Cómo es la mujer que está detrás del arte que sólo dura unos minutos en la arena, pero impacta para siempre. Me pregunté eso cuando vi la cara de Franco Colapinto en la arena de la playa de Las Grutas y estaba una ola del mar a pocos metros de borrarlo todo.
Pero además también vi que el piloto argentino de Fórmula 1 lo replicó en sus redes y a partir de allí, en todo el mundo la imagen en la arena quedó para siempre, aunque subió la marea y se lo devoró.
A veces se abrazan las disciplinas artísticas para trascender, para que queden más allá de la existencia humana, pero en este caso, comenzar a dibujar a ciegas, sobre la arena en plena madrugada cuando el mar se retira. Luego subir a un acantilado para apreciar cómo quedó el dibujo y luego que el mar retorne y se lleve ese arte. Me impactó esa actitud artística, esa pasión y ese compromiso, por eso le propuse mantener este diálogo con Lidia Rosana Gómez, la protagonista de esta edición de El Diario de Vanesa.
¿Cómo nace esto de realizar arte que solo dura unas horas?
Bueno, les cuento que las intervenciones de arte efímero en la playa nacen de una raíz muy personal: soy nacida y criada en San Antonio Oeste, en Las Grutas, Río Negro, y siempre estuve rodeada de mar. El arte efímero, en particular las esculturas en arena, siempre me intrigó, y fue así que comencé a desarrollarme en él. Normalmente, mis intervenciones son abstractas, pero la idea de hacer algo más significativo surgió durante el Mundial de Qatar 2022, cuando decidí apoyar a la selección argentina. Ahí, creé una serie de intervenciones antes de cada partido.
Más recientemente, quise realizar una intervención para mandar buenas vibras a Franco Colapinto después de su carrera en Brasil, en la que sufrió un percance y quedó fuera de la competencia. Así que, de alguna manera, eso dio lugar a una nueva «arte cábala» (como la llamo yo), esta vez dedicada a Franco.
¿Qué te comentaba la gente cuando vio lo que hiciste? ¿Te imaginaste tanto impacto en las redes?
Los comentarios de la gente siempre son muy positivos, llenos de asombro y felicitaciones. Claro, siempre hay algunos comentarios menos agradables, como los que dicen que el dibujo no se parece a la persona o que es demasiado grande o pequeño, pero eso también tiene que ver con la perspectiva desde la que se toma la foto. El arte, después de todo, no tiene que ser un retrato hiperrealista, puede ser también una caricatura. Es interesante ver cómo cada quien percibe la obra desde su propia perspectiva.
La verdad es que no me imaginaba tanta repercusión. Sabíamos que, por la salida en TN, tendría algo de impacto, pero no esperábamos que, en menos de 20 minutos, llegara a los ojos de Franco Colapinto y que él lo compartiera en su Instagram. Fue increíble, una sorpresa muy bonita.
¿Quién es Lidia? ¿Cómo te presentas? ¿Qué edad tienes? ¿Cuál es tu trabajo?
Soy Lidia Rosana Gómez, una artista multifacética de 45 años. El arte es mi profesión y mi modo de vida. No lo considero una simple pasión, sino una forma de vivir. Claro que tengo una gran pasión por lo que hago, pero el arte es mi carrera.
Como mencioné antes, durante el Mundial apoyamos a la selección argentina. Dibujé a Messi, al Dibu, a Julián, y a Diego Maradona, e incluso hice un mural en la terraza de mi casa con Diego y Messi, en apoyo a la selección. Siempre trabajo con mucho entusiasmo. Para el mural de Messi y Maradona, por ejemplo, empecé a las 4.30 de la mañana y lo terminé a las 8.30 para que pudiera salir en TN. Es un trabajo que se realiza “a ciegas” porque, por la escala de la obra, no puedo verla en su totalidad hasta que subo al acantilado y la veo desde arriba.
Aunque hoy en día se podría usar tecnología, como drones, para ver la obra mientras se trabaja, esto no es posible porque tenemos que ajustarnos a las mareas y a la luz del día. El tiempo es muy limitado, así que tengo que trabajar sin saber cómo quedará hasta el final, cuando la veo desde el acantilado.
¿Qué te pareció la reacción que tuvo Franco Colapinto?
La reacción de Franco fue maravillosa. Fue un momento de asombro y mucha alegría para mí. Cuando vi su posteo en Instagram, me causó gracia y sorpresa. Franco es un chico muy espontáneo, sus respuestas son siempre muy originales, y eso lo hace aún más cercano a la gente. No solo lo siguen por su carrera en el automovilismo, sino también por su personalidad.
Lo más bonito fue que su papá me escribió un mensaje de agradecimiento, lo cual fue un gesto muy tierno. Estoy muy contenta por la repercusión que tuvo, sobre todo porque no la habíamos planeado de esta manera, pero se dio. De hecho, ya estamos trabajando en una nueva intervención para seguir apoyando a Franco en sus próximas carreras.
También tenemos un proyecto muy lindo con los «Grutynos» que tiene que ver con arte ecológico. Queremos llevar nuestro arte a todo el mundo, y TN nos está apoyando para hacerlo posible. El proyecto incluye la creación de una «botella de amor» que recorrerá el mundo, interactuando con la gente para que elijan los personajes que iremos dibujando en la playa. Estamos muy emocionados con este proyecto y esperamos que la gente se sume.
Y para terminar… ¿llegó la ola?
Sí, ¡la ola llegó! De hecho, la intervención de Franco tuvo dos olas de viralización: la primera cuando él publicó sobre el arte que hice, y la segunda cuando se conoció quién había sido el artista. ¡Fue maravilloso! Aunque no me gustaría que vea la foto de cuando estaba llegando la ola, que justo coincidió con el momento en que Franco lo publicó, me da mucha alegría saber que lo vi y lo disfruté.
Así que, no se preocupen, vamos a seguir haciendo más intervenciones, ¡y mandándole todas las buenas energías a Franco para que llegue a lo más alto! Les agradezco mucho por la buena onda, por compartir el arte y por difundirlo. Mucho amor y éxito para todos.
Maravillosa ella e impactante esta forma de ser artista, de tener el arte como un motor de vida. Me encantó conocerla a través de este diálogo y quedo ansiosa por ver más arte en la playa de Las Grutas.
Espero que les haya gustado y ¡será hasta la próxima edición de El Diario de Vanesa!