártica de 2022, se logró un objetivo largamente anhelado: permitir que el personal permanezca en la base durante el invierno, algo que no ocurría desde 1974 debido a un incendio. Se lanzó un concurso de ideas, y la empresa DEMPRO, en la que participo, fue la seleccionada. El proyecto Petrel incluye múltiples etapas y busca convertir esta base en un centro multimodal que permita la llegada tanto de buques como de aeronaves. El próximo paso es la construcción de una casa que alojará a 100 personas en la base, con una superficie de 2.444 m2.

En julio de 2022, lideré como gerente de proyecto los estudios geotécnicos. Basados en esta información y datos históricos, se desarrolló el proyecto ejecutivo de arquitectura e ingeniería para la casa principal de la Base Antártica Conjunta más moderna de Argentina. Nuestro objetivo es hacer de Petrel la puerta de entrada a la Antártida. En marzo de 2023, contratamos a la empresa DEMPRO para la primera fase de construcción de la Base, que incluyó la ejecución de las fundaciones.

¿Cuál fue tu papel específico en la campaña antártica?

En la campaña que comenzó en marzo de 2023, mi responsabilidad fue supervisar la ejecución de las fundaciones de la nueva Base Antártica Conjunta Petrel, que abarca 2.444 m2. En este caso, actué como Director Técnico y Gerente de Proyecto en Obra.

Realizamos trabajos topográficos, excavaciones y georreferenciación, así como la instalación de 711 anclajes de 1,20 m que trabajan a tracción, ensayos de carga, y la colocación de aislantes para proteger el permafrost. También se instalaron bases metálicas sobre dados de hormigón, placas de corte de puente térmico y fustes metálicos de apoyo para la estructura.

Todo esto se llevó a cabo en condiciones climáticas extremas y en un plazo mínimo, lo que requirió una planificación meticulosa, equipos y herramientas especiales, y personal experimentado.

¿Cómo fue dar clases desde la Antártida?

La posibilidad de dar clases desde la Base Petrel fue un desafío especial. Los recursos disponibles en una base antártica en transformación, tanto después del incendio de 1974 como en la transición a una base permanente, se coordinaron con el Comando Conjunto Antártico y el Jefe de la Base.

La conectividad a Internet era limitada, lo que implicó dejar funcionando equipos mínimos para poder utilizar la señal durante las dos horas de clase. En algunos casos, fue necesario desconectar el acceso a Internet para el resto de la dotación.

Impartir clases con el horizonte lleno de icebergs, en un entorno sin ruido o bajo condiciones climáticas adversas con vientos de más de 90 km/h, con estudiantes al otro lado de la pantalla defendiendo sus proyectos y planteando preguntas, fue una experiencia docente inolvidable. Fue un momento de conexión entre el desierto blanco y las aulas de la facultad.

ATE
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