La realidad supera a la ficción, como se dice por ahí, sin dudas.
Ya es bien conocido —y padecemos a diario— que vivimos en tiempos de vértigo, de cultura de lo instantáneo, de las redes sociales, de la masificación de las noticias por todo tipo de plataformas y medios.
Nos cuesta mucho diferenciar la verdad de la mentira en las noticias.
Ahora los creativos nos hablan de la “posverdad” como aquella versión de hechos, ajustada, atravesada e intervenida por determinada visión ideológica.
Ahora, en 2024, parece que la verdad puede ser más de una, según la persona que la quiera ver, según su visión. Ahora la “verdad” parece que no está más en la realidad, sino en la forma en que una persona percibe la realidad. ¿Eso les pasará a los políticos o a algunos políticos?.
Eso es grave, porque como ciudadanos nos provoca una sensación de total inquietud, de incertidumbre por no saber qué creer, a quién creer, cómo construir credibilidad.
Todos tenemos necesidad de alguna voz en la que confiemos, que nos dé tranquilidad, que nos permita parar un minuto la pelota alocada del día a día y nos ayude a reflexionar.
La credibilidad es un valor mucho más importante de lo que se cree, y cada día es más difícil encontrar personas que trabajen para eso, que la respeten, que la tengan como objetivo que se desea alcanzar.
Nunca escuché a nadie que, a la pregunta de qué le gustaría ser, respondiera “me gustaría ser una persona creíble”.
La mentira nos inunda, parece. Lo que en el pasado era la excepción, encontrar mentiras y personas mentirosas, hoy parece ser la regla. Por eso dudamos de las personas públicas, por eso dudamos de los referentes públicos, por eso desconfiamos, tenemos mala imagen, pedimos transparencia, democratizar, cambiar formas de selección, remoción, etcétera. Me quedo pensando en todo lo que hemos dicho en lo que va del año sobre el Poder Judicial, el Poder Legislativo, el Consejo de la Magistratura, el Tribunal de Cuentas, la Fiscalía de Estado.
El problema de la falta de credibilidad está en las personas, no en las organizaciones. Las organizaciones no son mentirosas; los funcionarios mienten y destrozan la credibilidad de una organización.
Y parece que no tiene sanción.
¿A qué vienen todas estas reflexiones filosóficas sobre la verdad y la credibilidad?
El tema de los últimos días en la ciudad de Neuquén ha sido la noticia de la oferta en venta que el Gobierno Nacional ha hecho de varios inmuebles en el país, y entre ellos se ha ofrecido en venta el inmueble que ocupara la antigua Unidad Penitenciaria Federal 9 (la ex U9) y el actual Parque Jaime De Nevares.
Han explotado los títulos con impacto: “El Parque no se vende”, “Abrazo al Parque”, “Vamos a defenderlo con uñas y dientes, “El Parque ya se pagó”, “El Parque es del pueblo”.
En estos últimos días, como nunca, se ha usado el nombre del Obispo Jaime De Nevares, ya que se le dio su nombre al parque público emplazado en lo que fuera la zona extramuros de la unidad penitenciaria federal, es decir, desde calle Miguel A. Camino hasta Illia, entre Alderete y Alberdi. Se ubican bien, ¿no?
Pobre Obispo De Nevares, su nombre involucrado sin desearlo en un conflicto entre la Municipalidad, la Provincia y la Nación.
Está absolutamente fuera de duda que lo que han hecho en esa zona, ese parque público, la apertura de las calles, el mobiliario urbano, es muy positivo. Es muy intenso el uso público que se hace a diario, que se incrementa cuando se organizan ferias y eventos.
Pero la noticia de la oferta en venta, y algunos comentarios poco consistentes de algunas autoridades que han salido a declarar, me llevaron a estas reflexiones sobre la verdad, la credibilidad y las mentiras.
Ahora resulta que, según dicen, nunca se terminaron los trámites administrativos necesarios para que las tierras de la ex U9 pasaran a la Provincia y a la Municipalidad de Neuquén.
Parece que, pese a tanto festejo de ocasión y tanta emoción impostada de algunos funcionarios pasajeros y de turno, nadie se preocupó por hacer las cosas como se debían y de terminar los trámites que se requerían.
La cuestión, según se puede reconstruir en las noticias recientes y en las crónicas pasadas desde 2014 hasta la fecha, es que el complejo de la U9 tenía una zona intramuros (donde se alojaban los internos federales) y una zona extramuros (de patios y demás).
Lo que la Municipalidad de Neuquén logró pactar con el Estado Nacional sobre la zona extramuros, que hoy es el Parque De Nevares, es solo una autorización para abrir calles y modificar la traza urbana. No ha existido ninguna cesión de dominio de esas tierras a la Municipalidad de Neuquén en forma definitiva. Es decir, que la Municipalidad de Neuquén las tiene, las tomó, las mejoró y las puso a disposición de la comunidad neuquina, en préstamo.
En su momento, supimos que se quería vender en subasta todo el predio de la U9, y que se suspendió. Pero nadie, nadie que nosotros conozcamos, ni nadie que se haya contactado con nosotros, fue capaz de preocuparse por hacer las gestiones para transferir al dominio de la Municipalidad de Neuquén esas tierras que se querían destinar al esparcimiento, al disfrute general.
Ahora sí, claro, a los gritos y ante la novedad, nos abrazamos al Parque y enarbolamos banderas de ciudadanía y demás, pero nadie, ningún funcionario de los miles que hay y ha habido, se dignó a hacer lo que debía.
