Alrededor de la población africana están cuatro países, en la localidad neuquina cuatro provincias confluyen en pocos metros.
En la lejana Kazungula, territorio de Botswana, tras el río Zambezi, asoman las tierras fértiles de Namibia, Zimbabue y Zambia, en lo que es el único pueblo en el mundo que comparte la frontera con cuatro países. En el noreste neuquino, Octavio Pico tiene también el reconocimiento de estar al borde de cuatro estados, pero en este caso de provincias argentinas. Tras el río Colorado, al norte se encuentra Mendoza, al noreste La Pampa y al este, la provincia de Río Negro.
Esta población neuquina, que el 15 de diciembre cumplirá 50 años, tiene poco más de 300 habitantes y su llamador turístico es esa característica de ser único en el mundo, aunque poco se ha explotado para la industria de visitantes.
En realidad, Octavio Pico nació para afianzar soberanía neuquina en una zona donde el río Colorado es una marcación natural, pero que en el caso de la vecina Río Negro lo es una convención limítrofe denominada Meridiano 10, que ya traza el límite entre Mendoza y La Pampa. Así lo aseguró el entonces gobernador Felipe Sapag en aquel 15 de diciembre de 1973, cuando lo fundó: “Teníamos necesidad urgente de implantar en esta lugar, esta población por corresponder al gobierno llegar a todos sus habitantes y también para tomar posesión de este pedazo de tierra neuquina que, en estos momentos pretende ser cuestionado por lo que vamos a defender con hechos positivos como éste; construyendo una escuela, estableciendo la fuerza de seguridad, estableciendo el Juzgado, el Registro Civil, imponiendo la comunicación y adoptando todas las medidas necesarias para que este pedazo de tierra neuquina, por siempre esté en manos de quién corresponde que es la provincia de Neuquén”.
Precisamente su nombre hace honor al Ing. Octavio Pico, quien en 1882 colocara el Mojón del meridiano divisorio de las provincias de Rio Negro, La Pampa y Neuquén. Con un ejido que tiene una superficie de 29.700 hectáreas, alberga a unos 300 habitantes que en su gran mayoría se dedica a tareas de chacra y campo en las tierras más fértiles ubicadas en la margen sur del Colorado. En lo agropecuario, se destaca la producción de pasturas y en lo ganadero, la cría de ovejas, cabras y algunos vacunos.
En aquel 1973, Sapag puso en funciones a Rubén Fernández como Delegado de la Comisión de Fomento, que en ese momento nucleaba a unas 18 familias. El flamante funcionario descendía de aquellos primeros pobladores, José Fernández y Aurora Salman, que llegaron al lugar en 1933. Con 16 años y recién llegado de España tras pasar por Buenos Aires, Mendoza y La Pampa, recorrió el Colorado y encontró este pequeño valle. Allí se afincó y a los pocos días, con pico y pala comenzó con la construcción de un rudimentario canal que aun lleva agua para los sembrados de la chacra de la familia.
Qué pasará con Octavio Pico
La superficie fértil para los cultivos con regadío que tiene la población y también los campos para la ganadería ovina y caprina de Octavio Pico, es lo que se observa a simple vista. También alzando la mirada los territorios de Mendoza, La Pampa y Río Negro.
Pero en el subsuelo aparece cierta voracidad en auge en la Argentina.
Octavio Pico está ubicado sobre una parte del Yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta, la explotación a través del fracking que hoy está inyectando petróleo y gas, especialmente para los mercados internacionales. Su ubicación casi a mitad de camino entre Ríncón de los Sauces (Neuquén) y Catriel (Río Negro), aunque un poco más al norte, comenzó hace unos diez años a cambiar el panorama, especialmente en el tránsito que genera la industria petrolífera.
Es que esos 80 kilómetros de Rincón y los 60 de Catriel envuelven a esta localidad en un aro petrolero que avanza inexorablemente. Y la tentación suele ser suculenta. Es que las bondades dolarizadas del petróleo suele torcer las voluntades de los pueblos que en un principio pueden elevar como bandera el turismo y el respecto por la naturaleza y al poco tiempo sucumbir a la exploración y explotación de hidrocarburos, en forma convencional o no.
El petróleo y el gas están ahí debajo de Octavio Pico. Y el pueblo lo sabe, por eso lo comentan en voz baja como deseando que no se interponga en ese clima pueblerino, de familias conocidas y movimientos rutinarios.
Para llegar a esta población desde la capital neuquina se debe tomar por la ruta 151, recorrer buena parte del oeste rionegrino hasta llegar al cruce con la ruta 57 que lleva a la localidad. La distancia es de 201 kilómetros desde la capital provincial.