Ahora, a medias lenguas y con argumentos confusos, algunos salen a decir que Nación no consulta, que se toman decisiones desde escritorios, y que, en todo caso, compensamos el valor del inmueble con lo que la Municipalidad de Neuquén dice que Nación debe por coparticipación federal pendiente.
Claro, pero eso sería para paliar las consecuencias, pero ¿no hay responsables de las causas que nos trajeron a esta situación?
¿No hay nombres y apellidos, con funciones específicas en algún momento, responsables de todo esto?
Si el tema de la tensión entre Nación y la Municipalidad de Neuquén sobre la parte extramuros, el sector del actual Parque De Nevares, es una vergüenza por acciones y omisiones del pasado, déjenme, por favor, contarles la otra parte.
Por la parte de pabellones de la ex U9, la parte intramuros, se hicieron gestiones entre la Provincia del Neuquén y el Gobierno Nacional.
Ahí se decía, con lágrimas en los ojos y manos tocando corazones, que iba a ser un sitio de la memoria, un museo, un lugar de encuentro cívico.
Para que la Provincia del Neuquén accediera a ese inmueble que en el pasado fuera la zona de pabellones de la U9, hubo una permuta, un canje, un cambio de figuritas entre Provincia y Nación. La Provincia le entregó a Nación la recién construida Unidad Penitenciaria Provincial de Senillosa, y Nación entregó la parte intramuros de la ex U9.
Ese convenio, dicen, también está incumplido, por eso toda la tensión con la Justicia Federal Penal, con el Servicio Penitenciario Federal y con el Ministerio de Justicia de la Nación, desde noviembre de 2022, cuando se decretó en Neuquén el cierre de nuevos ingresos en las cárceles provinciales, y luego la emergencia carcelaria.
Es un comentario común en pasillos judiciales penales, provinciales y federales, que no se entiende qué quiso hacer la Provincia del Neuquén en la gestión de Omar Gutiérrez al entregar la cárcel de Senillosa a cambio de la ex U9.
En esa época, Neuquén tenía gran necesidad de ampliar alojamiento para personas condenadas. Senillosa podría aportar una ampliación de unas 600 plazas más, que se sumarían a las 500 plazas existentes en ese momento; es decir, que la cárcel de Senillosa duplicaría la cantidad de plazas. Bueno, por la genialidad de gestión de Omar Gutiérrez y del ministro Juan Pablo Prezzoli, y posteriormente Osvaldo Llancafilo, hoy tiene 500 plazas nada más y perdió otras 600 plazas.
Hablando de Llancafilo, ayer viernes se conoció un posteo en la red X intentando aclarar algo. Pero ¿sabe una cosa, diputado?: lo que tendría que haber hecho es pedir una declaración expresa de la Agencia de Bienes del Estado, como diputado nacional que es.
Pero ojo, hoy estamos pidiendo al Servicio Penitenciario Federal que nos “alquile” plazas en Senillosa, unas 85 plazas, de aquellas que eran nuestras y cedimos para tomar el inmueble de la ex U9.
Ahora resulta que no tenemos certeza de nada sobre la zona de la ex U9, no sabemos de quién es cada fracción, no sabemos qué usos se le pueden dar, no sabemos cómo va a seguir la historia, más allá de las invocaciones voluntaristas de ir a proteger el parque, lo nuestro, la ciudad y bla bla.
La defensa la debieron hacer los que tenían la obligación de hacerlo, que cobraron por eso y tuvieron la responsabilidad de ello.
Ahora todos estamos preocupados por el destino de esas tierras, y escuchamos a funcionarios de la Provincia, de la Municipalidad, de la Defensoría del Pueblo y de otros ámbitos rasgarse las vestiduras con todo lo que van a hacer ahora, cuando antes no hicieron lo que debían haber hecho.
Tomaron posesión de una zona y se la apropiaron como parque, sin preocuparse por la cesión formal y las inscripciones, como cualquier persona hace con sus bienes.
Cedieron una cárcel nueva necesaria en Senillosa y la permutaron por ruinas de una vieja ex U9, con destino de museo y sitio de la memoria, que ahora se usa parcialmente como oficinas públicas.
¿Nadie se va a hacer responsable de esta situación?
¿Nadie va a decir qué personas hicieron mal su trabajo y, por su ineptitud y pasividad, estamos atravesando esto que, de concretarse, por supuesto, sería una pérdida grave para la calidad de vida de los neuquinos?
¿Seguimos con los incumplimientos sin castigo?
Nos han cansado con los festejos coloridos, los discursos emotivos, las invocaciones a valores y principios, a los fundadores de la provincia y de la ciudad.
Todo era cáscara hueca.
Solo se han preocupado de lo visual y lo colorido; cero gestión, cero dedicación a sus funciones.
Hoy pagamos los costos y las consecuencias de este perfil de dirigentes y funcionarios.
Me pregunto si todo lo que se nos contó en estos años pasados será verdad o será una presentación ficticia para las redes sociales.
Por si acaso, estemos preparados por si siguen estas noticias explosivas y los funcionarios en shock.
Todo lo mismo, MPN es igual a PERoNIA, todos chorros, ladrones, corruptos que se protegen entre ellos. Igual que ahora, que Figueroa iba a cambiar, y NO cambio nada, al contrario empeoro y NO Hay Gestión sol viajes. Encima tienen la fortuna de Vaca Muerta y sus regalías. Pero Nada hacen por nadie! Insisto matan los sueños!
Polipo